SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La onda tropical Beryl, que despertó a la población la madrugada del martes con abrumantes truenos y relámpagos y un garrafón de agua del tamaño del cielo, abierto para el territorio nacional durante las próximas 36 horas, recordó a las autoridades de República Dominicana los mismos problemas de infraestructura que permiten un mayor impacto negativo de los fenómenos.
Una pincelada. En el barrio La Flor, del sector El Café, en Herrera, una vivienda colapsó totalmente. Una persona resultó herida, según el informe preliminar de las 8:00 de la mañana de la Defensa Civil.
En el Nuevo Amanecer, ubicado en el Kilómetro 18 de la Autopista Duarte, durante las primeras horas de impacto de Beryl se inundaron 30 viviendas. Un sector entre 92 barrios que componen el territorio de 1,302 kilómetros cuadrados de la provincia Santo Domingo, donde también subsisten 692 sub-barrios, según el estudio ‘‘División Territorial 2015’’ de la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Los residentes en Simón Bolívar, Moscú, urbanización Primaveral, Los Americanos, Madre Vieja, Sector Universidad Eugenio María de Hostos, Pueblo Nuevo Centro, Los Molina, La Suiza, Villa Progreso II, Urbio, Play Softbol, Sante I y II amanecieron con el agua al cuello.
También el centro de la ciudad. Las calles 16 de Agosto, 27 de Febrero, Mella y Sánchez, son algunas de las que recoge el informe del COE al despertar. Mientras, las imágenes que publicaron ciudadanos en las primeras horas de la mañana muestran al Gran Santo Domingo y al Distrito Nacional inundados en avenidas cruciales de circulación.
Durante el Octavo Foro Mundial del Agua, el país, representado por el Ministerio de Economía Planificación y Desarrollo (MEPyD), presentó la investigación Contexto Actual del Agua en República Dominicana, en la cual reconoce que un 60% del territorio nacional “es vulnerable” a las inundaciones. Además, que entre el 60% y el 70% de los residentes en esas zonas están en situación de riesgo ante posibles deslizamientos de tierra.
El estudio, presentado a la comunidad internacional integrada en Naciones Unidas, subraya que las autoridades deben, “no solo gestionar mejores infraestructuras físicas”, sino también recopilar datos, tomar predicciones del tiempo, reforestar, regular el uso de la tierra, el uso conjunto de aguas superficiales y subterráneas, crear medidas de conservación, ser eficiente en el manejo de ecosistemas y controlar la contaminación.
‘‘Lo anterior tiene que ser financiado por los presupuestos recurrentes del gobierno local, pero ha habido una falta de financiamiento generalizada de estos servicios esenciales como el caso de control de inundaciones, problema que requiere una combinación de infraestructura y medidas de gestión’’, apunta.
Las autoridades del país fueron a Brasil a principios de año –donde se celebró el Foro- a decir que República Dominicana se encuentra en una ubicación geográfica de riesgo por su exposición a amenazas naturales.
A repetir, además, que los huracanes, inundaciones, sequías, sismos, deslizamientos, incendios y explosiones constituyen amenazas constantes; sin embargo, tuvieron que reconocer ante la comunidad internacional –según lo explica el estudio presentado en el marco de la citada actividad– que el país está enlistado como uno de los diez del mundo que enfrentan la mayor debilidad financiera para enfrentar estas situaciones.
Los aguaceros, tormentas eléctricas, ráfagas de viento en las regiones este, noreste, sureste y centro del país continuarán, de acuerdo con las advertencias del COE.
Desde la tarde de ayer, lunes 09 de julio, empezaron a sentirse los remanentes de la onda tropical Beryl que, aunque desde algunas de las modernas torres residenciales del Distrito Nacional podrían ser asumidas como un poema a viva voz que se escucha solo si se abre una ventana, inundan calles y viviendas y, sobre todo mantienen estado de angustia a los residentes en las zonas más vulnerables.
Vídeos difundidos en las redes sociales evidencian la penetración del agua en hospitales e instituciones bancarias como parte de los estragos de este fenómeno, uno de tantos que afectan cada año el territorio nacional.
Hoy, tanto en el polígono central del Distrito Nacional, donde habitan ciudadanos de elevado poder adquisitivo, como los residentes de barrios de ingresos menores como Quita Sueño en Haina, o en Guachupita –en proporciones diversas– el frío, el sucio y el desorden vial que solo ayer lunes generaron entre 200 y 300 milímetros de agua en el Gran Santo Domingo, Distrito Nacional y San Cristóbal.
Fuente: Contexto actual del agua en la República Dominicana