La Habana (EFE/Miriam Burgués).- La Plaza de la Revolución de La Habana acogió este martes, abarrotada, el funeral multitudinario por Fidel Castro, marcado por la lealtad incondicional de los mandatarios de países "amigos" y ausencias que, sin embargo, apenas se sintieron entre el entusiasmo de los cubanos hacia el líder de la Revolución.
Encabezado por el presidente cubano, Raúl Castro, y diseñado para servir de último adiós de la comunidad internacional a Fidel, participaron en el homenaje unas 50 delegaciones oficiales y entre los líderes presentes abundaron los latinoamericanos y africanos ante las ausencias de alto nivel desde Europa, con excepción de Grecia, y por parte de EEUU.
Rusia, histórica amiga de la isla, también quiso estar presente y usar el funeral para reafirmar que permanecerá junto a Cuba, al igual que China e Irán, otros dos importantes aliados políticos de la isla.
Y los cubanos, cientos de miles que desbordaron la mítica plaza, también se volcaron en el homenaje, arropado por una imagen gigante de Fidel, vestido de guerrillero y con una mochila a la espalda, y con las siluetas de Camilo Cienfuegos y de Ernesto "Che" Guevara iluminadas al fondo.
En su primera intervención pública desde que anunció el pasado viernes que su hermano Fidel había fallecido a los 90 años, Raúl Castro quiso despedirlo con un discurso en el que dio un paseo por la historia y repasó hitos que vivieron juntos, desde la reforma agraria a la muerte del "Che" Guevara o el dramático "periodo especial".
Los latinoamericanos, como era de esperar, estuvieron entre los más entusiastas al recordar al "eterno" Fidel y su legado durante las casi cuatro horas que duró el homenaje.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue el primer líder internacional en intervenir y declaró que el ejemplo del expresidente cubano "transcenderá el tiempo" y vivirá en todo el continente americano.
Mientras, su homólogo de Bolivia, Evo Morales, quien decretó en su país una semana de luto oficial por el fallecimiento del expresidente cubano, subrayó que Fidel "no ha muerto" y que está "más vivo que nunca, más necesario que nunca".
El líder cubano "se queda invicto entre nosotros, absolutamente absuelto por la historia grande de la patria", expresó a su turno el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, al revelar que Fidel les pasó el testigo revolucionario a él mismo y a Morales durante una reunión en 2015.
Otro de los líderes bolivarianos, el nicaragüense Daniel Ortega, apeló a la "sabiduría y firmeza" de Fidel Castro para lograr que los pueblos de América Latina y el Caribe se mantengan unidos.
Y los mandatarios de México, Enrique Peña Nieto, y El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, barrieron para casa, con el primero recordando que su país fue el "punto de partida de la lucha revolucionaria" de Fidel y el segundo agradeciendo al líder cubano por su apoyo a la guerrilla salvadoreña.
Estuvo presente asimismo el expresidente uruguayo José Mujica, pero no intervino.
El rey emérito de España, Juan Carlos I, tampoco habló en el homenaje, en el que destacó, por la parte africana, la presencia entre otros de los mandatarios de Zimbabue, Robert Mugabe; Sudáfrica, Jacob Zuma; y Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang; así como del histórico líder namibio Sam Nujoma.
Por parte rusa, el presidente de la Duma del Estado o Cámara de Diputados, Viacheslav Volodin, recordó en su discurso que su país concede un "inmenso valor" a los lazos con la isla.
Mientras, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, reflexionó acerca de que la Cuba revolucionaria de Fidel mostró al mundo "que el camino al socialismo no está cubierto de rosas" y permitió a otros países aprender "de sus logros y de sus reveses".
EE.UU, en línea con el bajo perfil que ha mantenido el Gobierno del presidente Barack Obama desde la muerte de Castro, no envió una "delegación oficial" al homenaje, donde el país estuvo representado por el asesor adjunto de seguridad nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, y su embajador en La Habana, Jeffrey DeLaurentis.
El acto multitudinario puso fin a dos días de tributos a Fidel Castro en el memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, por donde cientos de miles de cubanos desfilaron entre lunes y martes para dar su último adiós al exmandatario.
Las cenizas de Castro partirán este miércoles temprano por carretera desde La Habana hasta Santiago de Cuba, siguiendo el recorrido inverso que el líder cubano realizó en 1959 para llegar al poder.
Será el cementerio de Santa Ifigenia, donde también se encuentra la tumba del héroe nacional cubano y prócer independentista José Martí, el lugar en el que las cenizas de Fidel Castro descansarán para siempre a partir del domingo. EFE
Los líderes bolivarianos se proclaman herederos espirituales de Fidel
La Habana, 29 nov (EFE).- Con los ojos del mundo centrados en el homenaje póstumo a Fidel Castro celebrado hoy en La Habana, los dos principales líderes bolivarianos, Evo Morales y Nicolás Maduro, se declararon los herederos políticos y espirituales del fallecido expresidente cubano.
Morales, presidente de Bolivia, y Maduro, de Venezuela, que desde hace años mantienen una estrecha relación con la isla socialista y, hasta su muerte el pasado viernes, con Fidel Castro, fueron dos de los oradores más combativos del homenaje póstumo al que centenares de miles de personas asistieron en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Son esos dos presidentes los que principalmente han tomado el testigo de Fidel a la hora de demonizar a Estados Unidos, el "conspirador imperio", como culpable de todos los males que aquejan a sus países.
Otros líderes de la llamada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) presentes en el homenaje, como los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y Nicaragua, Daniel Ortega, también tuvieron un papel destacado en la ceremonia, en la que participaron unos 20 jefes de Estado y de Gobierno de países de todo el mundo.
Correa fue el encargado de abrir la serie de discursos pronunciados por los líderes políticos internacionales, mientras que Ortega se destacó por su largo mensaje, que contrastó con el más breve pronunciado por el propio Raúl Castro.
El líder ecuatoriano, en un discurso en el que declaró la inmortalidad de los ideales de Castro, agradeció la "solidaridad" deCuba y Fidel Castro con "la revolución ciudadana" de Ecuador.
Correa también alertó de que el continente americano se enfrenta a "nuevas tormentas", una idea en la que incidieron los otros líderes de la ALBA.
Por su parte, Ortega se refirió a otro tema recurrente en los discursos de otros líderes bolivarianos, la unidad.
"Hoy más que nunca, la unidad latinoamericana y caribeña se hace imprescindible, más allá de ideologías", declaró Ortega.
Pero fue Maduro el que más se arropó con la bandera de heredero de Fidel Castro.
El presidente venezolano, que fue el penúltimo orador de la noche, justo antes de la intervención de Raúl Castro, aprovechó la ocasión para revelar el encuentro que Morales y él mismo mantuvieron con Fidel el día de su 89 cumpleaños.
"Nos miró a lo ojos y nos dijo, 'Maduro, Evo, yo los acompañó hasta los 90 años'. Y yo le dije, sorprendido porque Fidel todo lo que decía lo cumplía, 'no comandante, no nos puede dejar", explicó Maduro, quien decretó tres días de duelo nacional en su país.
"Y él me dijo, con mirada compasiva, como de un padre a un niño, 'yo ya hice lo que tenía que hacer, ahora les toca a ustedes, Evo, Maduro'. Contundente. ¡Ahora nos toca a nosotros!".
Maduro repitió posteriormente la misma idea al señalar que "ahora nos toca a nosotros, a ustedes estudiantes, jóvenes, militares, campesinos, patriotas (….) a levantar las banderas de la independencia, la dignidad y la libertad de los pueblos".
"A pesar de las dificultades, lo haremos. Seguiremos el camino victorioso de este fundador de la patria grande" continuó.
Tras la caída de la Unión Soviética, la Venezuela del hoy desaparecido Hugo Chávez tomó el testigo como sostén económico de Cuba frente al embargo estadounidense, y hasta hoy provee a la isla de petróleo subsidiado que cubre buena parte de la demanda energética del país.
La relación bilateral trasciende con mucho lo económico, como se comprobó cuando Chávez enfermó de cáncer y se trató en numerosas ocasiones en La Habana.
Mientras, Morales repitió la idea de unidad, y el ejemplo en ese sentido dado por Fidel Castro, ya lanzada por Ortega.
Fidel "nos enseña que el único camino de nuestros pueblos es la unidad y la integración", dijo el presidente indígena de Bolivia, país al que Cuba ha apoyado desde hace años con el envío de decenas de médicos para atender a la población y formar a profesionales de la sanidad en el país andino.
"Fidel no ha muerto porque los pueblos no mueren, y menos aquellos que luchan por su liberación. Ese es Fidel. Porque las ideas no mueren, y menos las que abonan el camino de la emancipación. Porque las luchas no cesan, y menos las que están destinadas a dignificar la humanidad", dijo.
Morales declaró una semana de luto en Bolivia por la muerte del exmandatario cubano. EFE