Profesionales de la salud y educación manifestaron su preocupación ante los últimos hechos violentos acaecidos en el país, prácticamente ocurridos unos de tras de otros, en el que padres asesinaron a sus hijos e hijas y otros que no llegaron a consumar su acción.
El director de la Escuela de Orientación Educativa y Psicopedagógica, de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Frank Méndez, y el médico terapeuta familiar, Octavio Féliz Vida, atribuyen esta preocupante situación a problemas que se dan en las familias, a la educación y a los medios de comunicación.
“Que un padre procure mediante un acto heroico la supervivencia de un hijo o hija, a cambio de la suya, encierra un acto de valentía que solo puede ser comprendida; pero, que atente contra la vida de estos y que finalmente concretice su macabra acción, es un acto que debe preocupar y llamar a la reflexión a la sociedad”, coincidieron en señalar los dos profesores de la UASD.
Féliz Vidal y Méndez, entrevistados por separado en exclusiva para Acento.com.do, explicaron que se trata de una cadena de hechos que debe llamar la atención no solo del Estado, sino de la sociedad en su conjunto, ya que el tema envuelve a toda la dinámica socio familiar.
El profesor Féliz Vidal, cree que los hechos de violencia producidos en el seno del hogar hay que verlos en el contexto de lo pasional, se da en una situación de dependencia, sobre todo porque al hombre no se le educa para entender que la mujer no es una mercancía ni un objeto.
En ese ambiente emocional la persona puede matar a la pareja, a los hijos, incluso la persona puede atentar contra su propia vida, cuando se da ese elemento vemos que ha perdido la noción de todo”, señaló.
Manifestó que cuando ocurren estos hechos no solo se provoca un daño a la sociedad, sino que en el caso que hayan niños y niñas sobrevivientes se deja toda una secuela que provocará en ellos problemas de adaptación, así como el señalamiento de la sociedad por las acciones de sus padres.
Además, consideró que esa situación provoca una cultura insana, debido a que ese comportamiento es tomado de modelo para ser imitado por otros hombres que terminan haciendo este tipo de acto bárbaro.
Propone la educación como arma a los hombres que son los que a su juicio, realizan este tipo de actos crueles, aunque también está presente el envenenamiento usado más por la mujer, “pero igual de cuestionable”.
En tanto al director de la Escuela de Orientación Educativa y Psicopedagógica, Frank Méndez, manifestó que los últimos casos de violencia en el hogar ocurridos a menos de 15 días, debe llamar la atención de todos y todas, producto del impacto en la sociedad.
Señaló que los casos en que un militar mata a su hijo, el padre que en el sector de Los Mina ahorcó a su hija, el de Los Jardines del Ozama de un padre que intenta envenenar a sus dos hijas, y el caso ocurrido este sábado en Santiago que un señor mató a su pareja supuestamente de manera accidental, tienen el común denominador de que esos padres están separados de sus esposas y conviven con sus hijos e hijas.
Agregó que la mayoría de las personas no están siendo educadas, además, de la parte racional y emocional, en crearle capacidades en cómo enfrentar conflictos y salir airosos, lo que a su juicio, se produce no porque sea pobre o no haya ido a la escuela, sino que responde a su estructura psicológica.
Expresó además que la cultura machista en donde los hombres generalmente no asisten a los centros de ayuda por un problema de cultura que debe resolverse desde la familia y desde la escuela.
Resaltó creer que la familia, la escuela y la comunidad, no están educando para las relaciones de libertad, independencia, autonomía, sino para depender de si alguien me quiere o no y que de alguna manera hay una relación en cada uno de los eventos ocurridos.
“Debemos trabajar en fortalecer la capacidad de autonomía de los seres humanos, hombres y mujeres, y fortalecer la capacidad emocional de estos”, expuso.
Recordó que la Ley general de Educación (66-97), en su artículo 5, habla que fines son: formar personas, libres, críticas y creativas, capaces de participar y constituir una sociedad libre, democrática y participativa, justa y solidaria; aptos para cuestionarla en forma permanente; que combinen el trabajo productivo, el servicio comunitario y la formación humanística.
Sin embargo, afirmó que en la práctica lo que se está creando es un tipo de liderazgo autoritario y que anhelamos una sociedad democrática que solo tenemos un organigrama con un funcionamiento por igual autoritario.
Asimismo, subrayó la gran cantidad de familias mono parentales y que en los casos en los que padres han matado y atentado contra sus hijos, estos viven con uno de los componentes fundamentales que constituyen una familia.
Medios de comunicación
En tanto Méndez agregó que los medios de comunicación tienen mucho que ver en la realización de este tipo de hechos, sobre todo, en la forma cruda en que son presentadas las historias periodísticas que tienen que ver con la violencia en el hogar y de otra índole.
Consideró que cuando los medios dan a conocer los hechos las personas las toman para tomar venganza, por lo que si en la presa se sigue hablando sobre estos hechos sí contribuimos para que prosiga esta cadena.
“Los medios deben tomar esto en consideración. No es que los medios dejen de hacer su función esencial que es la de informar, pero que las historias se cuenten desde otra perspectiva, sin sensacionalismos”, dijo.
Aseguró que la idea es que estos hechos impactantes no sean llevados de manera cruda a la sociedad, ya que lo parece es que por estos encadenamientos violentos en hogares, puede verse como que hubo un detonante y, “luego ha seguido funcionado”.
Recordó el caso de Esther Gabriela Castillo Diloné, de 12 años, que fue estrangulada por su padre Luis Miguel Castillo, de 39; el hecho en que Narciso Núñez Polanco, de 47, intentó envenenar a sus dos hijas de 11 y 16 años, respectivamente; así como el hecho ocurrido en Los Jardines del Ozama en que el sargento del ERD Deyvi Rocha Cordones, asesinó a su hijo de 4 años; y el caso de Víctor Manuel Rocha Féliz quien hirió a su suegro, a su ex concubina y se suicidó, en Villa Central, Barahona.