SANTO DOMINGO, República Dominicana.- “Preocupados, nosotros habíamos desalojado a las personas de aquí, porque vi que ya estaba saliendo gas. Ya como en 45 minutos estalló la empresa y nos estrelló”, narra Clarence Veras, presidente de la junta de vecinos, sobre el día que cambió la vida de cientos de residentes de Villas Agrícolas.

Veras prácticamente hizo su investidura como presidente con el fenómeno de la explosión. Tomó el cargo hace aproximadamente tres meses y “me tocó algo que no hubiera querido que me tocara, pero lamentablemente fue así…”.

En varias visitas de este medio a la comunidad afectada, fue notoria una división entre los residentes al tratar el tema de las compensaciones económicas o el proceso de reconstrucción y retribución de daños reportados. Por un lado, personas expresan satisfacción y admiración ante el trabajo que han llevado las empresas responsables junto a los colaboradores comunitarios, representados por la junta de vecinos; mientras que otros alegaron que el presidente traspapela los casos reportados e incluso, mal uso de los beneficios.

Sin embargo, Clarence Veras, presidente de la junta de vecinos, desde su posición como enlace con los casos reportados, tanto de bienes físicos como de afecciones de salud, asegura que no maneja papeles ni entrega cheques por parte de la aseguradora, sino que lleva a cabo una labor de mediación. Dice que la única donación que recibió la junta de vecinos fueron 20 fardos de agua que dio la CAASD.

“Es que no me reportan casos a mí. Cuando el seguro estaba mandando los listados de las personas para acá, lo primero que le dije a ellos es que no quiero ese compromiso, porque yo vi que hay demasiados problemas con la gente que le pagan ahora y quieren que le paguen mañana y que le paguen pasado mañana. Entonces yo no me voy a prestar a eso. Mi vida está ante todo y mi reputación también”, Clarence Veras.

Seguros Sura hizo un levantamiento en el que su personal tomó fotografías e hizo reportes de los hogares y establecimientos afectados. También asignaron personas encargadas de recibir reportes de manera personal en un club de la zona.

En el proceso también han surgido quienes buscan lucrarse de la desgracia. Según cuenta, hay muchas personas que se han aprovechado de la situación y reportan daños falsos o piden dinero. Sin embargo, para los vecinos, la junta “roba y actúa en beneficio propio”.

“Si le van a pagar a 50 personas, ellos nos dicen que les consiga el teléfono de esas personas. Nosotros cumplimos con mandarles el teléfono y más nada. Ese no es nuestro papel, aunque sí queremos que se cumpla a cabalidad con todo el mundo”, agrega Veras.

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Argumenta que la mayoría de los que presentan quejas sobre su gestión han recibido pagos dos veces, ya que se las arreglan para anotarse en las listas de reportes más de una vez, cuando ni siquiera representan algún afectado.

Mientras Veras expresa sus argumentos, se acerca a él Janet Mercedes, que en una de las visitas anteriores se mostró inconforme con la aseguradora. Mercedes escucha las palabras del señor y le interrumpe. “Se anotan en diferentes listas. Habían tres personas de la aseguradora, y con las tres personas se inscribían. Venían ahora y se inscribían con una, venían más tarde y se anotaban con la otra. Entonces tenían que depurar todas esas listas”.

Esas tres personas mencionadas por Mercedes tuvieron que abandonar la zona porque fueron amenazadas. “Yo lo que voy a hacer es que voy a coger la pistola y te voy a dar con ella misma”, le dijeron a un señor, y cuentan que iban a secuestrar a otro joven que es evaluador de vehículos.

Veras continúa. Explica que en la aseguradora establece contacto directo con Christian Cartajena, quien se mostró colaborador con este medio. Ellos, por su parte, comenzaron pagando los jaguares, los vehículos y los casos de salud.

“Nosotros lo que buscamos es que se le cumpla a la gente, no tenemos participación para decir métete tu o tú, no. Tú sabes que nosotros vivimos en un barrio…y tú te imaginas que nosotros nos prestáramos a eso…eso es un peligro. Yo he recibido muchas amenazas de muerte ahí en mi casa, porque hay gente que entiende que uno tiene que lograr que rápido le resuelvan su situación. Pero qué te digo, esto es un proceso difícil”, sostiene.

En la calle se entregaron 500 canastas en Navidad, 100 cajas del gobierno que entregó la Vicepresidencia y el Plan Social llevó fundas y algunos plasmas.

A un mes de ocurrido el desastre, asegura que la iglesia no participó en el proceso de recuperación de la vecindad.

Acento intentó contactar a la persona autorizada por Polyplas, Transgas y Seguros Sura para brindar información, lo que no ha sido posible hasta el momento.