SANTO DOMINGO, República Dominicana.- En el marco de la conferencia “Epilepsia, sueño y mujer”, organizada en Laboratorios Mallen Guerra por la Sociedad Dominicana Unidos por la Epilepsia (SODUE), los doctores Lilliam Fondeur, ginecóloga y obstetra, y el neurólogo epileptólogo José Cabrera, destacaron la importancia del orgasmo, de dormir bien y hasta de filmar las convulsiones.

En las conferencias en torno a la epilepsia que mensualmente se organiza en las instalaciones de ese laboratorio, con diferentes expositores -y por lo mismo con  abordajes desde diferentes perspectivas y visiones-, destaca la activa participación de pacientes y familiares.

Por lo general, tras las charlas formales de los epileptólogos o especialistas en disciplinas relacionadas se da paso a animados, interesantes y prolongados debates que empiezan con preguntas a los expositores y poco a poco derivan en relatos personales que revelan el interés y la necesidad de dar y recibir, de conocer los aristas del problema desde diferentes perspectivas.

Dra. Lilliam Fondeur: “Los orgasmos, como la tierra, son de quienes los trabajan. No es tu pareja la que te va a dar placer sexual; es una mismo, pero pensamos que no somos sanas, que no somos normales”.

“A más orgasmos mejor la vida en todo el planeta”

En la última conferencia no pasó desapercibida la afirmación de la doctora Fondeur de que “a más orgasmos mejor la vida en todo el planeta”.

Esta es una certeza boicoteada por las inseguridades y los miedos, la falta de información y las taras del mismo sistema, el temor al rechazo y a negarse el derecho al placer. Todo esto repercute en una vida sexual con disfunciones, especialmente en las mujeres con epilepsia, remarcó.

“¿Y si convulsiono, y si este orgasmo en realidad fue una convulsión? ¿Y si….? Estas inseguridades por miedos van bloqueando una vida normal; las relaciones con nuestras parejas y con nosotros mismas se van lesionando”, sostuvo la ginecóloga y obstetra.

A priori se piensa que los orgasmos podrían desencadenar ataques indeseables. “No,no, todo lo contrario”, reiteró Fondeur a Salud de Acento tras repetir que la mujer con epilepsia “puede perfectamente vivir una vida plena, en todos los sentidos y en todos los ámbitos”.

“Cada uno de nosotros debe ser multiplicador de información”, dijo previamente al medio centenar de personas, entre pacientes y sus familiares, con las que coincidió en que “si tuviéramos más orgasmos estuviéramos en un planeta con más contentos y felices” y se viviría “sin tanto miedo”.

“¿Ustedes creen que sí se puede tener orgasmos?”, consultó a la audiencia femenina de forma retórica, porque no esperó respuestas para subrayar a renglón seguido que si estos llegan es porque “estamos sintiéndonos libre” y cuando “hay libertad hay confianza en la pareja y primero en una mismo”.

Las estadísticas confirman que es más frecuente la disfunción sexual en mujeres epilépticas, porque “la sobrecarga es más grande” y muchas en el inicio de su vida sexual no revelan su condición y más bien “la ocultan y así su cabeza no está enfocada en su sexualidad”, partiendo que en ello incide la insuficiente lubricación, añadió.

“Los orgasmos, como la tierra, son de quienes los trabajan. No es tu pareja la que te va a dar placer sexual; es una mismo, pero pensamos que no somos sanas, que no somos normales”, añadió y apuntó que este es uno de los asuntos que “muy pocos tratan consigo mismo”, peor con los médicos.

La doctora Lilliam Fondeur había comenzado su conferencia revelando que ella misma sufrió hace un par de años una crisis epiléptica, de lo que no estaba al tanto ni siquiera Giovanna Ferrando, principal gestora de estas exposiciones en Laboratorio Mallen Guerra, madre a su vez de un menor con epilepsia y símbolo de SODOUE.

“Yo soy una persona que ha padecido esto, que lo ha vivido y cuando esto me ocurrió y se confirmó en las pruebas diagnósticas me dije: 'Gracias a Dios que era esto y no una tumoración', porque esto de la epilepsia es algo que perfectamente se puede controlar, algo con lo cual uno perfectamente puede vivir y hacer absolutamente de todo en la vida”, insistió Fondeur.

La historia destaca al hombre epiléptico como alguien fuerte, “en cambio si es mujer, como Juana de Arco o Juana la Loca…. Hay una connotación muy negativa cuando es en la mujer y más aceptada cuando es en un hombre”, remató la expositora que puso énfasis desde una perspectiva de género en la estigmatización que enfrentan las personas afectadas junto a sus seres queridos, más si son mujeres.

Dr. Cabrera: Antes de empezar a filmar, aclaró, “hay que preocuparse del paciente, que es lo primordial. Acostarlo de lado, protegerle la cabeza, no meterle nada en la boca…"

El Dr. que pide filmar crisis, un experto en sueño y epilepsia

Sobre la relación entre el sueño y la epilepsia, el Dr. Cabrera apuntó a la necesidad de un sueño saludable y nocturno como requisito vital para una calidad de vida óptima, lo que obviamente vale para cualquier persona, tenga o no alguna enfermedad.

Aludió también a la apnea y a los ronquidos y al hecho de que aproximadamente un 70% de las personas que padecen de epilepsia presentan somnolencia diurna y un 30% algún tipo de trastorno del sueño, ya sea insomnio, cambio en la arquitectura del sueño o su fragmentación.

Puso especial hincapié en la importancia del diagnóstico veraz y oportuno y explicó que los movimientos bruscos y repentinos mientras se duerme (parasomnias) pueden ser indicadores de futuras condiciones epilépticas u otras afecciones neurológicas.

Hay pseudo crisis o crisis no epilépticas y entonces, explicó a Salud de Acento, "es importante filmar y ver qué pasa, porque si es una verdadera crisis nace en un sitio específico y siempre se va a manifestar de la misma manera. Entonces, en las filmaciones uno puede ver si las crisis se parecen entre ellas y así uno intuye dónde está el foco inicial y hacia dónde se propaga”.

El Dr. Cabrera añadió que “si el médico no tiene la seguridad (en el diagnóstico) comenzará a subir (las dosis de) los medicamentos o a cambiarlas o a sustituirlas innecesariamente".

Ahora, y antes de empezar a filmar, aclaró, “hay que preocuparse del paciente, que es lo primordial. Acostarlo de lado, protegerle la cabeza, no meterle nada en la boca, no forzar a que la crisis pase porque no va a pasar hasta que pase; eso es lo primordial”, subrayó.