SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Las trillizas despertaron a la vida la mañana del martes 20 de junio en condiciones de prematuridad. No las colocaron en incubadoras, aunque las necesitaban, porque Maternidad La Altagracia no tenía cómo satisfacer esa necesidad que podría hacer la diferencia entre la vida o la muerte.

Nueve días, más de 200 horas, tuvieron que esperar las tres niñas para conseguir que el centro hospitalario pudiera proporcionarles un hábitat adecuado. Entonces se aproximó la muerte a una de ellas que se encuentra en condición crítica.

‘‘Ya le hicieron tres transfusiones de sangre, pero desde ayer nosotros no sabemos nada. No tenemos información’’, dice la tía quien narra la historia de desesperación que está viviendo toda la familia desde una sala de espera, donde pasan horas y días sin recibir información pertinente.

‘‘Mi hermana [madre de las niñas recién nacidas] está muy mal, a ella la dejaron pasar a las 10:00 de la mañana, después de muchas horas sin saber nada… Porque aquí no te dan información.

‘‘Pero ella no podía pasar sola, se la pasa llorando desesperadamente. Hablé con la muchacha de información, ella me consiguió un permiso, pero el policía no me dejó pasar’’.

Dice que el servicio en la principal maternidad en funcionamiento en la actualidad es ineficiente e inhumano.

La zozobra consume su calma, y es que la familia Muñoz va a la Maternidad La Altagracia todos los días desde Yaguate, una localidad ubicada a más de 30 millas de San Cristóbal, a quedarse varada, desinformada e impotente en una abarrotada sala de espera, en la que ‘‘de paso el policía nos habla como animales’’.

‘‘Ayer llevaron a dos de las niñas a una sala para cuidado especial, y la que está más grave la dejaron ahí y ahora fue que la pusieron en incubadora’’.

‘‘Ayer lo más que le dijeron a mi hermana fue: ‘hay una de las niñas muy grave’. Como que uno no tiene sentimientos’’

Gabriela ha observado una manera deshumanizada de tratar a las madres. ‘‘El otro día le dijeron a una muchacha: ‘ah, se murió’. Así como si nada pasara. Ni siquiera le preguntaron si andaba con alguien. Tú sabes el dolor que se siente cuando te dicen que tu hijo que acaba de nacer murió’’.

María teme que una negligencia mate a su hijo

María Pineda es una joven embaraza preocupada por su diagnóstico.

‘‘Los doctores y las enfermeras te hablan mal. Las instalaciones no sirven, el baño no sirve, la cama no sirve… nada sirve. ¿Entonces cómo uno va a confiar en lo que ellos te dicen?’’

María se encuentra en los ocho meses de gestación. Dice que no se siente bien, que en el centro le querían practicar un parto por cesárea desde los siete meses.  Teme que una negligencia mate a su hijo.

La explicación de las autoridades

En Maternidad La Altagracia nacen entre 1,050 y 1,100 niños y niñas cada mes. Aunque no se consiguió un promedio de las muertes, la gerente de Perinatología, doctora Danny Peña, mencionó que tienen una mortalidad de dos (2) por día, y que ‘‘cuando mueren tres es un escándalo’’.

Dijo que lo ocurrido el fin de semana pasado (23, 24 y 25 de junio), que ascendió en tres días a catorce (14) fallecimientos de neonatales, ha sido un escándalo porque se ha sumado varios días.

‘‘Ha sido un escándalo porque se suma la mortalidad de un fin de semana. Pero si hoy mueren tres (3), y mañana tres (3) más, y pasado mueren cinco (5), no me puedes decir ‘que se murieron 14’. No debemos ver la mortalidad como un número, sino las causas’’.

Su versión es que eran recién nacidos prematuros, con bajo peso, con morbilidad sobre agregada porque las madres tenían infecciones vaginales y de vías urinarias, madres con preclamsia; algunos de esos recién nacidos tenían anomalías congénitas.

‘‘En el recién nacido prematuro la morbilidad es alta y si se le suma una hipertensión y una infección de la madre, la mortalidad aumenta’’, concluyó.