ALEMANIA/PORTUGAL/REINO UNIDO.- La identificación de un nuevo sospechoso en el caso de la desaparición de la niña británica Madeleine McCann ha agitado la zona en la que se le perdió la pista hace 13 años, el Algarve portugués, donde los testigos responden este viernes a nuevas preguntas de la Fiscalía.
Tras conocerse este miércoles que el alemán de 43 años identificado como Christian B., actualmente en prisión en su país por delitos sexuales, es el nuevo sospechoso de la desaparición de la niña, a la que la Fiscalía de la ciudad alemana de Braunschweig da por muerta, la atención ha vuelto a desplazarse al Algarve.
"El proceso se encuentra en investigación, con diligencias en curso, principalmente indagación de testigos", sostiene la Fiscalía portuguesa en un comunicado remitido a EFE.
Vuelven por tanto las preguntas, en un trabajo en el que colabora la Policía Judicial lusa, que investiga el caso junto con la Fiscalía de Braunschweig y la Policía Metropolitana británica y que guarda riguroso silencio.
Fuentes de la PJ dijeron a EFE que, por el momento, no habrá ninguna información adicional sobre el devenir de las pesquisas, que parecen haber dado un vuelco en los últimos días.
El señalamiento de Christian B. ha hecho que Portugal reviva un suceso casi traumático para la policía portuguesa, muy cuestionada después de señalar como sospechosos a los padres de la pequeña, que tenía tres años cuando desapareció, y de que otras personas al principio consideradas sospechosas fueran luego descartadas como responsables de la desaparición.
Muchos pasos en falso que hicieron del caso una obsesión en el país, donde ahora, al ver un nuevo sospechoso, hay una mezcla de cautela aprendida tras trece años de dudas y confianza en que, para dar un paso de esta magnitud, debe haber una base sólida.
El Algarve vuelve a llenarse poco a poco de periodistas y las portadas de la prensa de fotos de "Maddie", en tanto que se repasan las pistas ofrecidas por las policías del Reino Unido, Alemania y Portugal para pedir colaboración ciudadana.
Una de ellas era un número de teléfono móvil portugués al que habría llamado el sospechoso poco antes de que se perdiera la pista de la pequeña, y también se comparten las fotos de dos vehículos Jaguar XJR 6 de color oscuro y una furgoneta VW T3 Westfalia de color claro, con la que aparentemente pudo secuestrar a la niña.
Hoy, además, se insiste en una fotografía del sospechoso, rubio y con ojos azules, que algunos reporteros muestran en la zona de Praia da Luz a los vecinos aunque éstos, algo confusos, admiten que en esa área tan turística un perfil así es muy común.
Mientras se espera el desarrollo de estos indicios, se repasan los momentos clave del mediático caso, que dio la vuelta al mundo y generó un informe de 12 mil páginas, además de 2 mil diligencias policiales, 500 búsquedas en la zona y casi veinte sospechosos sin que aún se sepa con certeza la suerte de la niña.
Madeleine McCann desapareció la noche del 3 de mayo de 2007 de la habitación en la que dormía con sus hermanos Amelie y Sean, apenas bebés, en el apartamento de Praia da Luz en el que pasaba las vacaciones.
Sus padres, Kate y Gerry McCann, cenaban con unos amigos en un restaurante cercano y aseguraron a la policía que se turnaban para vigilar que sus respectivos hijos dormían. En una de esas visitas, se descubrió que Maddie ya no estaba.
Hasta ahora las dos grandes teorías sobre la desaparición, que llegaron a enfrentar a la policía portuguesa y británica, apuntaban al entorno de la menor o a la acción de un grupo pedófilo internacional que la hubiera raptado.
Desde Londres solo se ha dicho que la Policía del Reino Unido sigue de cerca la investigación abierta en Alemania sobre el nuevo sospechoso de la desaparición en Portugal de la niña británica, un acontecimiento que podría poner fin a trece años de misterio.
El nuevo sospechoso, que cuenta con un amplio historial delictivo por violencia sexual que incluye a víctimas menores, vivió en el Algarve entre 1995 y 2007, y el día de la desaparición de la niña se encontraba cerca de la casa de Praia da Luz, donde los McCann pasaban las vacaciones.
El equipo de Scotland Yard (la Policía Metropolitana de Londres) que dirige la llamada Operación Grange, destinada a hallar pistas de la niña desde 2011, ha colaborado con las autoridades alemanas para dar con este sospechoso y ha identificado dos vehículos que pudo utilizar en el momento de la desaparición.
Si bien la fiscalía alemana de Braunschweig dijo hoy que parte de la base de que la menor está muerta y sospecha que su asesino es el hombre recientemente identificado, según la prensa británica, Scotland Yard sigue investigando una desaparición al no tener "evidencia definitiva de si Madeleine está viva o muerta".
Desde aquel fatídico 3 de mayo de 2007, el caso Madeleine reunía todas las características para ser objeto de teorías y conjeturas: enfrentamientos entre la policía británica y portuguesa, contradicciones sobre la versión de los padres y su entorno, multitud de sospechosos y pruebas poco concluyentes. El cóctel perfecto para que la historia llegara también a las pantallas a través de varios documentales.
LEA AQUÍ Hace unos años las supuestas pistas llegaron hasta Australia
La investigación portuguesa, liderada en sus inicios por Gonçalo Amaral, puso en el punto de mira a los padres, Kate y Gerry McCann, que llegaron a ser formalmente investigados.
Amaral, que acabó siendo despedido, encontró vacilaciones en el testimonio de los progenitores que siempre han defendido que la niña, entonces de tres años, desapareció cuando dormía junto a sus hermanos (los gemelos Amelie y Sean, de dos años), en el apartamento de Praia da Luz, mientras ellos cenaban en un restaurante cercano con una pareja de amigos.
Tras más de una década de búsqueda infructuosa con multitud de apariciones públicas para tratar que el caso no cayera en el olvido, los McCann afirmaron que dan la "bienvenida" a la nueva línea de investigación y destacaron que su deseo es "encontrarla, destapar la verdad y llevar a los responsables ante la justicia".
"Nunca perderemos la esperanza de encontrar a Madeleine viva, pero cualquiera que sea el resultado, necesitamos saber, tanto como necesitamos encontrar paz", dijeron en un comunicado este miércoles.
En una entrevista con Efe en 2019, Francisco Moita Flores, exinvestigador de la Policía Judicial portuguesa, defendió la tesis portuguesa de que la respuesta a este misterio está en el entorno de la familia, por las "contradicciones" que aseguró había en las declaraciones de los amigos que cenaban con los McCann.
Flores señaló que para aclarar lo sucedido era fundamental llevar a cabo una reconstrucción de los hechos, un procedimiento habitual que, sin embargo, en este caso nunca se hizo.
Se llegó a barajar también la posibilidad de que la niña fuese raptada por una organización dedicada a la pedofilia y la atención internacional que cobró el suceso hizo que, a lo largo de este tiempo, varias personas aseguraran haberla visto, a veces en varios continentes el mismo día, sin que se haya podido demostrar nada.
Tampoco ha ayudado el que se hayan sucedido los enfrentamientos entre los diferentes cuerpos policiales, que actualmente prosiguen sus investigaciones por separado: por un lado Scotland Yard, con un presupuesto que periódicamente se anuncia que se amplía, y por otro la Policía de Oporto que sigue trabajando, aunque de forma más discreta.
Desde ahora se sabe que también la Policía alemana se ha sumado a las pesquisas y pide la colaboración ciudadana para ayudar a esclarecer lo ocurrido a la pequeña, que si vive tendría hoy 20 años. EFE