SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Lanza las fotocopias de documentos que sacó de una mochila. Los guarda como prueba de que completó el expediente abierto al momento de inscribirse en el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, cuya primera fase concluyó el pasado miércoles 17 de junio.

“¡Abusadores!” gritaban los que la rodeaban frente al centro de regularización en la calle Los Ángeles que colinda con la Avenida Rafael Fernández Domínguez, antigua Autopista de San Isidro, momentos en que Magdalena Filizaires arrojaba alterada sus documentos.

“Ahí hay 24 mil pesos”, decía la mujer desesperada señalando los pliegos de papel en el suelo.

Explica que nació en República Dominicana, en el Hospital San Lorenzo de Los Mina hace 27 años, pero ha tenido que regularizarse en el Plan de Extranjeros porque sus padres de nacionalidad haitiana no se ocuparon de obtener papeles, y a pesar de ello ya lleva siete meses de que se inscribió en este.

Tiene dos hijos de siete y tres años de edad, y se convirtió en madre soltera tras fallecer su esposo hace más de dos años.

Muestra las calificaciones escolares del año 2014-2015 de sus niños inscritos en un colegio de la zona donde viven. Teme no llegar a obtener algo que le asegure su residencia en el país.

“Yo no sé qué va a pasar conmigo sí no me entregan los papeles para quedarme aquí ni que va a suceder con mis hijos pequeños”, argumenta.

A su lado, Erelin manifiesta que se encuentra en el país en espera de lo que sucederá, pero sí no se le asegura su permanencia “agarro a mis muchachos y me voy de aquí”.

En manos tiene los papeles requeridos por las autoridades aunque en su papel de buena conducta le fue mal escrito su primer nombre, pero espera así le sean recibidos.

“Duré un mes esperando ese papel y cuando me lo entregan lleva mal escrito mi nombre, sin embargo no me lo quisieron cambiar y dijeron que debía solicitarlo nuevamente. Eso dura un mes y ya están avanzando los 45 días lo que no será posible entonces completar mi expediente”, reclama Erelin.

Junto a sus documentos se encuentran los de su pareja, también de nacionalidad haitiana.

Mientras, Jefferson llegó a República Dominicana cuando apenas tenía dos años de edad. “Estudié desde pequeño aquí y me gradué del bachiller, tengo hasta mi título por haber terminado mis estudios escolares”.

Cuenta que su vida está aquí. Es uno de los últimos de la larga fila compuesta por hombres al lado izquierdo de la entrada de la edificación destinada para el proceso.

"No nos entregan nada que nos acredite completamos el expediente, si no que nos dejan el mismo papel de inscripción y entonces, si un policía nos detiene en la calle como le demostramos que ya terminamos de depositar?", cuestiona Jean Pierre.

A pesar de que más de 200 mil extranjeros se inscribieron en el plan, la desinformación entre ellos es notoria. Critican que nadie les explica como seguirá el proceso y como deben actuar ante el ejemplo ante dado.

"Nos reciben los documentos, los tiran entre un montón. nos piden el teléfono y solo nos dicen -le llamaremos-" reprocha.

Más…

Así, pegados a las rejas que cercan el edificio de Oficinas Gubernamentales Juan Pablo Duarte, mejor conocido como el Huacal, decenas de inmigrantes son detenidos por los agentes del Ejército y la Policía Nacional.

"!No es foto lo que queremos si no decir lo que está sucediendo!" gritó un hombre a nuestra llegada.

Se queja de que lleva tres días acudiendo desde horas de la mañana y cada vez que ha podido acceder a las oficinas, le dicen que los papales que lleva no sirven.

Intranquilo, Rogert Rosseu afirma tener hijos, casa y una familia que sostener en el país, y que no puede ser deportado. Sus hijos asisten a la escuela y poseen su acta de nacimiento, pero el y su esposa solo vinieron con sus pasaportes que se vencieron hace años.

Los mismo les dicen a estos que han tenido que dejar por horas sus empleos para poder regularizarse, ante un trato humano humillante de parte de los empleados del Misniterio de Interior y Policía, según denuncian.

Construcciones

Y aunque las filas de los puntos de regularización estén copadas de personas, la presencia de nacionales haitianas se redujo en las construcciones privadas del país, tras la conclusión del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros.

Algunas se ven detenidas y otras con poca mano de obra extranjera.