SANTO DOMINGO, República Dominicana.- A ritmo canciones, palabras de alabanza y bailes, miembros de más de 70 concilios evangélicos, realizaron este martes 22 una marcha en defensa de la familia tradicional y en repudio al matrimonio entre personas del mismo sexo, en la que además condenaron la actitud del movimiento LGBT, que comprende a lesbianas, gais, trans y bisexuales dominicanos.
Los protestantes realizaron una movilización desde el Parque Enriquillo hasta el Parque Independencia, donde efectuaron una congregación en la que se leyó un documento al cual denominaron como “Proclama Profética”, y en el que se reitera el derecho de la constitución familiar compuesto por un hombre y una mujer, así como la condena al matrimonio igualitario.
En lo referente a la presencia del embajador estadounidense en el país, James Brewster, el pastor Javier Paulino, presidente de Unidos por la Nación y organizador del evento, aseveró que Brewster mintió al país al presentar sus credenciales como representante del Estado norteamericano, debido a que desde su llegada ha emprendido una agenda de “activismo gay”, la cual consideró como violatorio a la Constitución, por lo que requirió la sustitución del emisario.
Paulino, aseguró que la marcha no es en contra del embajador Brewster ni del colectivo homosexual, y afirmó que la comunidad cristiana no es homofóbica, pese a que los manifestantes presentaron carteles en los que se pedía la salida del país del diplomático, entre agrios comentarios sobre la sexualidad de los miembros de la comunidad LGTB.
“Esta marcha no es en contra de los gais, no es en contra del embajador, sí es en contra de la violación de la Constitución y en contra de los ataques sistemáticos a los valores éticos y morales de la familia dominicana, que en estos momentos están siendo socavados”, destacó.
Indicó que las presentaciones públicas con su pareja, Bob Satawak, envían una mala señal, por lo que afirmó que continuarán en pie de lucha para proteger a los niños y a la familia.
De igual forma, el obispo Nelson Luna, miembro de la Comisión Evangélica Internacional de Derechos Humanos (CEIDEH), aseguró que el matrimonio gay “no cabe en la Constitución”, y aseguró que realizarán la recolección de 1.5 millones de firmas, para que el embajador estadounidense, James Brewster sea declarado como persona non grata.
Explicó además, que las instituciones cristianas están en contra de los casos de pedofilia, como el que involucra al nuncio apostólico Józef Wesołowski, lo que ha ocurrido, según el comisionado, tanto en la iglesia católica como en la protestante, siendo la primera la de mayor cantidad de casos conocidos.
"No son derechos humanos".
En lo que se refiere a los derechos de las personas homosexuales, el obispo Nelson Luna manifestó que “no es un derecho humano ser gay”, a la vez que explicó que es un “estilo de vida que los lleva a una conducta desordenada”.
Indicó que el matrimonio entre personas del mismo sexo o igualitario choca con la disposición en el artículo 55, el cual establece que el Estado garantizará la protección de la familia, por lo que constituye un derecho inalienable e inembargable, de conformidad con la ley.
Afirmó que los homosexuales necesitan terapia para un cambio de actitud, dado que ser homosexual es una “conducta adquirida, la cual puede ser corregida”, por lo que podría ser competencia de Salud Pública, además de la sociedad civil, a fines de cambiar la actitud de los homosexuales.
Sobre las declaraciones del presidente estadounidense Barack Obama, Luna condenó el discurso a favor de los derechos de la comunidad LGTB, e indicó que la colectividad cristiana no comparte su parecer, especialmente en materia de adopción.
“La comunidad evangélica no está con eso. La comunidad evangélica está con la familia”.
De manera similar, Javier Paulino subrayó sobre los derechos homosexuales, que no se puede hablar de derecho si se violentan los derechos de la mayoría.
Destacó que hay una agenda de los países poderosos como Estados Unidos, y que promueven una práctica que es “nociva para la salud física y espiritual”.
“Se ha comprobado científicamente que los homosexuales viven 15 años menos que los heterosexuales, además de sufrir mayor cantidad de enfermedades mentales, por lo que no se puede empujar a la población a una práctica que resulta dañina y aberrante”.
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