REDACCIÓN INTERNACIONAL.- “Quienes mataron a Moïse todavía tienen el poder. Así seguirá, nada cambiará”. Con esta sentencia el New York Times remata un texto publicado este lunes bajo el titular “Fiscal de Haití dice que la evidencia vincula al primer ministro con el asesinato del presidente”.
El texto lo firman Maria Abi-Habib y Anatoly Kurmanaev, quienes achacan la sentencia en cuestión a un vendedor ambulante que les enumeró los nombres de políticos haitianos de alto rango que fueron asesinados y cuyas muertes siguen sin resolverse.
El artículo del New York Times hace un recuento de lo sucedido en los últimos días con el fiscal general de Haití, Bed-Ford Claude, y el primer ministro en funciones, Ariel Henry.
¿Qué sucedió? El fiscal dijo ayer martes que había pruebas que vinculaban al primer ministro Henry con el asesinato del presidente y pidió al juez que le prohíba salir del país. Previamente, lo citó a declarar y entonces el primer ministro hizo lo que no se hace sino se quiere sorprender: ¡lo despidió!
Los periodistas del New York Times (NYT) no aportan elementos nuevos a lo ya sabido, tanto así que recurren a un vendedor ambulante para decir lo que al parecer les gustaría afirmar en base a pruebas más que a creencias, pero hacen un buen recuento de lo que pasa y ha pasado en el país vecino con este asunto, haciendo hincapié en que el primer ministro habló por teléfono con uno de los principales sospechosos del crimen, Joseph Badio, muy horas después del magnicidio y desde el domicilio del asesinado.
El NYT está hace meses haciendo un buen seguimiento a lo ocurrido y es así que la misma María Abi-Habib, jefa de la oficina de México, Centroamérica y el Caribe del The New York Times, escribió en agosto que el narcotráfico salpicaba a Moise, a su mentor, el expresidente Martelly, y a la DEA.
El nuevo trabajo del NYT recuerda que Badio es un ex funcionario de inteligencia y asegura que, según el registro y seguimiento de esa llamada al (o del) primer ministro Henry, telefoneó estando en la casa de Moïse con el cuerpo de este aún caliente.
Una traducción no oficial del nuevo texto del New York Times:
PUERTO PRÍNCIPE, Haití – El fiscal jefe de Haití dijo el martes que había pruebas que vinculaban al primer ministro en funciones con el asesinato del presidente Jovenel Moïse, y pidió que se le prohíba salir del país hasta que responda preguntas al respecto.
La semana pasada, el fiscal emitió una citación policial para el primer ministro, Ariel Henry, solicitando que testificara sobre el contacto que tuvo con uno de los principales sospechosos del asesinato.
Los registros telefónicos muestran que Henry habló con el sospechoso, Joseph Badio, un ex funcionario de inteligencia, en las horas posteriores a la muerte de Moïse en julio en su casa en Port-au-Prince, la capital.
Henry, quien rápidamente destituyó al fiscal de su cargo, es, con mucho, la figura más prominente envuelta en una investigación de asesinato que ha resultado en el arresto de más de 40 personas, pero ha arrojado poca luz sobre quién ordenó y pagó el asesinato del presidente y por qué.
Entre los detenidos se encuentran los agentes de seguridad de Moïse, empresarios, tres haitianos estadounidenses y 18 mercenarios colombianos acusados de liderar el asalto a la residencia de Moïse. Y la policía ha emitido al menos una docena de órdenes de captura más, incluida una para el señor Badio, a quien las autoridades haitianas acusan de armar y dirigir a los mercenarios colombianos la noche del ataque.
Pero a medida que las pistas se enfrían y los sospechosos clave desaparecen, la investigación parece descender a una lucha por el poder político. Las facciones rivales de la élite del país están utilizando el asesinato de Moïse para atacar a sus oponentes, lo que lleva a muchos haitianos a temer que nunca verán que se haga justicia por un crimen que ha dejado a la nación a la deriva.
“Están luchando por el poder y los enemigos de Ariel están usando el sistema judicial en su contra”, dijo Pierre Espérance, un activista de derechos humanos haitiano que está investigando de forma independiente el asesinato de Moïse. “Lo que pasó hoy en el país es algo que nunca antes habíamos visto”.
La oficina del primer ministro calificó la prohibición de viajar como ilegal y de "teatro político", y dijo que el fiscal Bed-Ford Claude no le había informado directamente sobre la medida. Las llamadas (del NYT) para hacer comentarios al teléfono celular del Sr. Henry no fueron respondidas de inmediato.
Es dudoso que el fiscal, Sr. Claude, tenga la autoridad para dirigir la investigación y exigir el interrogatorio del Sr. Henry o acusarlo del asesinato. El lunes, Henry destituyó a Claude de su cargo, según la oficina del primer ministro. Y, en cualquier caso, el fiscal ya no tiene autoridad sobre la investigación, que ahora está en manos de un juez.
La ley haitiana prohíbe a los funcionarios judiciales procesar a altos funcionarios sin la autorización del líder del país, que en este momento es Henry.
Jefe del Senado quiere ser presidente
En medio del tumulto del martes, el jefe del Senado, Joseph Lambert, hizo una jugada para convertirse en el próximo presidente de Haití. Lambert, quien intentó reclamar la Presidencia en los días posteriores al asesinato de Moïse, intentó lo mismo una vez más el martes por la noche.
La oficina del senador llamó a los medios locales al Parlamento para transmitir en vivo su juramento, pero antes de que pudiera hacerlo se desató un tiroteo que le impidió ingresar al edificio, según diplomáticos occidentales y funcionarios haitianos.
Una vez que la comunidad internacional, liderada por el Gobierno de Estados Unidos, se enteró de los planes de Lambert, presentaron un frente unido y le advirtieron que no asumiera la Presidencia sin un consenso nacional más amplio, según un diplomático en Puerto Príncipe.
La medida contra el primer ministro Henry se produjo un día después de que la viuda del asesinado, Martine Moïse, fuera llamada por el juez a cargo del caso para que compareciera para ser interrogada el próximo 20 de septiembre.
Martine Moïse estaba en el dormitorio con su esposo cuando él fue acribillado, y también resultó gravemente herida en el ataque. Desde entonces, ha anunciado su candidatura en las próximas elecciones presidenciales.
Desde el asesinato, Haití ha sido golpeado por un terremoto y una tormenta tropical. El primero mató a unas 2 mil personas y la segunda provocó deslizamientos de tierra e inundaciones desplazando aún más a la población y retrasando la recuperación del país. Juntos, se sumaron a las crisis políticas superpuestas que agobian a Haití.
Henry, un neurocirujano que fue nombrado primer ministro por Moïse pocos días antes del asesinato, ha luchado por hacer valer su autoridad sobre el país desde que asumió el cargo en julio. En comentarios anteriores, Henry ha negado cualquier conexión con el asesinato y dijo que los autores intelectuales del complot seguían prófugos.
La policía está investigando un complot complejo que, según dicen, se extiende por varios países y gira en torno a un médico y pastor poco conocido, Christian Emmanuel Sanon, que nació en Haití y vive en Florida (EEUU). Los funcionarios dicen que conspiró para matar al presidente y tomar el poder.
Pero ninguno de los sospechosos detenidos parece haber tenido los medios para financiar el complot, o la capacidad de tomar el poder después de la muerte del presidente.
La investigación, que ha estado envuelta en irregularidades y manipulaciones desde que comenzó, ha proporcionado a los haitianos pocas respuestas y ha socavado la poca confianza que muchos tenían en el corrupto y disfuncional sistema legal del país.
- Más sospechosos: dos estadounidenses se encuentran entre al menos 20 personas que han sido detenidas hasta ahora. Varias de las personas investigadas se reunieron en los meses previos al asesinato para discutir la reconstrucción del país una vez que el presidente estuviera fuera del poder, dijo la policía haitiana.
Varios funcionarios judiciales que reunieron pruebas iniciales en el caso se han ocultado después de afirmar que recibieron amenazas de muerte. Un secretario de la corte involucrado en la investigación murió en circunstancias poco claras y el juez original asignado al caso se recusó, citando razones personales.
Algunos de los soldados colombianos detenidos han afirmado que sus confesiones fueron extraídas bajo tortura, y los investigadores de Estados Unidos y Colombia que llegaron a Haití para ayudar con el caso dijeron que las autoridades haitianas los habían dejado de lado.
La combinación de estos contratiempos paralizó la investigación, dijeron expertos legales en Haití, y la dejó abierta a la manipulación por parte de políticos que buscan sacar provecho del asesinato de Moïse.
Ruptura entre Moïse y Michel Martelly
Desde el asesinato, una ruptura política entre Moïse y su antecesor, Michel Martelly, que comenzó en los últimos años de la Presidencia de Moïse, ha continuado encontrándose y amenazando el frágil equilibrio político del país.
El gabinete de Haití ahora está dividido entre los aliados de Moïse y los de Martelly, quien se espera que sea el favorito en las próximas elecciones presidenciales.
Los dos hombres fueron una vez aliados. Martelly eligió a Moïse para sucederlo como presidente en 2015, sacándolo de la oscuridad política. Pero funcionarios cercanos a Moïse dijeron que la relación se había vuelto cada vez más tensa, y que Martelly estaba enojado con Moïse por no apoyarlo abiertamente para las próximas elecciones.
Henry hombre de Martelly
En las semanas previas a la muerte del presidente, Martelly presionó a Moïse para que reorganizara su gabinete, designando nuevos ministros y nombrando a Henry como primer ministro, según un diplomático internacional y funcionarios cercanos al presidente fallecido.
Pero Moïse insistió en mantener a varios funcionarios en puestos clave, incluidos los ministros de Justicia y Finanzas y al fiscal ahora destituido. Todos ellos están tratando de impulsar la investigación del asesinato, dijeron funcionarios del gobierno cercanos a Moïse.
El portavoz de Martelly no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios (requeridos por el NYT).
En medio del desorden político y la violencia en el país, es probable que las elecciones nacionales previstas para este año se retrasen hasta el próximo año, dijeron diplomáticos.
La naturaleza caótica de la investigación también ha profundizado la desilusión de muchos haitianos que ya estaban luchando para llegar a fin de mes y los dejó angustiados por el futuro de su país.
Cómo Henry destituyó al fiscal que lo investiga
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, anunció este martes la destitución del fiscal Bel-Ford Claude horas después de que éste solicitara a un juez abrir una investigación al jefe del Gobierno como imputado por el asesinato del presidente Jovenel Moise.
Henry comunicó la destitución del fiscal en una carta fechada el lunes, pero divulgada al día siguiente por el Gobierno, en la que se justifica el cese por una supuesta "falta administrativa grave" cometida por parte de Claude.
El fiscal solicitó este martes al Tribunal de Primera Instancia de Puerto Príncipe que investigue a Henry como imputado en el caso del magnicidio y también pidió a las autoridades migratorias que le impidan salir del país.
Fueron dos las llamadas telefónicas según versión de EFE
Las sospechas del fiscal hacia el primer ministro fueron suscitadas por dos conversaciones telefónicas que mantuvo Henry con uno de los principales sospechosos del magnicidio, Joseph Felix Badio, tres horas después de que sucediera el crimen, el pasado 7 de julio.
El fiscal asegura que los datos de geolocalización de las llamadas, proporcionados por la empresa telefónica, situaban a Badio en la residencia de Moise, en el sector de Pélerin 5, en Puerto Príncipe, en el momento en el que se comunicó con Henry.
Claude ha puesto en tela de juicio el papel del primer ministro en el magnicidio desde la semana pasada, cuando le cursó una invitación para aclarar las polémicas llamadas.
El proceso se encuentra en estos momentos bajo la jurisdicción del juez de instrucción Garry Orélien, por lo que cualquier convocatoria o citación a testigos o imputados depende del juez y no del fiscal.
Henry descalificó la citación del fiscal el sábado pasado, durante la ceremonia de firma de un acuerdo político, y el martes volvió a referirse a ella, aunque de forma más velada, asegurando que nada distraerá su voluntad, ni siquiera las "amenazas de todo tipo" o los "ataques físicos".
"Ninguna distracción, ninguna citación o invitación, ninguna maniobra, ninguna amenaza, ningún combate de retaguardia, ninguna agresión me distraerá de mi misión", dijo Henry el sábado pasado.
Las autoridades haitianas han puesto a 44 personas en prisión preventiva por su presunta implicación en el magnicidio, incluidos los 18 mercenarios colombianos acusados de formar parte del comando que asesinó a Moise.
En ese grupo de arrestados también figuran 12 policías, que integraban el cuerpo de seguridad del mandatario, que no reaccionó ante el ataque.