SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El carcinoma hepatocelular (CHC) es el sexto tipo de cáncer más común y la cuarta causa principal de muerte relacionada con el cáncer. Aparece con mayor incidencia en hombres, además obesos.

El tejido adiposo, un órgano clave en el síndrome metabólico, muestra evidentes disparidades de género en la producción de adipocinas. Los niveles de la adiponectina adipocina importante disminuyen en hombres durante la pubertad, así como en el estado obeso.

"Aquí, mostramos que esta disminución en los niveles de adiponectina es responsable del aumento del riesgo de cáncer de hígado en los hombres (…); este estudio proporciona información sobre el tejido adiposo a la interferencia del hígado y su relación de género durante el desarrollo del cáncer, y tiene el potencial de guiar estrategias para nuevas terapias contra el cáncer", se lee en la introducción de esta investigaición publicada en la revista científica JEM.

La importancia de este trabajo, publicado bajo el título traducido "La adiponectina explica las diferencias de género en la incidencia de carcinoma hepatocelular",  llevó a la Agencia Efe a entrevistar a la científica Guadalupe Sabio, que encabeza al grupo de científicas del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) que ha constatado que esta hormona protege al hígado del desarrollo del cáncer hepático. Es decir, la clave está en la adiponectina, la hormona que genera el tejido adiposo.

Fotografía de cnic.es/es. La Dra Guadalupe Sabio.

Las mujeres producen esta hormona en mayor cantidad que los hombres, así como las personas delgadas, y esta tiene un "efecto anticancerígeno en el hígado", según este trabajo, que, además, abre la posibilidad de aplicar dos nuevos tratamientos contra un cáncer para el que actualmente no existen terapias definitorias.

Hay diferentes tipos de cánceres hepáticos, dependiendo de a qué tipo de células primarias afecte; el más abundante es el carcinoma hepatocelular, donde las células dañadas son los hepatocitos.

El cáncer hepático afecta a más de un millón de personas cada año en el mundo. Las cifras se mantienen estables desde 1993, siendo el séptimo cáncer en incidencia en varones y el decimoséptimo en mujeres.

Una de las causas principales de este cáncer es el daño en el hígado, que viene dado o bien por la hepatitis C o bien por la hepatitis B y también por la obesidad, además de la cirrosis; los varones obesos tienen hasta cuatro veces más probabilidades de padecer un tumor hepático.

Estudios anteriores ya habían determinado que las mujeres y las personas delgadas producen en mayor cantidad la hormona adiponectina y, ahora, este equipo del CNIC de la científica Sabio ha constatado que es justamente esta hormona la que protege al hígado del desarrollo del cáncer hepático.

"Los niveles en sangre de la adiponectina disminuyen en pacientes con obesidad y en los varones tras la pubertad, mientras que en las mujeres los niveles, por lo general, se mantienen casi constantes durante toda la vida", resumió Sabio a Efe.

Para comprobar el efecto directo de esta hormona, el equipo, en el que también se encuentran, entre otros, las científicas Elisa Manieri y Leticia Herrera-Melle, utilizaron ratones hembra que no producían adiponectina y comprobaron que el crecimiento del cáncer era igual al de los machos.

Herrera-Melle señala en una nota del CNIC que para entender mejor el mecanismo por el que la grasa controla el crecimiento de los tumores en el hígado se centraron en estudiar el efecto de la testosterona sobre el tejido adiposo.

Gracias a estos estudios "demostramos que la testosterona es la causante de que la grasa libere menos adiponectina a la sangre", explicó.

En la actualidad no existe tratamiento efectivo y los pacientes son tratados con quimioterapia, lo que aumenta la supervivencia en unos tres meses, y, si son diagnosticados a tiempo, se realiza un trasplante hepático.

El problema con esta última opción es que, por lo general, el cáncer de hígado da la cara cuando ya está muy avanzado.

El hígado tiene una capacidad de regeneración y una capacidad funcional muy alta, pero cuando "te das cuenta que tienes un problema hepático mucha parte del órgano ya está dañada", destacó Sabio.

Este trabajo propone dos posibles vías a investigar para futuros tratamientos: una basada en la propia adiponectina, para que se aumenten sus niveles, y otra mediante la metformina, un fármaco contra la diabetes que se sabe que activa en el hígado la misma proteína anticancerígena -la AMPK- que la hormona de este estudio.

El siguiente paso del equipo de Sabio será trabajar con células humanas y ver cómo modularlas, además de hacer un estudio epidemiológico que relacione cantidad de adiponectina y propensión de este tipo de cáncer.