Río de Janeiro, Brasil (EFE).- El juez Sergio Moro, símbolo de la lucha contra la corrupción y quien aceptó este jueves ser el ministro de Justicia del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, tendrá que asumir en medio de las acusaciones de parcialidad de los seguidores de Luiz Inácio Lula da Silva, a quien condenó y encarceló.
Moro, responsable en primera instancia de Lava Jato, operación que desenmascaró el mayor caso de corrupción en la historia de Brasil, se comprometió a desarrollar una "fuerte agenda anticorrupción" mientras esté al frente de la cartera de Justicia del Gobierno que asume el 1 de enero próximo.
El juez, quien meses atrás había negado cualquier intención de participar en política, tendrá que demostrarle a los seguidores de Lula que no actuó de forma parcial cuando lo condenó a 9 años y 6 meses de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, tras dar por hecho que el expresidente recibió a manera de soborno un apartamento de la firma constructora OAS.
La condena de Lula, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, fue ratificada por un Tribunal regional que, además, amplió la pena a 12 años y un mes de prisión, hecho por el que el exmandatario quedó inhabilitado para disputar las elecciones presidenciales como el candidato del Partido de los Trabajadores (PT).
Lula encabezaba todas las encuestas de intención de voto y habría ganado la presidencia en primera vuelta de no haber quedado inhabilitado para la contienda electoral, hecho por el que dio la bendición como su sucesor a Fernando Haddad, quien perdió el balotaje por la jefatura de Estados frente al ultraderechista Bolsonaro.
Para el PT el hecho de que Moro haya aceptado el ministerio de Justicia demuestra que el juez no actuó de manera imparcial al condenar a Lula y que la sentencia tenía objetivos políticos.
"¡La estafa del siglo! el juez Sergio Moro será ministro de Justicia del Gobierno de Jair Bolsonaro, quien sólo consiguió ser elegido porque Lula fue injustamente condenado e impedido de participar en las elecciones", escribió la presidenta del PT, la senadora Gleisi Hoffmann, en su perfil de Twitter.
En su opinión, Moro fue clave para que Lula, que lidera la formación progresista desde prisión, fuera inhabilitado de concurrir en las elecciones presidenciales, a pesar de que fue la Justicia Electoral quien inhabilitó la candidatura del exmandatario.
Por eso la defensa de Lula advirtió este jueves que tomará medidas que garanticen un "juicio justo" contra el exmandatario brasileño una vez Moro renuncie a su cargo como juez 13 federal de Curitiba para poder asumir como ministro.
Para los abogados de Lula, el ingreso de Moro en la política demuestra que el exmandatario fue "procesado, condenado y encarcelado sin que haya cometido un delito, con el claro objetivo de impedirle políticamente".
Moro, que tiene su despacho en la ciudad de Curitiba, al sur de Brasil, viajó temprano a Río de Janeiro para reunirse con Bolsonaro quien en la mañana de este jueves oficializó la invitación que le hubiera hecho días atrás para comandar la cartera de Justicia.
El presidente electo siempre se ha declarado un profundo admirador de Moro por la gestión que ha realizado en el la lucha contra la corrupción, tema que el ultraderechista utilizó como la principal bandera de su campaña.
Al término del encuentro, Bolsonaro dijo estar "muy contento" con la aceptación del juez de quien se refirió como "una persona que por sí solo, por su trabajo, demostró que es posible combatir uno de los mayores males que tenemos en nuestra nación, que es la corrupción".
Con la aceptación para ocupar la cartera de Justicia, Moro renunciará a su magistratura tras 22 años de servicio y, para evitar "controversias innecesarias", anunció que se apartará inmediatamente de nuevas audiencias.
El juez ya había programado para el 14 de noviembre un nuevo interrogatorio a Lula para que se defienda en otro proceso por corrupción por el que se encontraba próximo de dictar sentencia. Pero tanto el interrogatorio como la sentencia serán ahora responsabilidad del juez que asuma su lugar.
Para el juez, la perspectiva de "implementar una fuerte agenda anticorrupción y contra el crimen organizado, con respeto a la Constitución, a la ley y a los derechos" fueron las razones que lo llevaron a aceptar la invitación del ultraderechista para asumir un súper ministerio que fusionará las actuales carteras de Justicia, Seguridad Nacional y Contraloría General, es decir todas las dedicadas al combate contra el crimen. EFE