SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La ministra de la Mujer de República Dominicana, Janet Camilo, denunció en la 49° Sesión de la Asamblea General de la OEA que la región de las Américas se enfrenta a una "reacción sin precedentes" contra el avance de los derechos de las mujeres y la igualdad de género.
La también presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (CIM-OEA) para el período 2019-2022, alertó que, sin embargo, “las mujeres no aceptaremos ningún retroceso en los derechos que hemos conquistado durante el último siglo”.
En su discurso en la 49° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada la semana pasada en Medellín, Colombia, Camilo remarcó que en la actualidad y, “con demasiada frecuencia, los derechos de las mujeres han sido víctimas de negociaciones políticas y de la formación de coaliciones malintencionadas (…), realidad que ha dado lugar a un nivel de movilización social que rara vez ha sido visto en la región”.
En ese sentido, reiteró que “la visibilidad y la creciente popularidad de movimientos para la protección y el avance de la igualdad de género deja en claro que las mujeres no aceptaremos ningún retroceso en los derechos que hemos conquistado durante el último siglo”.
Resaltó que desde su creación, hace 90 años, la CIM ha jugado un papel protagónico en la lucha por la igualdad de las mujeres de la región y se ha convertido en el foro hemisférico por excelencia para la reflexión y el debate sobre las políticas públicas de promoción y protección de los derechos de las mujeres y la igualdad de género y de los logros conquistados en los últimos 91 años.
Destacó que durante la 38° Asamblea de la CIM, celebrada en mayo en Santo Domingo por las Delegadas Titulares y Alternas de los Estados Miembros de la OEA, “se trazaron las pautas para fortalecer el compromiso con la garantía de los derechos políticos de las mujeres y profundizar las políticas, los programas y las acciones concretas necesarias para asegurar que estos derechos sean una realidad en la vida cotidiana de las mujeres en toda su diversidad”.
Asimismo, reconoció que desde la Convención de Belém do Pará, en 1994, “las Américas se ha posicionado como la región con mayor grado de desarrollo normativo para proteger a las mujeres de la violencia, con fuertes leyes integrales que reflejan las disposiciones de este acuerdo”.
“La adopción de leyes sobre las distintas manifestaciones de la violencia contra las mujeres es un indicador de la voluntad y del compromiso político para fortalecer la respuesta de los Estados desde una perspectiva de derechos humanos en contra de esta violencia”, remarcó.
No obstante, Camilo admitió que “persisten retos importantes para garantizar el derecho de las mujeres de vivir libres de violencia, particularmente en los ámbitos del acceso a la justicia, la reparación de las víctimas, los presupuestos públicos asignados a la prevención, atención y sanción de la violencia, brechas en la implementación de la legislación, información sobre su magnitud y alcance, políticas de educación, y los cambios culturales para la erradicación de la violencia contra las mujeres”.