Los mexicanos se debaten frente al tema del matrimonio homosexual entre el rechazo, por considerarlo un riesgo para la familia, y una ligera aprobación, al considerar que es una cuestión privada, según expresaron hoy varios ciudadanos consultados por Efe.
"Hay que tener respeto a todas las uniones, pero estoy en contra de que sea constitucional. Dos hombres o dos mujeres, sean lo que sean, no pueden realmente educar bien a un hijo, falta el padre o la madre", señaló José Antonio Castañeda, preguntado a pie de calle.
Este martes, en el Día Internacional de la Lucha contra la Homofobia, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, firmó una iniciativa para reconocer en la Carta Magna el matrimonio entre personas del mismo sexo y evitar "discriminación alguna".
El mandatario apoyó así un criterio emitido el pasado año por la Suprema Corte de Justicia que consideró inconstitucionales las leyes estatales que prohíben el matrimonio homosexual.
Fabiola, de 28 años y trabajadora en un puesto callejero de tacos, señaló que ni ella ni sus compañeros están de acuerdo con la reforma constitucional.
"Cada quien tiene derecho de vivir su vida como quiera vivirla, no tengo nada en contra de estas personas", puntualizó luego, aunque se mostró preocupada por la educación que pueden recibir los hijos de un pareja del mismo sexo. "¿Qué ejemplos les darían?", apuntó.
Francisco González, de 22 años y desempleado, se definió como católico y dijo no estar a favor ni en contra del matrimonio gay porque, según tenía entendido, el papa Francisco aprueba a los homosexuales siempre y cuando "no se pasen de los límites".
"A lo mejor es una propuesta buena porque hay muchos niños huérfanos y ellos pueden adoptar", concluyó.
Una opinión contraria precisamente a la de la Iglesia mexicana, que este miércoles remarcó que una "precaria" unión civil entre personas del mismo sexo nunca equivaldrá al matrimonio, porque el fin de este es procrear.
Licenciado en Derecho, Julio César Bautista, de 38 años, recordó que en estos "tiempos modernos" la gente ha de ser "libre con sus creencias y gustos" y por ello apoyó la decisión de Peña Nieto de plasmar en la Constitución los matrimonios igualitarios.
"Al final todos merecemos ser felices conforme a lo que creamos y nuestros sentimientos", sentenció luego de reconocer que gran parte de la sociedad mexicana "no está preparada" para el cambio.
Laura, española residente en México desde hace año y medio, fue incluso más clara: "Ya es hora de que, como en otros países, se vaya avanzando y se reconozca el matrimonio entre personas del mismo sexo", a lo que agregó que la Iglesia no debería posicionarse en asuntos de esta índole.
Siete de cada diez homosexuales se han sentido discriminados en la escuela y un 50 % en su trabajo, según datos de la Comisión Especial de Atención a Víctimas (CEAV) en 2016.
En 2010, otro reporte indicó que el 40 % de los mexicanos no viviría con homosexuales. EFE