Miami, Florida. – Las informaciones que dan cuenta de que un medicamento comúnmente utilizado para tratar la hipertensión arterial y la angina (dolor de pecho), conocido por su nombre farmacológico como nifedipina y que es de uso común entre pacientes cardiópatas en la República Dominicana y otros países en América Latina, ha puesto en vilo no solo a médicos sino a pacientes en diferentes partes del mundo.
Las alarmas están basadas en un estudio de la red europea Sudden Cardiac Arrest (denominado ESCAPE-NET) presentado este lunes en Miami (EEUU).
El estudio examinó si la nifedipina y la amlodipina -dihidropiridinas ampliamente utilizadas para la presión arterial alta y la angina- están relacionadas con un paro cardíaco extrahospitalario.
“El paro cardíaco repentino causa alrededor de la mitad de las muertes cardíacas en Europa y una de cada cinco muertes naturales. El corazón deja de bombear después de una arritmia cardíaca (fibrilación ventricular / taquicardia); esto es letal en minutos si no se trata. ESCAPE-NET se creó para encontrar las causas de estas arritmias, de modo que se puedan prevenir”, refiere la entidad con sede en Europa.
El doctor Hanno Tan, líder del proyecto investigativo denominado ESCAPE-NET y cardiólogo de Academic Medical Center, Ámsterdam, Países Bajos, instó a la precaución al interpretar estos resultados.
En este sentido, dijo que “los hallazgos deben replicarse en otros estudios antes de que los médicos o los pacientes tomen medidas”.
"Muchos cardiólogos y otros médicos a menudo usan la nifedipina y la amlodipina, y la elección depende de las preferencias y la experiencia personal del médico que receta", explica el doctor Tan.
“En general, se considera que ambos medicamentos son igualmente efectivos y seguros, y ninguno de ellos se ha asociado con un paro cardíaco repentino. Este estudio sugiere que las dosis altas de nifedipina pueden aumentar el riesgo de un paro cardíaco repentino debido a una arritmia cardíaca mortal, mientras que la amlodipina no. Si estos hallazgos se confirman en otros estudios, es posible que deban tenerse en cuenta cuando se considera el uso de cualquiera de los fármacos”, manifestó.
Estos medicamentos son de bastante uso en la República Dominicana y países del área del Caribe.
Las dosis de nifedipina más utilizadas y estudiadas en esta investigación son 30 mg y 60 mg (90 mg están disponibles, pero se usan con poca frecuencia) y las dosis de amlodipina son 5 mg y 10 mg. La práctica estándar es comenzar con una dosis más baja, y luego administrar la dosis más alta si la presión arterial o el dolor de pecho no se reducen lo suficiente.
El análisis se realizó con los datos del registro holandés de estudios de resucitación de Ámsterdam (ARREST, 2005-2011) y se confirmó en el Registro danés de paros cardíacos (DANCAR, 2001-2014), ambos parte de ESCAPE-NET. Se incluyeron pacientes con paro cardíaco fuera del hospital debido a fibrilación / taquicardia ventricular, más hasta cinco controles por paciente emparejado por edad y sexo.
“Los controles se realizaron desde la Red de base de datos holandesa PHARMO y la población general en Dinamarca. En total, el estudio incluyó 2,503 pacientes y 10,543 controles en el análisis ARREST y 8,101 pacientes y 40,505 controles en el análisis DANCAR”, según el informe respectivo.
“El uso actual de dosis altas (≥60 mg / día), pero no de dosis bajas (<60 mg / día) de nifedipina se asoció significativamente con un mayor riesgo de paro cardíaco fuera del hospital en comparación con el no uso de dihidropiridinas, con una proporción de probabilidades de 1.5 en ARREST y 2.0 en DANCAR”, se lee en el estudio.
“Las dosis altas de nifedipina -añade- también se asociaron con un mayor riesgo de paro cardíaco extrahospitalario en comparación con cualquier dosis de amlodipino, con una proporción de probabilidades de 2,3 y 2,2 en los registros ARREST y DANCAR, respectivamente. No hubo riesgo asociado con la amlodipina”.
Los resultados fueron apoyados por un estudio en células cardíacas humanas. Las dihidropiridinas actúan bloqueando los canales de calcio de tipo L. El estudio de laboratorio mostró que, en las dosis estudiadas en esta investigación, ambos fármacos bloquearon estos canales iónicos, acortando así el potencial de acción de la célula cardíaca.
Un potencial de acción más corto puede facilitar la aparición de arritmias fatales que causan un paro cardíaco repentino. La dosis alta de nifedipina (60 mg) causó un mayor acortamiento del potencial de acción que la dosis alta de amlodipina (10 mg).
Estos hallazgos pueden ser sorprendentes dado que ambos medicamentos han estado en uso durante muchos años y en muchos pacientes.
Una posible explicación de por qué este descubrimiento solo se ha hecho ahora es que el paro cardíaco fuera del hospital es muy difícil de estudiar debido a su curso rápido y requiere de un conjunto de datos recopilados específicamente para este propósito.
Hasta ahora, no había suficientes registros de pacientes para probar el impacto de los medicamentos. ESCAPE-NET ha hecho esto posible mediante la vinculación de grandes cohortes en toda Europa, incluyendo ARREST y DANCAR.
El mismo se discutirá en dos sesiones en la EHRA 2019, destacando la importancia de trabajar en Europa2 y los avances en la prevención de paros cardíacos repentinos durante los deportes.3.
“Como un consorcio europeo, podemos validar nuestros hallazgos en diferentes poblaciones y reunir diferentes expertos. Por ejemplo, un paro cardíaco repentino durante los deportes es 19 veces más común en hombres que en mujeres y la red nos permite evaluar exhaustivamente las posibles razones biológicas (sexo) y de comportamiento (género)”, indica el doctor Tan.
“ESCAPE-NET está respaldada por la Asociación Europea de Ritmo Cardíaco (EHRA) de la Sociedad Europea de Cardiólogo”, concluyó.