Colombo, 28 may (EFE).- La lluvia dio hoy un pequeño respiro al sur y suroeste de Sri Lanka tras cuatro días de intenso azote del monzón que ha causado 151 muertos y más de un centenar de desaparecidos a causa de las inundaciones y sobre todo los deslizamientos de tierras.
Con el agua subiendo aún en algunos ríos y cambiando esa tendencia en otros, más de 100.000 personas han debido ser evacuadas y hay cerca de medio millón de afectados en 15 de los 25 distritos de la isla, de acuerdo con el Centro de Gestión de Desastres (DMC), que también contabiliza 95 heridos.
Pese al respiro momentáneo, el pronóstico del Departamento de Meteorología es que las precipitaciones se intensifiquen en las próximas horas, indicó a Efe el director general de esa institución, S.R. Jayasekara.
Hoy su departamento lanzó varias alertas ante la previsión de fuertes vientos durante las próximas 48 horas debido a una depresión tropical que se ha formado en el Golfo de Bengala que podría afectar al país desde mañana.
Las autoridades prevén hasta 100 milímetros de agua en las próximas horas en las zonas afectadas por las inundaciones y en zonas del centro del país, que habitualmente sufre en esta época del año los efectos del monzón.
El director del Departamento de Hidrología, M. Thuraisingham, informó en rueda de prensa que hay preocupación porque algunos diques que se han levantado para contener el agua tienen fisuras y filtraciones en diferentes zonas de los ríos Nilvala y Gin Ganga, en el sur; y en el Kalu Gaga, en la provincia occidental.
Pare de los distritos costeros de Galle, Matara y Kalutara, que constituyen un importante polo turístico, están bajo el agua y el resto de esos territorios están amenazados.
En el medio tiempo hoy llegó el segundo barco proveniente de la India con suministros básicos, tres equipos médicos y botes, como había solicitado el Gobierno de Sri Lanka, de acuerdo con un comunicado del ministerio de Exteriores del país insular.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció una partida de 175.000 dólares en ayuda inicial para la isla, indicó el ministro de Salud, Rajitha Seneviratne.
El Gobierno de Sri Lanka ha hecho una llamada a la comunidad internacional en busca de ayuda y ha solicitado el apoyo logístico y material de Naciones Unidas.
Las fuerzas armadas siguen desplegadas con alrededor de 1.700 efectivos, y hoy sumaron otros 15 transportes militares al contingente, informó en rueda de prensa el portavoz del Ejército, brigadier Roshan Seneviratne.
Los militares están distribuyendo por vía aérea alimento y elementos de primera necesidad en zonas aisladas y en Kalutara, la zona más duramente golpeada por el agua, ha desplegado seis botes y generadores para ayudar a las comunidades locales.
Sin embargo, están llegando con dificultad a muchas zonas, según dijeron fuentes militares y pudieron comprobar ciudadanos como Rajith Boralessa, de 45 años y habitante de Galle.
Boralessa indicó a Efe que el jueves estaba ayudando a su hermano menor a limpiar la casa cuando escuchó una fuerte estruendo cerca de la vivienda de sus padres.
Corrió hacia allá y cuando llegó solo vio una montaña de barro y roca. Apenas pudo escuchar a su madre, de 75 años, debajo de los escombros.
"Estaba atrapada por el barro, no fue fácil sacarla, estaba enterrada hasta el cuello. Traté de sacarla y a medida que tiraba me resbalaba yo mismo, y al final caímos los dos en el barrizal", narró, al explicar que un amigo llegó al rescate de ambos.
Su madre tiene heridas en la cabeza y una pierna rota. El cuerpo de su padre fue rescatado el viernes junto a los de otras ocho personas dos días después cuando los equipos de rescate militar por fin pudieron llegar a la zona. EFE