Washington, 21 may.- La ola de leyes antiaborto en EEUU forma parte de un "plan distópico" del presidente Donald Trump que pone en riesgo la salud de miles de mujeres, dijo a Efe la doctora Leana Wen, incluida por la revista Time entre las 100 personas más influyentes del mundo debido a su activismo en temas reproductivos.
Como presidenta de Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud sexual y reproductiva de Estados Unidos, Wen prepara una batalla legal para impedir que entren en vigor las leyes recién aprobadas en ocho estados, y que suponen un desafío a la decisión del Tribunal Supremo que legalizó el aborto en todo el país en 1973.
PREGUNTA: Hoy hay protestas en todo el país contra la oleada de leyes antiaborto. ¿Cuál es el objetivo de estas marchas?
RESPUESTA: Las mujeres en este país llevan indignadas desde 2016. Nos indignamos tras la confirmación de (el juez del Supremo) Brett Kavanaugh, y llevamos tiempo diciendo que esto iba a pasar. Y muchos nos contestaban, 'estas mujeres están exagerando'. Pero ahora la gente está viendo exactamente lo que veníamos advirtiendo: que nos están quitando algo tan básico como nuestro derecho sobre nuestro propio cuerpo.
Los vetos al aborto que se están aprobando en todo el país no son una coincidencia. Esto es exactamente lo que Trump, Pence y su ejército de políticos antimujeres llevan planeando todo este tiempo. Tienen un plan particular en mente, un plan distópico. El primer paso es nominar a jueces que estén dispuestos a conceder a los políticos el control de los cuerpos de las mujeres. El segundo paso es elegir a políticos contrarios a la salud de las mujeres, dispuestos a impulsar leyes peligrosas. El tercer paso es aprobar estas leyes, que son tan extremas que desafían directamente a (la decisión judicial) "Roe versus Wade" (que legalizó el aborto en 1973). Solo les queda esperar al paso final: contar con que las mujeres de este país guardarán silencio. Así que hoy nos levantamos en todo el país para decir que no podemos guardar silencio.
P: Su organización ha prometido luchar contra la ley de Alabama, que prohíbe el aborto incluso en casos de violación e incesto ¿Van a llevar el tema a los tribunales?
R: Por supuesto. Ni Planned Parenthood ni nuestros aliados vamos a dejar que sigan en pie estas leyes ilegales e inconstitucionales. Vamos a poner demandas en Alabama, en Georgia, en Ohio y en cualquier lugar donde los políticos se atrevan a aprobar leyes que amenacen la salud y el bienestar de las mujeres.
Yo soy médico y sé que prohibir el aborto no acabará con los abortos, pero sí acabará con los abortos legales y seguros. Como ocurría antes de "Roe", como ocurre en otros países, esto amenazará directamente la salud y las vidas de las mujeres. El año pasado, 30.000 mujeres murieron en todo el mundo porque no tenían acceso a un aborto legal y seguro. Antes de 1973, miles de mujeres morían cada año en EE.UU. porque no tenían acceso a un aborto legal y seguro. No podemos volver a esa era.
P: Las estadísticas muestran que restringir el acceso al aborto afecta de forma desproporcionada a las mujeres pobres, en particular a las afroamericanas y las latinas. ¿Puede explicar por qué?
R: Tenemos que pensar en el aborto igual que pensamos en cualquier otro aspecto de los cuidados médicos: el aborto es un servicio sanitario. Y toda restricción a un servicio sanitario perjudicará de forma desproporcionada a quienes de por sí afrontan más barreras a los cuidados médicos. Y esos son los afroamericanos, son los inmigrantes, las minorías, la gente LGBTQ, las mujeres, la gente con bajos ingresos y, por supuesto, las latinas.
Ahora mismo, en todo el país, demasiadas mujeres viven ya en un lugar donde no tienen acceso a un aborto legal y seguro, o a algo tan esencial como los cuidados médicos. En el caso de las mujeres indocumentadas, el acceso a la salud se ha convertido en aún más difícil, o casi imposible, debido a las duras medidas migratorias y las políticas inmorales de este Gobierno. Y las latinas, como la mayoría de la población, creen que la decisión de recurrir a un aborto debería tomarla la mujer, después de consultar con su familia, sus médicos y su fe. Los latinos en este país están muy a favor del acceso a los cuidados de salud reproductiva.
P: La mortalidad materna ha crecido mucho últimamente en Estados Unidos. ¿Cree que el debate se está centrando demasiado en el aborto y demasiado poco en salvar más vidas de mujeres embarazadas?
R: Lo que está ocurriendo es que hay una gran desconexión entre lo que están haciendo los políticos y lo que quiere la gente. La gente en EE.UU. quiere que nuestros líderes se centren en mejorar los cuidados de salud. En los mismos estados que han aprobado estos vetos hay una desigualdad tremenda y la gente tiene problemas para acceder a servicios médicos.
Es diez veces más probable que una mujer en Georgia muera durante el parto que una mujer en California. Misuri está viviendo un brote de sífilis. Las mujeres en Alabama tienen la tasa más alta de cáncer cervical de EE.UU. Y en lugar de hacer frente a esos problemas, estos políticos están tratando de quitarle los cuidados médicos a las mujeres. Es el colmo de la hipocresía que se definan como "provida", cuando lo que están haciendo es privar de servicios sanitarios y destruir la salud de las futuras generaciones.
P: ¿A dónde cree que llevará esta deriva en los derechos reproductivos de la mujer?
R: Ahora mismo, podríamos estar encarando un futuro en el que nuestros hijos tengan menos derechos que nosotros. Los derechos reproductivos de las mujeres están siendo atacados como nunca había ocurrido en la era moderna.
EFE, Lucía Leal