NUEVA YORK.- Carol Giacomo, en un artículo de opinión publicado en las páginas editoriales de The New York Times, analiza el papel del senador demócrata Robert Bob Menéndez, actualmente sometido a la justicia acusado de corrupción, en las negociaciones de Estados Unidos con Irán.

Según Giacomo, fue decepcionante, aunque no inesperado, que el senador Robert Menéndez, de Nueva Jersey, el demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, haya declarado su oposición al acuerdo nuclear con Irán.

“Ha sido escéptico, rayano en hostil, desde el principio”, observa.

Considera que lo que es sorprendente es que su largo discurso del martes para explicar la decisión fue más hábil que los argumentos de algunos otros opositores, entre ellos el senador Chuck Schumer, de Nueva York, el número tres de los hombres del liderazgo demócrata. “Pero también fue engañoso”.

Resalta Giacomo que, después de escoger por separado elementos del acuerdo 14 de julio, en el que Estados Unidos y las otras grandes potencias se comprometieron a levantar las sanciones a cambio de recortes sustanciales sobre el programa nuclear de Irán, el senador Menéndez propuso una vía para lograr el llamado “mejor trato” que los críticos, como el primer ministro Benjamin Netanyahu de Israel, insisten que es alcanzable.

Se necesitaría algunos apretones de mano: el Congreso “desaprobaría este acuerdo, sin rechazar el acuerdo completo” y supuestamente obligaría a regresar a todas las partes vuelvan a la mesa de negociación para un “do-over”, un segundo intento.

“Las donaciones reportadas en los formularios de divulgación presentados ante el Senado, incluyen US$20,000 del magnate de casinos de Las Vegas Sheldon Adelson y su esposa; así como US$20,000 del productor de Hollywood Haim Saban y su esposa. Ambos hombres han sido firmes defensores de Israel. Adelson en particular, ha apoyado enérgicamente la línea dura de Netanyahu con Irán"

En lo que parece ser una amenaza velada, Menéndez afirma que las otras grandes potencias, por supuesto, seguirían los dictados del Congreso, ya que se preocupan más por hacer negocios con la economía de US$17,000 mil trillones de EE.UU. que con la economía de Irán de US$415 mil billones. Pero la perspectiva de reabrir las negociaciones sobre el acuerdo duramente logrado sigue siendo una fantasía.

Menéndez pretende mostrar “buena fe”, diciendo que durante las negociaciones “extra-inning” Irán podría continuar recibiendo US$700 millones por mes en activos que habían sido congelados en bancos extranjeros, más otro pago por única vez no especificado.

“Luego viene el golpe: Las nuevas negociaciones tendrían que lograr una media docena de nuevas demandas, incluyendo la prohibición de la investigación iraní sobre centrifugadoras avanzadas, el “cierre” de la planta de enriquecimiento de uranio Fordo y una ampliación de la oferta de los actuales 10 a 15 años de duración, a 20 años. No está claro lo que quiere decir con el cierre de Fordo, pues según el acuerdo, la instalación se cierra en efecto para fines de enriquecimiento por un tiempo muy largo. Y mientras algunas sugerencias que él hace son deseables -incluyendo un acuerdo más prolongado y la ratificación previa por parte de Irán de un régimen de inspecciones internacionales- no se habría llegado a ningún acuerdo sin algún compromiso”, indica.

Agrega que Menéndez iría aún más lejos y haría que el Congreso declare formalmente que Estados Unidos “utilizaría todos los medios necesarios para impedir que Irán produzca uranio enriquecido suficiente para una bomba nuclear”. También haría que el Congreso autorizara “los medios para que Israel enfrente la amenaza iraní por su cuenta”, en caso de que Irán acelerara su programa nuclear. Ambas medidas serían efectivamente una pre-aprobación de la guerra.

Sostiene que como veterano político de Nueva Jersey, Menéndez es un hombre que sabe mucho de negociaciones, y él sabe que ninguna de las partes nunca consigue todo lo que quiere.

Observa que puede que verdaderamente el senador Menndez crea que el acuerdo de Irán es imperfecto, pero es difícil de ignorar otras fuerzas que podrían estar influyendo en su juicio.

Revela que desde que fue acusado con cargos federales de corrupción en abril, recaudó casi US$1,6 millones para su defensa legal en el segundo trimestre del año, incluso de algunos de los más prominentes multimillonarios estadounidenses que favorecen a Netanyahu.

“Las donaciones reportadas en los formularios de divulgación presentados ante el Senado, incluyen US$20,000 del magnate de casinos de Las Vegas Sheldon Adelson y su esposa; así como US$20,000 del productor de Hollywood Haim Saban y su esposa. Ambos hombres han sido firmes defensores de Israel. Adelson en particular, ha apoyado enérgicamente la línea dura de Netanyahu con Irán y gastó profusamente para respaldar a los candidatos republicanos en EE.UU., así como para la reelección del Sr. Netanyahu en marzo”, precisa.

Cita a la agencia Associated Press, que informó que el fondo para la defensa legal de Menéndez comenzó a recaudar dinero en abril de 2014, un año antes de que él fuera acusado, con una entrega de más de US$157,500 dado en un solo día por los miembros de la Comisión de Relaciones Públicas América Israel, un poderoso grupo de presión.