SANTIAGO, República Dominicana.-Eladio Guzmán (Lalín) cumplió 49 años como voluntario de la Defensa Civil, el 22 de marzo del 2015. Con casi medio siglo de entrega ha acumulado una gran experiencia, lo cual asegura no se logra si no hay vocación.
“Cumplí 49 años aquí, tengo 74 años de edad, es decir, que yo he visto mucha batalla aquí”, dice Eladio Guzmán (Lalín), quien cuelga en su pecho una tarjeta borrosa que lo identifica como parte de la Defensa Civil.
De ahí que establece que muchos de los jóvenes que se acercan a los operativos especiales de Navidad o Semana Santa, lo hacen más por estar en el can que por dedicación. “Aunque hay excepciones que sobresalen”, aclara rápido Lalín.
Agrega que en su caso, que ha estado en decenas de situaciones difíciles, como tormentas ciclones, o sea en prácticamente todos los operativos de las últimas cinco décadas, su mayor satisfacción ha sido poder ayudar a salvar vidas y proteger bienes de aquellas personas que viven en zonas de alto riesgo.
“Mira eso es cuestión de vocación, el que no tiene vocación viene aquí dura tres días y no vuelve más. El que tiene vocación de servicio, viene y se queda, ya nadie quiere trabajar sin dinero”
Mientras se preparaba toda la logística en la sede de la Defensa Civil en Santiago, Lalín aceptó conversar con el equipo de Acento.com.do para compartir algunas de sus experiencias como voluntarios y cofundador de la institución.
Lalín cuenta que uno de los episodios más difíciles para un voluntario se presenta cuando hay advertencia de emergencias y es necesario convencer a la gente de que debe de salir de su casa si está ubicada en zona de peligro. “La gente se niega a salir para no dejar sus pertenencias”, comenta.
Cita como ejemplo los casos que han ocurrido en tiempos recientes cuando ha sido necesario del desagüe de la Presa de Tavera.
Don Lalín, como le llaman sus amigos, cuenta que ha tenido que caminar decenas de kilómetros por los barrios y campos en peligro, y que cuando llegaba a las casas la gente le advertía que “ni amarrada” la sacarían de su propiedad.
Y es que Lalín tiene una vida de entrega y trabajo voluntario en la Defensa Civil. Tiene cinco hijos y 10 nietos. Todos han sido formados como testigos de su pasión por proteger la vida y bienes de los demás.
Hace unos tres años, tiene una pequeña asignación económica fija en la institución. Aunque lo que recibe es “poquito”, Don Lalín no se queja, porque para lo importante es la disposición para servir a los demás.
“Yo he visto crecer a muchos de los que están aquí, veo los que vienen, veo los que se van”, dice Lalín.
En los 49 años ha ejercicio diversas responsabilidades en la Defensa Civil de Santiago. Incluso en 1986 fue director. También sido subdirector en más de una ocasión. En la actualidad tiene a cargo la responsabilidad de las comunicaciones, pero su designación es de asistente del director Francisco Alfredo Arias Tolentino (Francisco Arias).
Pero más que todo Don Lalín es un voluntario entregado a servir a la ciudadanía cada vez que sea necesario.
“Mira eso es cuestión de vocación, el que no tiene vocación viene aquí dura tres días y no vuelve más. El que tiene vocación de servicio, viene y se queda, ya nadie quiere trabajar sin dinero”, asegura.
Evolución
Eladio Guzmán (Don Lalín) hace una mirada retrospectiva para contar cómo ha sido la evolución de la Defensa Civil.
Reslta que la institución hoy es muy distinta que cuando él se integró hace 49 años, porque hay mejores condiciones logísticas y un personal mejor entrenado.
Dijo que los voluntarios ahora han podido prepararse en cursos especiales para aprender a tratar los distintos tipos de emergencias y riesgos.
“Han ido incluso fuera del país, han ido a Venezuela, estuvieron en el terremoto de Haití”, subrayó.
No titubea para reclamar mejor trato para la Defensa Civil de Santiago, porque necesita más y mejores equipos, además de una mayor asignación de recursos para responder a las necesidades de la población.
Como positivo resala las buenas intenciones del director general de la Defensa Civil, general Rafael Emilio De Luna Pichirilo, y del director local Francisco Arias, a quien definió como un guerrero que trabaja sin descanso para que todo marche bien.
“La Defensa Civil, es una dependencia de la Secretaría de la Presidencia (Ministerio de la Presidencia) y al parecer nadie le ha dicho al presidente qué es lo que hay que hacer con la Defensa Civil”, expresa Don Lalín.
“¿Qué hay que hacer?, equiparla, lo que hace falta, sobre todo, asignarle un presupuesto desligado de las demás instituciones, en el caso de Santiago, debe haber un presupuesto independiente al de Santo Domingo, porque nosotros cubrimos una zona muy amplia del Cibao”, sostuvo el voluntario.
Un emprendedor
Cuando se le pregunta a Don Lalín de qué ha vivido, si la mayor parte de su vida ha sido voluntario de la Defensa Civil, responde citando la frase de Jesús: “no solo de pan vive el hombre”. Agrega que el sustento de su familia ha llegado siempre de los pequeños negocios que ha emprendido.
La entrega de Don Lalín al servicio voluntario ha provocado que su esposa, compañera de toda una vida le reclame que se retire, “que ya es hora del descanso de su voluntariado”. Don Lalín y su familia poseen una fábrica casera de galletas de jengibre, que venden en muchos establecimientos de Santiago y otras provincias.
Asegura que sus galletas son “gourmet, muy buenas”.
El voluntario estrella de la Defensa Civil en Santiago concluye rápidamente la entrevista porque el deber llama. Es hora que advertir a los vacacionistas que manejen con cuidado, que no combinen las bebidas con la velocidad y que reflexionen sobre la importancia de preservar sus vidas y las sus semejantes.