Los Ángeles (EE.UU.)(EFE).- La inmigración, la política y la condena a los abusos sexuales en Hollywood reclamaron su espacio en la 90 edición de los Óscar, celebrada anoche en Los Ángeles.
Desde el presentador de la gala, Jimmy Kimmel, a artistas invitados como Eugenio Derbez o Lupita Nyong’o, las reclamaciones de todo tipo protagonizaron la primera mitad de la gala.
"A todos los 'dreamers' (soñadores) ahí fuera, estamos con vosotros", dijeron Lupita Nyong’o, actriz keniata nacida en México, y Kumail Nanjiani, originario de Pakistán, como muestra de apoyo a los "dreamers", los cientos de miles de jóvenes indocumentados que llegaron a EE.UU. de niños y que dependen de la protección del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).
Además, el mexicano Eugenio Derbez, al presentar la canción "Remember Me" de "Coco", dijo que en el más allá no hay muros fronterizos, en alusión a la polémica propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre levantar un muro entre México y EE.UU.
La gala comenzó con el esperado monólogo de Jimmy Kimmel, que no regateó los escándalos sexuales que han traumatizado a Hollywood en los últimos meses, un tema que abordó con humor aprovechando su felicitación al mexicano Guillermo del Toro por sus nominaciones en "The Shape of Water".
"Hiciste una bella película. Y gracias a Guillermo, recordaremos por siempre este año como el año en el que los hombres la cagaron tanto que las mujeres empezaron a salir con peces", dijo.
En tono más serio, Kimmel aseguró que las denuncias a los comportamientos de Harvey Weinstein y otros presuntos agresores sexuales en Hollywood era algo que se debía haber hecho desde hace tiempo.
"El mundo nos está mirando. Tenemos que dar ejemplo", dijo.
También señaló en otro momento que en todos los lugares en los que hay luz hay esperanza, "excepto en la Casa Blanca", un chiste sobre la reciente dimisión de la directora de Comunicaciones, Hope Hicks ("hope", esperanza en inglés). EFE