SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La delincuencia es el problema con mayor incidencia en la población dominicana siendo el 74.5 por ciento de los resultados, según la encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples 2015 (Enhogar) que mide la seguridad ciudadana en el país.

El desempleo, la corrupción y el costo de la vida se quedaron relegados en los más bajos puestos dados por una muestra de la población, que oscilaba las 30,947 personas.

delincuenciaDe acuerdo a los resultados de la encuesta 72 de cada 100 personas, es decir un 72.2 por ciento tuvieron presente el tema de la delincuencia, mientras que 28 de cada 100 no lo han tenido.

La encuesta explicó que la percepción negativa sobre la seguridad ciudadana representa un fenómeno de impacto perjudicial para el accionar de las personas.

Se determinó que esto incidió en el cambio de los hábitos de vida de los ciudadanos, cohibiéndoles actuar en plena libertad de acuerdo a sus intereses y provocando a su vez un empoderamiento de las condiciones de vida.

Indicó que dicha sensación de inseguridad no solamente es experimentada por aquellos que han sido afectadas directamente por la victimización, sino también por las personas que debido a ciertos factores de riesgo se sienten vulnerables a ser víctimas de hechos criminosos.

También incurrió en que la tercera parte de personas dijeran sentir mucho miedo, siendo esto un 33.2 por ciento de los encuestados por Enhogar durante su estudio del 2015.

Mientras que el 17.7 % dijo tener algo de miedo, el 17.5 % poco miedo y el 31.3 % aseguró no sentir miedo.

Asaltos

En tanto, del 2005 al 2015 hubo una tasa de variación de 38.7 % en la cantidad de personas que dijeron haber sido víctimas de la delincuencia.

Según la encuesta Enhogar 2005 el 21.5 % de los participantes en ese entonces dijeron haber sido víctimas de atracos, ocurriendo un aumento en cinco años siendo un 29.8 % las personas que indicaron fueron asaltados.

1En lo concerniente a los robos personales, dijo que el 8.2 % fue víctima de este delito durante los cinco años anteriores a la encuesta, y para los 12 meses previos, el 6.0 %.

Seis de cada 100 personas, es decir el 6.3 % fueron víctimas de agresiones o amenazas en este delito durante los cinco años anteriores a la encuesta y para los seis meses previos, el 5.6 por ciento.

Cambios de hábitos por temor

Debido a esta alta incidencia, el 44.1 por ciento de la población dejó de hacer algunas actividades por miedo a la delincuencia.

Señaló que el 22.20 por ciento dejó salir de casa por el miedo de ser asaltado, y el 14.40 % ya no sale a divertirse por los mismo motivos.

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Las personas comenzaron a tomar acciones para evitar la delincuencia en las calles, entre ellas el andar vigilantes, no portar prendas u objetos llamen la atención, evitar salir de noche y no frecuentar lugares peligrosos.

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Además los ciudadanos también tomaron medidas de protección en sus hogares, reforzando la seguridad en puertas y ventanas; colocando verjas de hierro y adquiriendo un perro.

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Asimismo, debido a la falta de confianza en las autoridades solo el 18.8 % dijo haber colocado la denuncia para recuperar sus propiedades, empero el 10.6 % lo hizo como deber ciudadano.

La encuesta además manifestó la satisfacción de los ciudadanos por la forma en que actúa la policía en un 34.1 % en el año 2015, a diferencia del 2005 en que se registró 39.2 %.

Delincuencia por zonas

Añadió que el 73.3 % de las personas de 12 años y más edad, residentes en la zona urbana, resaltó haber tenido presente el tema de la delincuencia; en cambio un 24.7 % no la tuvo a diferencia de la zona rural en que el 67.7 % tuvo presente el tema de la delincuencia, siendo ligeramente menor.

En la región Cibao norte ha tenido la mayor incidencia de delincuencia, registrándose un 79.4 a diferencia de la zona metropolitana con un 73.3 por ciento.

Propuesta contra inseguridad

Establece una serie de objetivos específicos, que buscan promover y articular mecanismos para concienciar a las familias, comunidades y organizaciones sociales sobre la importancia de la educación en valores para la convivencia social y la paz.

Asimismo, asegurar la debida coordinación y articulación entre las instituciones especializadas, organismos comunitarios y población en general, en el diseño y ejecución de las políticas de prevención, vigilancia y persecución del delito, el crimen y la violencia ciudadana, incluyendo la violencia de género y contra niños, niñas y adolescentes, con el propósito de lograr la construcción de comunidades seguras.

También priorizar el diseño y ejecución coordinada de las políticas públicas dirigidas a garantizar que la población joven permanezca en el sistema educativo, participe en las actividades sociales, culturales, deportivas y recreativas, y se capacite para la inserción en el mercado laboral, desde un enfoque de igualdad y equidad.