SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Uno de cada cinco dominicanos muere cada año por la ingesta de comida procesada, alta en azúcares, grasas y sal, según el estudio "La comida insana en la República Dominicana", presentado en la sede del Colegio Médico (CMD).

“Si analizamos la evolución de las muertes asociadas a la alimentación insana vemos cómo estas se han incrementado en un 57 % en los últimos 10 años“, destaca la investigación sobre la llamada "comida chatarra" y también los alimentos industrializados llenos de químicos y azúares saturados, por ejemplo, que se consumen en República Dominicana.

Esta fue efectuada por la llamada Alianza por la Comida Saludable e indica que la relación de mortalidad se debe a que cinco de los principales riesgos para la salud de los dominicanos están estrechamente relacionados con la mala alimentación: presión arterial alta, riegos alimentarios directos, glucemia alta, colesterol alto, obesidad y sobrepeso.

La Alianza por la Comida Saludable está integrada por varias organizaciones, entre ellas, la Confederación Nacional de Mujeres del Campo (Conamuca), la Asociación Nacional de Enfermeras (Asonaen), el Observatorio Nacional Para la protección del Consumidor y la Alianza por el Derecho a la Salud (Adesa).

Entre un 40 y 55 % de las dolencias cardiovasculares en República Dominicana pueden atribuirse a la alimentación insana (el 41.9 % de los infartos y el 11.8 % a la hipertensión cardíaca), culpable también en un 45 % de las diabetes y de entre un 30 y un 40 % de algunos cánceres como los de estómago y colon.

En el caso de las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, estas constituyen la primera causa de mortalidad general en el país, más del 25 % del total de muertes registradas.

Además, representan el 80 % de los ingresos hospitalarios no obstétricos de adultos, el 10 % de las consultas y el 6 % de las emergencias en los centros asistenciales.

LA FAO, República Dominicana

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) destaca entre las principales instancias internacionales que cada vez con mayor fuerza alzan su voz  sobre esta realidad que tiene dos caras muy visibles: la falta de alimentos y el consumo de malos alimentos.

La República Dominicana es uno de los países de la región que ha alcanzado las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio al disminuir sus niveles de subalimentación, pese a que todavía alrededor del 10% de su población de diez millones (1.1 millones de dominicanos y dominicanas) simplemente padece hambre.

En el enlace Panorama de SAN, 2018,  http://www.fao.org/3/CA2127ES/ca2127es.pdf, se indica que en la República Dominicana la subalimentación se redujo de 14,6% al 10,4% entre los períodos 2010-2012  y 2015-2017.

“No descansaremos hasta asegurar que la República Dominicana sea capaz de alimentar al último de sus hijos e hijas”, manifestó el presidente de la República, Danilo Medina, en el acto del último 16 de octubre con motivo del Día Mundial de la Alimentación que celebra la FAO.

Sobre la otra cara del problema, las cifras de obesidad en adultos dominicanos son casi tan altas como Uruguay, por ejemplo, y llegan al 27,6%; es decir, afecta a uno de cada cuatro.

En una reciente visita al Uruguay, la oficial jurista para América Latina y el Caribe de la FAO, Manuela Cuvi, que periódicamente recorre cada país de la región asesorando proyectos de ley que pueden implementarse para garantizar el derecho a una alimentación adecuada, advirtió que en esta nación sudamericana el acceso a los alimentos dejó de ser un problema grave, pero la malnutrición ha ido ganando un terreno que le quita a la salud.

En Uruguay hay varios ministerios con programas sobre la alimentación (Agricultura, Ganadería y Pesca, Salud Pública y Desarrollo Social) y, para evitar que las iniciativas se dupliquen , la FAO propone que la ley respectiva imponga una coordinación nacional que permita “abordar las distintas aristas de este problema, que es muy complejo”.

“La mala nutrición -apunta Cuvi- es producto de un cambio en los sistemas alimentarios y la manera de alimentarnos, es una tendencia global que ha llevado a que comamos más alimentos fuera de la casa”, por lo general alimentos poco sanos.

La alimentación adecuada también se relaciona, entonces, con la calidad de los alimentos. Uno de los grandes problemas diagnosticados es la falta de comida casera saludable en los hogares y el poco consumo de frutas y verduras.

“Por eso es que hay que pensar las soluciones en el conjunto, en el sistema alimentario completo, en toda su cadena”, afirmó la oficial jurista para América Latina y el Caribe de la FAO.