Managua, Nicaragua (EFE).- El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, anunció este viernes que la delegación que realiza una visita "in situ" para evaluar la situación en Nicaragua tras varios días de protestas civiles acudirá a la mesa nacional del diálogo por petición de los obispos.
"Hace poco la CIDH ha recibido un llamado prioritario de parte de los obispos de la Conferencia Episcopal para presentar en la mesa de diálogo la naturaleza de nuestra visita y estándares interamericanos en materia de justicia e investigaciones de violaciones de derechos humanos", publicó Abrao en sus redes sociales.
Este encuentro está previsto que tenga lugar este viernes a las 13.30 hora local (19.30 GMT), en el marco del segundo día del diálogo, un mecanismo en el que participan diferentes sectores para buscar el fin de una crisis sociopolítica que deja al menos 61 muertos en un mes de enfrentamientos.
Fuentes próximas a la comitiva de la Comisión explicaron a Efe que "cinco obispos", metiendo "mucha presión", llamaron para "suplicar" que se acercaran para detallar en que consiste su misión, autorizada por el Gobierno de Daniel Ortega por primera vez desde 1992.
La delegación de la CIDH, que este viernes comenzó su trabajo, se ha reunido ya con organizaciones civiles y de derechos humanos nacionales e internacionales.
Este viernes, a diferencia del pasado miércoles cuando se instaló el diálogo nacional, los periodistas no han tenido acceso al interior de las instalaciones del Seminario y se ha informado que la sesión no será transmitida en directo por las televisiones.
La crisis en Nicaragua se inicio hace un mes con multitudinarias manifestaciones a favor y en contra de Ortega en protesta a unas reformas a la seguridad social, aunque luego se incrementaron debido a las víctimas mortales de los actos represivos del Estado.
El diálogo nacional entre el Gobierno, el sector privado, estudiantes y sociedad civil, con la mediación de la iglesia Católica, tiene como objetivo superar la crisis en Nicaragua. EFE