SANTO DOMINGO, República Dominicana-. Eran las 11:36 de la mañana del martes 28 de febrero. Justo cuando el sol bailaba a un intenso ritmo y penetraba el pavimento, a Kharla Pimentel, periodista de Acento.com.do, le robaron un espejo retrovisor y el logo delantero de Toyota, marca de su vehículo.

‘‘Me siento desprotegida ante el cuidado del vehículo que pago con el esfuerzo de mi trabajo cada mes. No confío en que dejándolo ‘donde pueda’ cuando vengo a laborar lo vaya a encontrar completo o lo encuentre luego de mis ocho horas de compromiso con Acento’’, dice con la furia del que conoce las lágrimas del sacrificio.

Un hombre en un carro negro se detiene próximo al suyo y, con la tranquilidad del que nada teme, quita desde su carro el retrovisor del Toyota Vitz 2010, color blanco. En ese mismo estado de sobriedad, las cámaras muestran cómo se desmonta de su automóvil y despistadamente le quita el logo de la parte delantera al carro de Kharla.

La impotencia la embarga al observar las imágenes. ‘‘No puede una persona que trate de superarse y trabaje para ser un ejemplo, verse en esto tan seguido’’, expresa Kharla.

Pero esta no es la primera vez de su infortunio. Solo tiene un año con el carro y ya son dos ocasiones en que se ve desprotegida durante su horario laboral.

Esta tampoco es la primera vez que la delincuencia llega a la calle del periódico y el canal de televisión Acento. La Bohechío, en el Ensache Quisqueya, se ha convertido en un espacio propicio para delinquir.

Otros colaboradores de Acento también han vivido de cerca los estragos de la delincuencia. Al periodista Tyrone Dotel le robaron un retrovisor; a Eduardo Diloné y Ariel Pérez les quitaron una batería y un retrovisor, respectivamente.

Pero la sábana de la inseguridad arropa más allá de los empleados de Acento. Hace unos días se denunció el asalto a la familia del doctor Alex Alberto Soriano, quien regresaba a su casa –ubicada próximo a este medio– con su esposa y sus tres niños menores de edad, cuando dos jóvenes a bordo de una motocicleta irrumpieron su espacio familiar.