WASHINGTON.- La dieta condimentada regularmente con pimientos picantes, también llamados chiles o ajíes (también se escribe ajís), reduce el riesgo de muerte por ataque cardiaco o infarto cerebral, según un estudio efectuado en Italia y que publica la revista Journal of the American College of Cardiology (JACC).

"Un hecho interesante es que la protección contra el riesgo de enfermedad resultó independiente del tipo de dieta que siga la gente", comentó Marialaura Bonaccio, epidemióloga y autora principal del estudio publicado .

"En otras palabras, una persona puede seguir la dieta mediterránea saludable, o alguien puede comer de manera menos saludable, pero para todos, los pimientos picantes tienen un efecto protector", añadió.

A lo largo de los siglos los pimientos, en la gran variedad con que se cultivan y se comen en todo el mundo, se han ganado fama por sus presuntas cualidades terapéuticas, atribuida a la presencia en todos ellos de una sustancia conocida como capsaicina.

Los pimientos son oriundos de México, de ahí que se les conozca por su nombre en lengua nahuátl "chili" (chile), y han estado presentes en la dieta humana desde unos 7.500 años antes de Cristo, siendo uno de los cultivos más antiguos de América.

Los pimientos, que se pueden catalogar desde los más dulces, como el morrón o el piquillo, a los más picantes, como los jalapeños, serranos, poblanos, tabasco o habaneros, son un elementos fundamental en las principales cocinas mundiales, como la mexicana, la peruana, la tailandesa o la india.

Esta variedad de hortaliza pasó a ser parte del comercio global desde el siglo XV y actualmente la producción mundial supera los 35 millones de toneladas de chiles verdes y los 4 millones de pimientos desecados.

En el estudio encabezado por Bonaccio para el Departamento de Epidemiología y Prevención en Italia, los investigadores examinaron durante ocho años a 22.811 residentes, con una edad promedio de 35 años, de la región de Molise, al sureste de Roma y con costas sobre el mar Adriático.

Durante ese período hubo un total de 1.236 muertes en el grupo

Comparando sus hábitos dietéticos, los investigadores observaron que en las personas que consumen regularmente pimientos, es decir, al menos cuatro veces o más a la semana, el riesgo de morir por un ataque cardiaco caía en un 40 %, y la reducción del riesgo de muerte por un incidente cerebrovascular era de casi la mitad del resto de las personas estudiadas.

"El pimiento picante es un componente fundamental de nuestra cultura culinaria", señaló Licia Iacoviello, directora del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Varese. "A lo largo de los siglos se han atribuido todo tipo de propiedades benéficas a su consumo, principalmente sobre la base de anécdotas o tradiciones, cuando no la magia", agregó.

Pero aplicando el rigor científico sobre la base de evidencias, "tal como ya se ha observado en China y Estados Unidos, sabemos que las varias plantas de la especie capsicum, aunque se consumen de manera diferente en todo el mundo, pueden ejercer una acción protectora para nuestra salud", aseguró Bonaccio.

En el abstracto del estudio publicado se lee lo siguiente:

Antecedentes El ají es una parte habitual de una dieta mediterránea tradicional. Sin embargo, los datos epidemiológicos sobre la asociación entre la ingesta de chile y el riesgo de mortalidad son escasos, con una falta de estudios de poblaciones mediterráneas.

Objetivos Este estudio buscó examinar la asociación entre el consumo de chile y el riesgo de muerte en una gran muestra de la población adulta italiana en general, y dar cuenta de los mediadores biológicos de la asociación.

Métodos El análisis longitudinal se realizó en 22.811 hombres y mujeres inscritos en la cohorte del Estudio Moli-sani (2005 a 2010). El consumo de chile se estimó mediante el Cuestionario de frecuencia alimentaria EPIC (Investigación prospectiva europea sobre cáncer) y se clasificó como ninguno / consumo raro, hasta 2 veces / semana,> 2 a ≤4 veces / semana, y> 4 veces / semana.

Resultados Durante una mediana de seguimiento de 8,2 años, se determinaron un total de 1.236 muertes. Las razones de riesgo multivariable (HR) para la mortalidad por todas las causas y enfermedades cardiovasculares (ECV) entre los participantes en la ingesta regular (> 4 veces / semana) en relación con ninguna / ingesta rara fueron 0,77 (intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,66 a 0,90) y 0.66 (IC 95%: 0.50 a 0.86), respectivamente. La ingesta regular también se asoció inversamente con la cardiopatía isquémica (HR: 0,56; IC del 95%: 0,35 a 0,87) y los riesgos de muerte cerebrovascular (HR: 0,39; IC del 95%: 0,20 a 0,75). La asociación del consumo de chile con la mortalidad total parece ser más fuerte en individuos libres de hipertensión (p para interacción = 0.021). Entre los biomarcadores conocidos de CVD, solo la vitamina D sérica representaba marginalmente tales asociaciones.

Conclusiones En una gran población mediterránea adulta, el consumo regular de ají se asocia con un menor riesgo de muerte total y CVD, independientemente de los factores de riesgo de CVD o el cumplimiento de una dieta mediterránea. Los biomarcadores conocidos de riesgo de ECV solo median marginalmente la asociación de la ingesta de chile con la mortalidad.