“Esta lona está podrida”, grita un joven que se refugia bajo una cubierta blanca que cobija las pocas pertenencias de seis familias que se abrigan sobre una roca caliza que los deja más altos que el río Ozama, en la vieja Barquita.

Veinte personas, en pocos metros ajustados junto a algunos de sus ajuares, sobrepasan el frio y la humedad que deja el huracán Mathew a su paso por la República Dominicana.

“A las 3 de la mañana salimos nosotros de la casa corriendo porque ya el agua nos llegaba hasta la cama”, cuenta Luisa Reyes quien reside en una estrecha casucha de zinc, con sus tres hijos menores.

Luisa trabaja en una zona franca, es madre soltera y no tiene con quien contar en momentos de peligro. Ha tenido que reconstruir su vivienda en varias ocasiones, la cual solo cuenta con una pequeña cocina y una habitación, sus hijos no saben que es televisión en el hogar.

“Queremos que nos saquen de aquí y sin embargo, no nos dicen nada"

Van a la escuela primaria de la zona hasta medio día y luego regresan a casa, donde solos permanecen el resto de la tarde y la noche a la espera de mamá.

A lo lejos, señala su vivienda anegada por el agua del río Ozama tras las constantes y abundantes lluvias de Mathew. Agrega que nueva vez, se siente desamparada.

“Nadie nos ha dicho nada. No sé qué pasará con nosotros”, argumenta al tiempo que relata desconocer su suerte ante un posible traslado hacía la Nueva Barquita, la que define como “otra vida”.

Otros se apostan frente al río, el cual seguirá incrementando su cauce al pasar de las horas. Dicen tener esperanzas de que Mathew sea el último fenómeno natural que acontezca durante su permanencia en la vieja Barquita.

“Queremos que nos saquen de aquí y sin embargo, no nos dicen nada y nosotros también estamos en riesgo”, apunta Luz Cruz García, quien junto a los nueve miembros de su familia también se resguardan bajo una lona, esta vez color anaranjada.

La imagen del Presidente Danilo Medina que se encontraba adherida a la puerta de zinc de la vivienda de Luz, se la llevó el río al subir su cauce; al igual que parte de sus ajuares.

“Jornada de mudanza extraordinaria"

La jornada de mudanza extraordinaria se llevó unas treinta personas que componen varias familias, desde la vieja Barquita hasta la nueva; empero, otros se quedaron esperando que las flotillas salvavidas regresaran nuevamente en su búsqueda.

“Se llevaron un grupo de mi lado, pero yo no sé qué esperan porque mira mi casa está en el mismo río. Y nosotros aquí”, señala Luz.

Dice que seguirá ahí debajo del toldo, porque alguien los tiene que auxiliar.

Dice que seguirá ahí debajo del toldo, porque alguien los tiene que auxiliar.

El pasado lunes una flotilla de siete vehículos pesados arribaron a tempranas horas de la mañana, para trasladar a varias familias destinadas a vivir en los apartamentos de la Nueva Barquita.

A pesar de ello, muchos se quedaron observando la ida de sus vecinos a la espera de un propio destino incierto.

Hasta el momento, solo 850 de 1,637 familias han sido trasladas a sus nuevos hogares.

El proyecto inició en el año 2012, cuando Medina realizó su primera visita sorpresa al barrio La Barquita, uno de los puntos de mayor vulnerabilidad dentro de la Cuenca Ozama y el área metropolitana.

Este beneficiará a 6,000 personas distribuidas en 1,637 familias que vivirán en 1,787 apartamentos construidos en 112 edificios, y 180 locales comerciales. Fue construido a un costo de RD$ 4,000 millones.