Los ministros de Exteriores del G7 se comprometieron hoy a liderar la lucha global antiterrorista, con medidas concretas para compartir datos de inteligencia y para dificultar el tránsito de sospechosos de pertenecer a grupos yidahistas.
La política antiterrorista fue el tema principal en el inicio de la reunión de cancilleres del G7 que se celebra hasta el lunes en la localidad nipona de Hiroshima (oeste de Japón), una de las dos ciudades del país asiático devastadas por los bombardeos atómicos a finales de la II Guerra Mundial.
Los recientes atentados de París y de Bruselas y los conflictos armados en Oriente Medio han situado al terrorismo "como uno de los principales desafíos que afronta el mundo en materia de seguridad", señaló el portavoz nipón de Exteriores, Yasuhisa Kawamura, en rueda de prensa al término de la primera jornada de reuniones.
En este contexto, el grupo de los siete "ha decidido tomar la iniciativa para estrechar la colaboración internacional destinada a combatir el terrorismo y el integrismo", añadió Kawamura.
Para ello, han acordado compartir los listados que poseen sus servicios nacionales de inteligencia sobre sospechosos de pertenencia a organizaciones terroristas, que se cotejarían con datos de Interpol.
Con el mismo fin pondrán en marcha un sistema que permitirá a las autoridades aduaneras acceder a la información que poseen las aerolíneas sobre los viajeros de avión y sus trayectos previos, y evitar así la entrada de posibles terroristas.
Los ministros tienen previsto adoptar el lunes una declaración conjunta que incluirá estas medidas, y en la que también se mencionaría la "necesidad complementaria" de resolver la crisis de los refugiados que huyen de los conflictos en Oriente Medio.
Asimismo, los cancilleres trataron los últimos ensayos nucleares y de misiles de Corea del Norte, ante las cuales acordaron aplicar de forma coordinada las sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU y "dar una respuesta conjunta y contundente".
Otro de los temas debatidos fue "el incremento de las tensiones en el Mar de China Meridional y los intentos unilaterales de alterar el statu quo en la región", según el portavoz.
Los ministros del G7 "compartieron su preocupación sobre el asunto y destacaron la necesidad de respetar la ley internacional", aunque no señalaron a ningún país en concreto ni adoptaron ninguna resolución al respecto.
Antes del inicio de la reunión, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, pidió a los participantes no resaltar el asunto de las disputas territoriales de Pekín con sus países vecinos y adoptar una perspectiva "objetiva y justa", en declaraciones al diario oficial China Daily.
Tras sus primeras sesiones de trabajo, los cancilleres de Japón, Estados Unidos, Canadá, Francia, Reino Unido, Italia y Alemania, y la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, se desplazaron en barco hasta el santuario sintoísta de Itsukushima, situado en la isla de Miyajima, a unos 10 kilómetros de Hiroshima.
Los ministros fueron recibidos por monjes de este santuario declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO, asistieron a un espectáculo de baile tradicional y disfrutaron de las icónicas vistas de su gigantesco "torii" (arco sagrado) en la bahía de Hiroshima, antes de cenar en la isla.
El lunes, los cancilleres tienen previsto adoptar una resolución conjunta que sería llamada "Declaración de Hiroshima", destinada a "enviar un mensaje contundente para lograr un mundo libre de armas atómicas", dijo el ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida, a su llegada a la reunión.
Se trata del primer encuentro que celebra Japón bajo su actual presidencia del grupo de los siete países más industrializados, y servirá de preparación para la cumbre de líderes que tendrá lugar los días 26 y 27 mayo en el parque natural de Ise-Shima (centro). EFE