Buenos Aires, 19 ene (EFE).- El fiscal argentino Alberto Nisman, hallado muerto hoy, tenía fuerte protección policial por amenazas, debido a sus investigaciones sobre el ataque a la mutual judía AMIA en 1994 y había dicho que se sentía en riesgo tras denunciar a la presidenta Cristina Fernández por presunto encubrimiento a Irán.
Nisman, que fue hallado muerto esta madrugada en su vivienda de Buenos Aires, contaba con una custodia de diez agentes de la Policía federal, según confirmaron fuentes oficiales.
Tras la denuncia que presentó la pasada semana contra la presidenta argentina, Cristina Fernández, y varios de sus colaboradores por supuesto encubrimiento de presuntos terroristas iraníes por el atentado contra la AMIA, Nisman era consciente de que sería blanco de nuevas críticas y de presiones.
El propio fiscal admitió en declaraciones a un reducido grupo de periodistas tras presentar la denuncia, el pasado miércoles, que le había advertido a su hija que se preparara para escuchar "cosas terribles" de su padre.
La diputada opositora Patricia Bullrich, que iba a presidir la comparecencia de Nisman hoy ante una comisión del Parlamento para dar detalles sobre su denuncia contra la presidenta, aseguró que el fiscal le había comentado que estaba amenazado y que incluso había solicitado a la Procuraduría General un aumento de su custodia.
"La última vez que hablé con él me dijo que le había avisado a su hija de 15 años que lo iban atacar pero que tenía responsabilidades éticas y daría las pruebas en el Congreso", dijo Bullrich a periodistas.
El fiscal había presentado una denuncia por intimidación por una amenaza recibida por correo electrónico en la que le exigían su renuncia y amenazaban con la integridad de su hija, según la agencia judía de noticias.
Según el portal Infobae, tras denunciar a Fernández, el fiscal habría revelado a su equipo de colaboradores: "Con esto me juego la vida".
En declaraciones al diario Clarín también se refirió al tema: "Yo puedo salir muerto de esto", dijo.
Alberto Nisman había expresado su voluntad de recluirse en su domicilio del exclusivo barrio porteño de Puerto Madero durante el fin de semana para preparar la comparecencia prevista para hoy ante el Parlamento.
Según periodistas argentinos que tenían una relación frecuente con el fiscal, el domingo ya no respondió ni sus llamadas ni sus mensajes.
Nisman apareció en el baño de su casa, con un tiro en la cabeza y junto a una pistola calibre 22 y un casquillo de bala.
Los investigadores no hallaron ninguna carta de despedida en su domicilio, pero sí numerosa documentación sobre la denuncia que había presentado contra el Poder Ejecutivo.
El atentado contra la AMIA causó 85 muertos y 300 heridos el 18 de julio de 1994, dos años después de que una bomba explotara frente a la embajada de Israel en Buenos Aires y provocara 29 víctimas mortales.
La investigación y la comunidad judía atribuyen a Irán y a la organización Hizbulá la planificación y ejecución de ambos atentados. EFE