Naciones Unidas, 26 nov (EFE/Agustín de Gracia).- El eco de Fidel Castro durante sus discursos en la ONU aún resuena en la sede de Naciones Unidas, empezando por su primera intervención, la de 1960, considerada como una de las más las largas en la historia de la organización.
Fue el 28 de septiembre de 1960 cuando el líder cubano, de verde olivo y entonces primer ministro, describió durante cuatro horas y media lo que calificó como las "líneas" del gobierno surgido tras la revolución que culminó en 1959 con Fidel Castro a la cabeza.
"Aunque nos han dado fama de que hablamos extensamente, no deben preocuparse. Vamos a hacer lo posible por ser breves y exponer lo que entendemos nuestro deber exponer aquí", dijo Fidel Castro ante la Asamblea General de la ONU.
En esa ocasión se quejó del "confinamiento" en Manhattan al que había sido sometida la delegación cubana, del trato "vejaminoso" y supuestas "consignas" a los hoteles de la isla para que no ofrecieran habitaciones.
Fidel Castro recordó que "el problema de Cuba" partía del hecho de que era "una colonia de Estados Unidos", y antes había estado sometida "al yugo colonial español", aunque recordó que España defendió esa posesión "con tozudez y ahínco".
Pidió a la ONU que actúe "con premura, antes de que sea demasiado tarde", para "salvar al mundo no solo de la guerra, sino también del subdesarrollo, el hambre, las enfermedades, la pobreza y la destrucción de los medios naturales indispensables para la existencia humana".
Después de una larga exposición sobre las raíces del colonialismo y las razones que llevaron a la revolución, Fidel Castro describió los primeros pasos de su Gobierno, incluyendo una reforma agraria para terminar con los "monopolios norteamericanos".
"Es posible que nos acusen luego de estar dando malos consejos en esta asamblea", afirmó Castro.
Apoyado por algunas noticias que leyó, se quejó de las interferencias de Estados Unidos en Cuba, las viejas y las de entonces, con un discurso destinado a insuflar ánimos en América Latina para seguir vías parecidas a la cubana.
"¿Hasta cuándo estará esperando América Latina para su desarrollo? Pues tendrá que esperar, de acuerdo con el criterio de los monopolios, hasta las calendas griegas", afirmó.
Castro cerró su discurso leyendo parte de los principios revolucionarios aprobados en la Asamblea General Nacional del Pueblo de Cuba, y no se presentó en ese mismo foro hasta el 12 de octubre de 1979.
En esa ocasión habló en nombre del Movimiento de los Países No Alineados, que había celebrado una reunión en La Habana, y, como en su discurso anterior, hizo un largo repaso sobre la visión de Cuba respecto a algunos temas de la agenda internacional.
Fidel Castro expresó la necesidad de que, más allá de los derechos humanos, hay que hablar también "de los derechos de la humanidad", y resaltó las desigualdades mundiales entre naciones ricas y pobres y la necesidad de reducir las brechas económicas.
"¿Para qué sirve la conciencia del hombre? ¿Para qué sirven las Naciones Unidas?", se preguntó Fidel Castro, también de verde olivo, en medio de aplausos de los reunidos ante el foro de la ONU con mayor proyección.
"¡Basta ya de palabras! ¡Hacen falta hechos! ¡Basta ya de abstracciones, hacen falta acciones concretas! ¡Basta ya de hablar de un nuevo orden económico internacional especulativo que nadie entiende!", añadió.
También tuvo otra intervención en 1995, para el quincuagésimo aniversario de la ONU, en un discurso mucho más breve que los anteriores, cuando Cuba sufría las consecuencias del progresivo desplome de la esfera de poder soviético.
"Terminó la Guerra Fría, pero continúa la carrera armamentista y se perpetúa el hegemonismo militar y nuclear", afirmó Castro.
La última visita del líder cubano a la ONU fue en 2000, ocho años antes de que traspasara la Presidencia a su hermano Raúl, cuando participó en la Cumbre del Milenio organizada por la ONU y en donde tuvo una breve participación.
"Tres decenas de países desarrollados y ricos que monopolizan el poder económico, tecnológico y político, se reúnen aquí con nosotros para ofrecernos más de las mismas recetas que han servido solo para hacernos cada vez más pobres, más explotados y más dependientes", dijo Castro en esa cumbre.
Pidió a la ONU que actúe "con premura, antes de que sea demasiado tarde", para "salvar al mundo no solo de la guerra, sino también del subdesarrollo, el hambre, las enfermedades, la pobreza y la destrucción de los medios naturales indispensables para la existencia humana".
"El sueño de alcanzar normas verdaderamente justas y racionales que rijan los destinos muchos, a muchos les parece imposible. ¡Nuestra convicción es que la lucha por lo imposible debe ser el tema de esta institución que hoy nos reúne", agregó.
No volvió Castro a la ONU desde entonces, y tampoco llegó su hermano Raúl hasta su debut en la Asamblea General de la ONU del año pasado, meses después de que comenzara el deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Pero ya sea con las palabras de Raúl o de otros altos funcionarios que han llegado periódicamente a Naciones Unidas, el mensaje que ha traído Cuba a la ONU ha diferido poco de los principios que en su momento defendió Fidel Castro en este foro.EFE