SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La fundación Fe y Alegría Dominicana lamentó el feminicidio de su colaboradora Mirelis Pérez Urbáez, quien se desempeñaba como maestra, y llamó a la sociedad a reflexionar sobre una sociedad que irrespeta la dignidad de las mujeres.
‘‘Esta situación nos invita a reflexionar profundamente sobre el valor de la dignidad humana y el respeto a las mujeres, y a la vez a promover acciones decididas para que la violencia contra la mujer en todas sus manifestaciones se detenga inmediatamente’’, manifestó en un comunicado de prensa.
Fe y Alegría Dominicana resaltó que el feminicidio no es una manifestación de violencia social, sino una forma específica de violencia hacia la mujer por su condición. Está, además, amparada en condiciones estructurales de desigualdad, inequidad y la opresión que sufren las mujeres en condiciones socioculturales injustas.
‘‘Por esta razón, desde Fe y Alegría apostamos por la construcción de una cultura de paz mediante la convivencia pacífica, impulsando y promoviendo procesos de reflexión y acción para transformar esta situación que adquiere cada día más relevancia en el contexto nacional de la República Dominicana’’, apuntó.
Lea el comunicado íntegro en el que se motiva a promover procesos de reflexión y acción para transformar esta situación que adquiere cada día más relevancia en el contexto nacional de la República Dominicana.
"Permitan que las mariposas aleteen a nuestro alrededor"
Fe y Alegría Dominicana ha recibido con mucha tristeza y preocupación la sensible pérdida de nuestra compañera, colaboradora y educadora Mirelis Pérez Urbáez, quien se desempeñaba como maestra de primer grado del Nivel Primario del Centro Educativo San José Fe y Alegría de Pantoja. Las circunstancias de su deceso enmarcadas dentro del feminicidio, nos desconciertan y las vinculamos con tantos hechos similares ocurridos recientemente, las cuales nos llevan a cuestionarnos el tipo de sociedad que hemos construido. Esta situación nos invita a reflexionar profundamente sobre el valor de la dignidad humana y el respeto a las mujeres, y a la vez a promover acciones decididas para que la violencia contra la mujer en todas sus manifestaciones se detenga inmediatamente.
En ese contexto queremos resaltar que el feminicidio “no es una manifestación más de la llamada violencia social, sino una forma específica de violencia, de carácter estructural, direccional y asimétrica, ejercida por los hombres”[1], amparada en condiciones estructurales como la desigualdad, inequidad y la opresión que sufren las mujeres en condiciones socio culturales, relacionadas con los roles y la injusta distribución de poder, el machismo y la normalización de la violencia que sufren las mujeres[2].
Afirmamos que la violencia en sus diferentes manifestaciones y en contra de cualquier persona es contraria a los valores humano-cristianos que fundamentan el Reino (justicia, paz, amor, vida), y es contradictoria con el mensaje del Evangelio de Jesús “Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Que, así como yo los he amado, se amen también los unos a los otros” (Jn 13,34). Sin embargo, debemos enfocarnos que “cuando la violencia en contra de la mujer es tolerada, puede ayudar a preparar el escenario para actos violentos en contra de otros grupos también”[3].
En tal sentido invitamos a los hombres a asumir el reto de las “nuevas masculinidades", y abandonar las prácticas machistas de la cultura patriarcal que nos han dominado a lo largo de nuestra historia, donde se cree que la forma de mostrar la hombría, es ejerciendo la violencia y el poder dominador. Así mismo, invitamos a las madres, educadoras y educadores y a toda la sociedad en general, a formar en equidad de género a niños, niñas y adolescentes desde el respeto a la vida humana, aquella que nos orienta en la promoción del cambio de actitudes, valores y comportamientos destructivos del otro y de la otra. Aportemos a la construcción de relaciones entre las personas basadas en la justicia, la igualdad de condiciones y el respeto a los Derechos Humanos, desde el amor. Dios nos ha hecho al hombre y a la mujer semejantes a Él.
Por esta razón, desde Fe y Alegría apostamos por la construcción de una cultura de paz mediante la convivencia pacífica, impulsando y promoviendo procesos de reflexión y acción para transformar esta situación que adquiere cada día más relevancia en el contexto nacional de la República Dominicana.
- Entendemos que la violencia es un comportamiento aprendido y que como tal, también lo podemos desaprender, por lo tanto, nos comprometemos a seguir promoviendo en nuestros diferentes escenarios educativos los valores humano-cristianos, el manejo positivo del conflicto, así como la promoción de la convivencia y las diferentes estrategias asumidas en nuestra Asamblea Nacional de Directores (2017) para promover una cultura de Paz.
- Afirmamos nuestro compromiso de seguir sensibilizando y concientizando junto a las diferentes organizaciones e instancias comprometidas con la defensa de los derechos de la mujer, de niños, niñas y adolescentes para erradicar la “normalización” del abuso y toda forma de violencia contra la mujer.
- Siguiendo a Juan Pablo II nos atrevemos a recordar a todos los hogares que “el auténtico amor conyugal supone y exige que el hombre tenga profundo respeto por la igual dignidad de la mujer: «No eres su amo —escribe San Ambrosio— sino su marido; no te ha sido dada como esclava, sino como mujer… Devuélvele sus atenciones hacia ti y sé para con ella agradecido por su amor». El hombre debe vivir con la esposa «un tipo muy especial de amistad personal»” [4]
- Hacemos (un) llamado a las diferentes instituciones investigativas, para que sigamos estudiando en profundidad y de forma interdisciplinar las condiciones estructurales y socio culturales propias del contexto dominicano que favorecen y propician el feminicidio y que a la vez aportemos soluciones concretas para erradicar este flagelo que afecta a nuestra sociedad.
- Invitamos a los diferentes sectores y a las distintas autoridades para asumir acciones preventivas y de protección integral a las mujeres; evitando así las justificaciones “normalizantes” que dan pie al abuso y maltrato a la mujer y en no pocas ocasiones ocultando o desviando la mirada para favorecer la impunidad.
Finalmente, Fe y Alegría quiere agradecer la gran labor de nuestra compañera y educadora Mirelis Pérez Urbáez, QPD. Recordando las palabras del Papa Francisco que nos interpelan y a la vez exaltan la labor de las mujeres consagradas a la educación en los sectores más desfavorecidos:
Las mujeres, en cuanto educadoras, tienen una particular vocación, capaz de hacer nacer y crecer nuevas modalidades de acogida y estima recíproca… Las mujeres, unidas íntimamente al misterio de la vida, pueden hacer mucho por promover el espíritu de fraternidad, con el cuidado por preservar la vida y con la convicción de que el amor es la fuerza que puede hacer el mundo habitable para todos”.[5]
Fe y Alegría Dominicana reafirma su compromiso con realizar acciones concretas desde el proceso educativo cotidiano a defender la vida de la mujer, del hombre, de los niños y niñas, en bien de la familia y la sociedad. Asimismo, reafirmamos el compromiso de educar en valores por una educación integral de calidad para todas y todos, ofreciendo herramientas para construir la paz desde las relaciones que establecemos con las demás personas, con la Naturaleza y con Dios para que vivamos en una sociedad reconciliada en el amor y el cuidado de todo ser.
- Jesus Zaglul S.J.
Director Nacional Fe y Alegria
Santo Domingo, 31 de octubre de 2017
[1] CARCEDO, A., (Coord.), No olvidamos ni aceptamos: Femicidio en Centroamérica, CEFEMINA, San José, Costa Rica, 2010, p. 1.
[2] LAGARDE, M., “Antropología, feminismo y política: violencia feminicida y derechos humanos de las mujeres”, en BULLEN, M., DÍEZ MINTEGUI, C., (Coord.), Retos teóricos y nuevas prácticas, Ankulegi Antropologia Elkartea, España, 2008, p. 217.
[3] Cuando Pido Ayuda: Una Respuesta Pastoral a la Violencia Doméstica contra la Mujeres. Declaración del Comité de Obispos católicos de los Estados Unidos sobre el Matrimonio y la Vida Familiar y el Comité de Obispos sobre la Mujer en la Sociedad y en la Iglesia. Firmado en noviembre de 1992.
[4] Juan Pablo II. 1981. Familiaris Consortio. No. 25
[5] Palabras del Papa Francisco en la Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso que se ha celebrado en Roma bajo el tema “El papel de la mujer en la educación a la fraternidad universal”. Ciudad del Vaticano 9 de junio 2017.