SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El escándalo de soborno en la compra de los aviones Súper Tucano habría sido el motivo que llevó a Danilo Medina a paralizar el proyecto de Defensa Aérea iniciado en el Gobierno de Leonel Fernández, por la suma de 54 millones de dólares.
La revelación está contenida en un documento “confidencial”, en el cual Medina advierte al mando militar de entonces que no aprobaría nuevos fondos para la terminación del proyecto mientras persistan las acusaciones de soborno contra altos oficiales de las Fuerzas Armadas.
Se refería al proceso que se le sigue al exministro de Defensa Pedro Rafael Peña Antonio y al exdirector de Proyectos de las Fuerzas Armadas coronel Carlos Piccini Muño, quienes fueron enviados, recientemente, a un juicio de fondo acusados de recibir un soborno de US$ 3.2 millones en la compra aviones militares.
El proyecto de Defensa Aérea incluye la instalación en la Base Aérea de San Isidro de una plataforma de radares tridimensionales y un centro de control y mando que daría apoyo a las operaciones de los aviones Súper Tucano en la lucha contra el narcotráfico y la vigilancia del espacio aéreo dominicano.
CONVENIO CON ISRAEL Y OPCIÓN IDAC
En 2009, el Estado dominicano y el Gobierno de Israel suscribieron un contrato para instalar una plataforma de radares tridimensionales por US $44 millones, más una adenda por otros US$10 millones para ampliar el proyecto con nuevos equipos y tecnología.
De ese monto, las autoridades dominicanas desembolsaron US$ 26 millones en el Gobierno de Leonel Fernández.
Ante la negativa del presidente Medina en asignar nuevos fondos al proyecto, el Ministerio de Defensa intentó buscar una alianza estratégica con el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) para que asumiera los costos de instalación de los radares, algo que no fue posible durante el pasado Gobierno.
HISTORIA CON ROL DE LA CÁMARA DE CUENTAS
Las Fuerzas Armadas propusieron al entonces presidente Leonel Fernández un proyecto de Defensa Aérea para la República Dominicana, que en su primera etapa incluyó la compra de los aviones Súper Tucano, seguido de una plataforma de radares tridimensionales y un centro de Mando y Control, que aún están en proceso.
Aunque el presidente Medina fue informado por su cúpula militar de la necesidad de los radares, ya que las FARD dependían y aún dependen de la llamadas “imágenes espejos” de los radares convencionales del IDAC y del centro Joint Interagency Task Force Sonuth (JIATAS por sus siglas en inglés) suministradas por el Comando Sur de Estados Unidos, el entonces mandatario reiteró que no entregaría más fondos para ese proyecto, según el documento al cual periodistas de Acento tuvieron acceso.
Medina temía que la compra de los radares estuviera tan contaminada como la adquisición de los aviones brasileños Súper Tucano, que fueron el centro de un escándalo de soborno por 3.2 millones de dólares.
Sin embargo, varias auditorias del Ministerio de Defensa y una de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana (CCRD) no refieren irregularidades en los procesos de compras de equipos destinados al proyecto.
En 2019, una comisión de altos oficiales se reunió con funcionarios cercanos al presidente Medina y advirtieron que las imágenes que reciben tanto del IDAD y como de la plataforma del Comando Sur solo indican la posición de una aeronave sospechosa, pero no la altura, lo cual representa, según refiere, una debilidad en cuanto a garantizar la seguridad del espacio aéreo nacional.
Una fuente militar informó que las nuevas autoridades de las Fuerzas Armadas realizaron un estudio del proyecto y recomendaron, entre otras cosas, cambiar algunas tecnologías del sistema de radares que ahora resultan obsoletas.
Parte de los equipos que llegaron al país en 2012 se encuentran almacenados en un depósito de la Base Aérea de San Isidro.