SANTO DOMINGO, República Dominicana.-En las Fuerzas Armadas obtener una pensión es un privilegio que por años está reservado para aquellos militares que cuentan con “padrinos” en los altos mandos militares.
Sufrir esta injusticia ha sido la historia de los militares que no cuentan con apoyo de grupos bien enllavados, pese a que se trata de un derecho contemplado en los Artículos 105, 222 y 237 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas (139.13).
Oficiales enfermos y envejecientes llevan hasta 10 años esperando que los incluyan en los listados de retiros que envía el Ministerio de Defensa al Poder Ejecutivo cada año para su aprobación.
Muchos mueren en el intento, sobre todo los que no cuentan con una cuña en los niveles de decisión.
La junta de Retiro y Fondos de Pensiones de las FFAA acumula 4.000 solicitudes de pensiones de oficiales, alistados y asimilados de las instituciones castrenses, que les han sido imposible procesar.
La aprobación de estas solicitudes no depende de los mandos militares, sino del Poder Ejecutivo que casi siempre alegan falta de recursos.
“Tenemos solicitudes de pensiones que llevan hasta 10 años acumuladas, muchos de estos militares están en sus casas enfermos, otros sin funciones y la mayoría cumplieron tiempo en las filas, ya sea por servicios o antigüedad”
El Artículo 153 de la normativa militar define el retiro como el derecho adquirido de los militares y asimilados militares en servicio activo, al cesar en sus funciones de manera honrosa al ocurrir alguna de las causales prevista en la ley.
Las solicitudes primero son evaluadas por las tres instituciones militares (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) antes de enviarlas al Ministerio de Defensa y finalmente al Poder Ejecutivo, donde son aprobadas o retenidas para futuras decisiones.
Muchos de los oficiales que solicitan su retiro o pensión alegan antigüedad en servicio, enfermedad y discapacidad física, principalmente, según indicaron fuentes del Ministerio de Defensa.
Las solicitudes provienen, principalmente, de coroneles, tenientes coroneles, mayores y capitales que ocuparon direcciones, subdirecciones y departamentos; pero que ahora están sin funciones, y de lograr el retiro pueden recibir entre 40 mil y hasta 150 mil pesos mensuales de pensión.
Sin embargo, las autoridades alegan que el gobierno no está en condiciones de aplicar estos retiros porque, en estos momentos, carece de recursos para esos fines.
“Tenemos solicitudes de pensiones que llevan hasta 10 años acumuladas, muchos de estos militares están en sus casas enfermos, otros sin funciones y la mayoría cumplieron tiempo en las filas, ya sea por servicios o antigüedad”, explica la fuente.
Los retiros implican el pago del Sueldo por Año, que no es más que los fondos acumulados por los militares en el Instituto de seguridad Social de las Fuerzas Armadas (ISSFFAA) para su retiro.
Pero esos recursos fueron desviados o malversados en el pasado y no están disponibles para responder ante un retiro de 4.000 militares, según han dicho las propias autoridades.
Por cada pensionado de las Fuerzas Armadas el Ministerio de Hacienda aporta el 87% de los fondos y la Junta de Retiro el restante 13 por ciento, para el pago mensual de las pensiones militares.
La regulación militar establece el retiro bajo la siguientes condiciones; por antigüedad en servicios (41 años), por relación de rango y edad, desde 61 en más alto hasta 45 el más bajo; por discapacidad o incapacidad física; por edad, cuando llegan al límite máximo de 61 años.
Los miembros de las FFAA que han solicitado su pensión esperan que el gobierno disponga, este 27 de febrero, de los retiros voluntarios, sobre todo de aquellos que tienen diez o más años de solicitados.