La reforma policial en marcha debe incorporar resultados de estudios que expresan "el verdadero sentir de los/as adolescentes y jóvenes víctimas de las peores formas de violencia, en términos de integridad física y a nivel psicosocial" y que, "como ironía de la vida, suelen ser los postulados para optar por la profesión de Policías".

Esta es una de las seis propuestas del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI) que ha acumulado desde su fundación, en el año 1984, una rica experiencia barrial en las comunidades vulnerables en la Circunscripción 3 del Distrito Nacional, en Santo Domingo Oeste, Los Alcarrizos, Bonao, Puerto Plata, entre otras.

El director ejecutivo del IDDI, David Luther, destacó que el trabajo cumplido todos estos años incluye acciones de formación humana y académica, resolución de conflictos, medios de vida e inserción laboral a jóvenes, mujeres solteras jefas de hogar, miembros de pandillas y otros sectores poblacionales marginados, todo lo cual será útil para delinear la reforma policial.

El director ejecutivo del IDDI, David Luther.

Se trata de una experiencia sobre cómo "construir entornos comunitarios seguros", ´para lo que, sostuvo David Luther, "hemos generado sinergias con organizaciones comunitarias, juntas de vecinos, líderes comunitarios, iglesias, escuelas, Policía Nacional, Procuraduría, fiscalías barriales y ayuntamientos, con los cuales hemos establecido acuerdos interinstitucionales que guían nuestras intervenciones".

Un documento del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI) detalló esas seis sugerencias:

  1. Cualquier reforma Policial debe incorporar la educación, tanto en cuanto a formación académica como la formación integral en valores. Una reforma que busque crear de manera real condiciones ecuánimes, que brinde verdaderas oportunidades fuera del clientelismo y la propaganda política, que incorpore en sus estructuras a esa juventud, de las diferentes comunidades deseosas de salir adelante y no tienen el apoyo real para hacerlo.
  2. Destinar los recursos que fueren necesarios a los diferentes politécnicos que existen en los barrios y comunidades para iniciar desde ellos el proceso de motivación e identificación de potenciales policías profesionales que crecen y conviven con las comunidades a las que luego servirán y protegerán. Una verdadera transformación que incorpore como base un ser humano con formación profesional y pueda ejercer su profesión con dignidad.
  3. Fortalecer la respuesta del Estado frente a los niveles de violencia y delincuencia que afectan al país, y de forma particular los barrios más vulnerables de la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional, para cambiar la percepción de las y los residentes en estas demarcaciones hacia las autoridades locales, en especial la de los agentes policiales.
  4. Promover un diálogo que permita visibilizar e incorporar resultados de estudios que expresan el verdadero sentir de los/as adolescentes y jóvenes víctimas de las peores formas de violencia, en términos de integridad física y a nivel psicosocial. Quienes, como ironía de la vida suelen ser los postulados para optar por la profesión de Policías.
  5. Fortalecer el rol y aportes de las mujeres en los ámbitos de control y políticas de seguridad ciudadana, fomentando iniciativas para la reducción y prevención de los diferentes tipos de violencia, incorporando estrategias de la ciencia del comportamiento con terapias cognitivo-conductuales que permitan trabajar con adolescentes y jóvenes involucrados en violencia y criminalidad.
  6. Abordar de forma concreta el fenómeno de la violencia y criminalidad en los diferentes programas de prevención, involucrando el sector educación y la comunidad educativa en general, en el diseño e implementación de políticas públicas y programas que respondan a las necesidades de reinserción de las/los jóvenes que por falta de oportunidades han optado por integrarse al mundo de las drogas, pandillas, etc.…