SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Colectiva Mujer y Salud deploró este sábado 17 de mayo, Día Mundial contra la Homofobia y en pleno siglo XXI, que el sexo del ser amado determine la calidad de la ciudadanía, los afectos familiares, las oportunidades laborales y el reconocimiento social de una persona.

“Resulta difícil aceptar que los adolescentes gays y lesbianas sean abusados y hostigados despiadadamente en las escuelas sin que las autoridades educativas los protejan, que las madres lesbianas pierdan la tutela de sus hijos a manos de los tribunales de justicia y que las transexuales sean asesinadas en las calles sin que las autoridades se dignen investigar a fondo sus muertes”, criticaron los miembros de la colectiva.

Manifestaron que la República Dominicana debe enfrentar los dilemas éticos y políticos que plantea la homofobia, dejar de seguir proclamando una vocación democrática mientras se les niega derechos a las y los ciudadanos con orientación sexual distinta.

“No podemos declararnos partidarios de la globalización mientras ignoramos las normativas internacionales de derechos humanos; no podemos decir que la nuestra es la religión del amor, mientras sus sacerdotes y ministros siguen promoviendo el odio”, proclamaron.

Criticaron que puedan perder empleos y ver destruidas sus aspiraciones profesionales sin más motivo que el prejuicio homofóbico, que las iglesias los acosen con el estigma del pecado y promoviendo “terapias de reconversión” cuya crueldad e inutilidad han sido denunciadas por organismos de salud y de derechos humanos de todo el mundo.

“De todas las instituciones sociales, las iglesias tienen la mayor obligación moral en este sentido por ser ellas la principal fuente de sustentación ideológica y  legitimación ética de la homofobia”.

Aseguraron que las iglesias deben entender que sus discursos incitan a la persecución y al odio, que generan terribles sufrimientos y destruyen vidas. “Que no esperen más, no sea cosa que la historia les haga la mala jugada que ya les hizo en el caso de Galileo, de las brujas y los herejes achicharrados en las hogueras, de los judíos perseguidos, los indios exterminados y los africanos esclavizados”.

Sin embargo, señalaron que hoy ven con alegría y esperanza el acelerado proceso de cambios que tiene lugar en tantos países del mundo, sobre todo en América Latina, y que dicen inevitablemente llegará también al país.

“Esperamos ansiosamente la hora en que también en la República Dominicana la valoración social de las personas se base en sus esfuerzos y logros, y no en el sexo de quien comparte sus afectos”.

En un documento enviado a los medios, narraron que a lo largo de su historia republicana el país ha vivido de muchas formas la injusticia que supone la discriminación y la intolerancia contra diversos grupos sociales: las personas de raza negra; las mujeres que eran excluidas de la educación y la ciudadanía; las iglesias protestantes; y los haitianos y sus descendientes dominicanos que quisieron ser desnacionalizados.