SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Las palomas se echaron a volar desde la cima del Congreso hasta que se agotó la mirada en el oeste. Abrieron sus alas con el grito de jóvenes de Las Cañitas, Simón Bolívar, Gualey, Los Pinos de Sabana Perdida, Los Guandules, Guachupita y la Ciénaga, minutos antes de que el Sol alcanzara el trono en la marcha del día.

‘‘Queremos participación para la juventud’’ reclamaban muchachos y muchachas en el Día Mundial de la Justicia Social, frente al edificio que ocupan los órganos del Estado encargados de crear leyes y priorizar el uso de los recursos destinados a las políticas públicas. Fueron a las instalaciones del Poder Legislativo a hablar, de manera simbólica, con los 222 congresistas. Desde la acera, a pocos metros de sus oficinas, les recordaron su responsabilidad en garantizar los derechos de la juventud, y en particular de las mujeres jóvenes.

‘‘Queremos recordar a nuestros legisladores que somos conscientes de que la Constitución Dominicana, así como algunas leyes, amparan las políticas de juventud. El marco legal e institucional existente reconoce la necesidad de crear oportunidades y capacidades para facilitar nuestro tránsito hacia la vida adulta’’.

Maracas, tambores y una güira en manos. La música, siempre la música. El griterío eterno y las esperanzas de la juventud y los palos que hacían rugir los tambores, ambientaron el recorrido.

El “Tour de la Justicia” empezó más temprano, cuando se encendían los primeros rayos de luz que calientan la mañana. Los jóvenes partieron desde las instalaciones del Comité para la Defensa de los Derechos Barriales (Copadeba) y visitaron las tres instituciones que deben garantizar acceso a educación, salud y trabajo dignos.

Maracas, tambores y una güira en manos. La música, siempre la música. El griterío eterno y las esperanzas de la juventud y los palos que hacían rugir los tambores, ambientaron el recorrido.

Picaba el sol. Pero una vez frente al Ministerio de Salud Pública, y con los ánimos en las nubes, los más de 30 participantes de programas de Copadeba alzaron sus voces para decir a las autoridades que la deficiencia en las políticas sanitarias impacta sus vidas.

Y no se quedaron en el enunciado. Acudieron a las cifras que convierten a República Dominicana en uno de los países de Latinoamérica con la tasa de embarazo adolescente más alta. “Una de cada cinco mujeres adolescentes de entre 15 y 19 años ya ha tenido hijos o ha estado embarazada”, recordaron, citando a la Endesa 2013.

‘‘La tasa de mortalidad infantil es de 23.5% y la mortalidad materna ronda las 100 por cada cien mil nacidos vivos, datos que vuelven a ubicar a nuestro país entre los estados con las tasas más altas de la región”, recordaron.

‘‘Queremos recordarle al ministro José Ramón Fadul, que el desempleo juvenil ronda el 30%, que es más del doble de la tasa de desempleo promedio nacional”

‘‘La violencia de género es otra situación que está provocando un gran impacto en la sociedad dominicana. El 39.5% de las jóvenes de 15 a 19 años han experimentado casos de violencia física, sexual o emocional por parte de su marido o compañero.

‘‘Otros datos alarmantes para nosotros los y las jóvenes es que casi el 30% de las muertes por accidentes de tránsito ocurren entre la población de 15 a 24 años y que el 28.5% de los homicidios se dan entre la población de 10 a 24 años’’, citó Shariner Perdomo, joven universitaria que lleva el mensaje de la campaña ‘‘Yo Transformo’’, una iniciativa enmarcada en el proyecto “Hacia una cultura de derecho, juventudes que transforman políticas públicas”.

Ni el ruido de la avenida Máximo Gómez ni las gotas de sudor que desprendían sus rostros detuvieron la algarabía para exigir derechos. El discurso que pronunció Fernando de los Santos, un estudiante de ingeniería mecatrónica en la universidad estatal y residente en La Ciénega, no lo empañó ni los berrinches de la seguridad para ingresar a la institución estatal, ni ningún otro agotador proceso burocrático para entregar el manifiesto.

Se plantó frente al Ministerio de Educación, con el respaldo de sus otros compañeros de Copadeba y dijo: ‘‘Queremos recordar al ministro Andrés Navarro que aunque el gasto en educación ha aumentado desde 2012, pasando de 2% a 3.7% del PIB, la cobertura de la educación secundaria sólo alcanza a un 53% de la población estudiantil”.

“Además, -prosiguió- la calidad educativa en el país sigue rezagada, donde los resultados de las pruebas nacionales de finalización de la primaria y secundaria se mantienen entre 50% y 60% en las áreas básicas que mide la prueba’’.

Los muchachos y los organizadores del recorrido se veían obligados a repetir que no era una protesta, sino “es una campaña por los derechos’’, ante la actitud glacial de los trabajadores públicos al momento de permitir el ingreso a los ministerios y el Congreso.

Este proyecto, según explican, apunta a generar un proceso de desmonte de la cultura clientelar a través del empoderamiento, el debate y la reflexión sobre la necesidad de reenfocar las políticas públicas hacia una cultura política basada en derecho a favor de la juventud.

Anclaron frente al Ministerio de Trabajo con un merengue entonado. ‘‘Si puedo votar, puedo trabajar’’. Y continuaba: ‘‘Queremos trabajar, queremos trabajar’’. Tal vez sus voces no llegaban hasta la oficina de ventanas cerradas del ministro José Ramón Fadul, pero la conciencia de que necesitan más oportunidades laborales sí alcanzó los oídos de los colaboradores del funcionario.

‘‘Queremos recordarle al ministro José Ramón Fadul, que el desempleo juvenil ronda el 30%, que es más del doble de la tasa de desempleo promedio nacional”, proclamaron.

‘‘Una condición que en el país afecta de manera particular a las mujeres, y más en nuestros barrios, donde el 29% de las jóvenes con estudios universitarios se encuentra sin empleo.

‘‘Al mismo tiempo, la mayoría de las oportunidades de empleo a la que podemos acceder son en áreas informales de la economía, pues el 78.4% del empleo juvenil es trabajo informal. Esto significa que muy a menudo nuestras opciones de trabajo son precarias, pues incumplen con las obligaciones que establece el código laboral, son trabajos inestables, de bajos salarios, y carecemos de seguro médico, seguro de riesgos de salud o planes de pensiones.

‘‘En el país, el 34% de los adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años ni estudia ni trabaja. La situación se agrava si se es joven y mujer, ya que el 58% de los desempleados son jóvenes y el 60% de los NiNi en la República Dominicana son mujeres’’, son las añoranzas de los jóvenes que salieron de los labios de Luigi Fernández.