João Vaccari Neto, el extesorero del PT, es uno de los presos de la Lava Jato más adaptados a la prisión, dicen carceleros, abogados y directores. Se creó para sí mismo una rutina de trabajo −la limpieza y mantenimiento de la celda y en el lavado de calderos− para disminuir la pena y la angustia de ver el tiempo pasar lentamente.
Según una publicación del periódico O Globo, hasta el martes pasado (7), sumaba 937 días preso en el Complejo Médico Penal de Paraná, en San José de los Pinhais, en el Pabellón 6. Vaccari y sus abogados de la defensa tenían esperanza de que aquel sería su último anochecer en la cárcel. Él había acumulado dos importantes victorias desde junio.
Explica que el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región, el TRF-4, absolvió a Vaccari en dos procesos en los que había sido condenado por el juez Sergio Moro. El martes, un tercer sería juzgado en un tercer recurso. De ser absuelto, Vaccari podría volver a caminar por ahí con la mochila que lo hizo célebre entre los contratistas, también atrapados por la Lava Jato.
Pero la 8ª ronda del TRF-4 no sólo confirmó la condena, sino que duplicó la pena de Vaccari de diez a 24 años.
Se trata, indica el reportaje, de una derrota resonante para Vaccari. Pero aún mayor para el PT, tan beneficiado por su trabajo, y para su líder, el expresidente Luis Ignacio Lula da Silva. Lula y el PT tenían la expectativa de revertir en el TRF-4 la condena a nueve años y seis meses de prisión impuesta al expresidente por Moro por los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero en el caso del tríplex en Guarujá.
"Las dos absoluciones de Vaccari dejaron a los petistas confiados", destaca el medio.
En el velatorio del ex asesor de la Presidencia, Marco Aurelio García, en julio, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, declaró: “Tengo una esperanza muy grande de que viene del juicio del Vaccari ante el tribunal. El proceso del presidente Lula es muy parecido. No hay prueba, sino sólo delación”. Siete horas después de la decisión de esta semana, la Ejecutiva Nacional dijo en una nota que “el PT es solidario con Vaccari y su familia y confía en que aún se hará Justicia”.
Vaccari es un símbolo de la simbiosis delictiva que los gobiernos del PT establecieron entre Gobierno, el partido y empresas. Los contratistas del Lava Jato cuentan que, con su mochila, el tesorero del PT los visitaba y exigía “propina” por los contratos obtenidos por ellos con Petrobras. Sabía de todos los proyectos y negocios, como si fuera un integrante del Gobierno. El caso en que la pena de Vaccari aumentó implica a la pareja de publicitarios del PT, João Santana y Mónica Moura, y el lobista Zwi Skornicki.
Los secretos del publicista
El relator de ese caso en el TRF-4 es el mismo que en los dos anteriores, João Pedro Gebran Neto. En los tres asuntos, Gebran votó por mantener la condena de la primera instancia. “Vaccari, directa o indirectamente, en unidad de designios y de modo consciente y voluntario, en razón de su posición en el núcleo político por él integrado, solicitó, aceptó y recibió para sí y para el Partido de los Trabajadores los valores espurios ofrecidos por el Grupo Keppel Fels”, dice Gebran en su informe.
Las pruebas contra Lula en el caso del tríplex
Los otros dos magistrados votaron por absolver Vaccari en los dos casos anteriores, uno sobre donaciones oficiales de contratistas al PT y otro sobre pagos de propina para beneficiar a Engevix. Alegaron que las condenas estaban basadas solamente en delaciones, sin que hubiera pruebas concretas para corroborar las acusaciones. Esta vez, cambiaron de posición.
Leandro Paulsen dijo que "en este proceso, por primera vez, hay declaraciones de delatores, testimonios de testigos, testimonios de correros que entonces no habían celebrado ningún acuerdo con el Ministerio Público Federal y, especialmente, pruebas de corroboración apuntando, por encima de cualquier duda razonable, en el sentido de que Vaccari es autor de crímenes de corrupción". Fue acompañado por el magistrado Víctor Luis dos Santos Laus.
En contra de Lula hay no sólo delaciones, sino una serie de pruebas materiales sobre la propiedad del tríplex de Guarujá y una conexión con negocios hechos por la empresa OAS con Petrobras. La defensa de Lula contaba con el TRF-4 como un órgano reformador de sentencias de Moro, una instancia que podría ser crítica a las convicciones del juez de la Lava Jato.
Las dos decisiones anteriores sobre Vaccari proporcionaron esa esperanza. Pero el veredicto de esta semana sobre Vaccari muestra que las cosas no son así. Los magistrados pueden ser hasta más duros que Moro en la aplicación de sentencias.
Un levantamiento del diario O Globo muestra que el TRF-4 ya juzgó 98 casos de la Lava Jato. Treinta y un condenados vieron aumentadas sus penas. Diez acusados fueron absueltos (la cuenta incluye las dos absoluciones de Vaccari). El abogado de la defensa de Vaccari informó que “recurrirá esta decisión, pues tanto la sentencia recurrida como ahora se basó exclusivamente en la palabra de delator, sin que hubiera pruebas de que pudiera corroborar tal delación”.
Si la condena de Lula se confirma antes de agosto del año que viene, el presidente comienza a cumplir la sentencia de nueve años y medio y queda fuera de la disputa de las elecciones de 2018.