Cortesía del Centro de Periodismo Investigativo/Por Eliván Martínez Mercado

SAN JUAN, Puerto Rico.- Para los damnificados del huracán María, el agua que se obtiene de los acuíferos contaminados con sustancias tóxicas se suma al riesgo que ya representan el agua contaminada con descargas sanitarias y las bacterias transmitidas por el orín de rata.

“Con el desespero de que no había agua después del huracán, la gente empezó a abrir los pozos cerrados. Ante la necesidad, la gente hace lo que puede”, contó Carlos Pagán, quien vive frente a Maguayo #5, uno de los 11 pozos de esta zona cerrados porque están en un área contaminada. Para cargar sus contenedores por medio de mangueras de jardinería que han conectado al sistema, la gente entra por detrás de estas instalaciones de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), por el hueco de una verja rota. No hay ningún letrero de ninguna agencia local o federal que disuada la extracción de agua en el lugar.

Desde 2016, el Dorado Groundwater Contamination Site es parte de la Lista de Prioridad Nacional, un programa de descontaminación a largo plazo financiado por el gobierno de EEUU mediante el programa conocido como superfondos. La EPA reconoce que el líquido que se extrae de este sistema de acuíferos puede representar un riesgo para la salud y el medioambiente. Ha encontrado en el agua solventes clorinados, como tetracloroetileno y tricloroetileno, usados principalmentes para limpieza industrial, y que pueden causar cáncer y daños al hígado.

En una conferencia de prensa llevada a cabo este sábado en el Centro de Convenciones, el gobernador Ricardo Rosselló dijo que hubo cuestionamientos sobre la calidad de las aguas de pozos de Dorado. “La información no es correcta. El agua sí es potable”. Pero se refería a los puntos de extracción Santa Rosa y Nevárez, que se encuentran frente a un centro comercial de Dorado y que, según el Departamento de Salud (DS), están en cumplimiento. El DS dijo al Centro de Periodismo Investigativo (CPI) que no tenía disponibles las pruebas de calidad de agua para mostrarlas. Las declaraciones del gobernador no abordan el hecho de que hay personas usando aguas de otros cuatro pozos del Dorado Groundwater Contamination Site, un ‘superfund site’, que habían sido cerrados. El sábado el CPI comprobó que estaban en uso por vecinos de la zona.

La oficina local de la EPA indicó a este medio que estos pozos son los únicos de los 18 ‘superfund sites’ alrededor de todo Puerto Rico donde han detectado consumo de agua. “Hemos visitado todos los lugares de superfondo para asegurar sus condiciones luego del huracán. En algunos había verjas y letreros que se llevaron los vientos. No todos estos pozos tienen verjas”, explicó Carmen Guerrero, directora de la EPA en Puerto Rico.

“Estamos trabajando para orientar a las comunidades, y no solo tiene que ver con los lugares de superfondos, sino que se aseguren de que el agua que toman incluso de la AAA cumpla con estándares de calidad. Y que al igual que se ha observado en ocasiones anteriores, como en la sequía de 2015, los poceros no estén expandiendo los pozos sin permiso de Departamento de Recursos Naturales”.

La oficina local de la EPA aclara así una noticia de los cuarteles generales de la agencia federal en Washington DC, que emitió un comunicado el 11 de octubre, indicando que los damnificados en Puerto Rico estaban llevando a cabo esta práctica, sin indicar en cuáles de las 18 zonas contaminadas. “La EPA hace una advertencia contra la manipulación de los pozos sellados y con candado, o beber de esos pozos, pues puede ser peligroso para la salud de las personas”, indica la comunicación.

“Como esto es un pozo de acueductos, el agua se ve más clarita”, opinó Jorge Vázquez, quien había llegado desde el vecino municipio de Toa Alta a llenar contenedores plásticos de cinco galones, sin saber que estaba tomando del Maguayo #2, uno de los pozos del ‘superfund site’ de Dorado. Después del huracán, se había abastecido de aguas de manantial en su pueblo. Ante la alerta de posibles brotes de leptospirosis, la bacteria que transmiten animales como la rata, y de que el agua podía estar contaminada con coliformes fecales, acudió a este lugar.

“Como no hay agua en otro lado, esto es ‘tómalo o déjalo’. La estoy usando para el fregado y para cocinar”. Vázquez era uno de los muchos vecinos que hacían fila para entrar al lugar mientras había tres funcionarios de la AAA en las inmediaciones. Durante la visita, estos no impidieron el paso a los damnificados ni les informaron que se encontraban un ‘superfund site’.


Los pozos de la AAA se conectan a acuíferos, reservas subterráneas de agua que ahora tienen secciones contaminadas por desperdicios industriales.

Tras el paso del huracán el pasado 20 de septiembre, la falta de acceso a agua ha exacerbado la crisis humanitaria. Este sábado 14 de octubre, el 40% de los clientes de la AAA no tenían acceso a agua potable, según el gobierno. Uno de los problemas de la agencia es la falta de electricidad para energizar su sistemas de bombas. La administración de Ricardo Rosselló ha advertido sobre la posibilidad de patógenos en el agua potable, y desalentó la práctica de que la ciudadanía beba agua de ríos y manantiales. Hasta el momento han muerto cuatro personas que se sospecha fueron afectados por leptospirosis, y hay otros seis casos en vigilancia.

Mari B. Robles López | Centro de Periodismo Investigativo. Muchas personas han llegado a Dorado en busca de agua

En una esquina del parque de pelota del barrio de Maguayo, Carlos López indica que ya ha comenzado a llegar el agua al barrio. Durante los primeros cinco días tras el paso del huracán, cuando del grifo de su casa no salía ni gota, consiguió una guagua pick up, le puso una cisterna y empezó a llenarla en pozo Maguayo #6 para luego irse a repartir por el pueblo. Fue luego cuando se enteró de que podía estar contaminada. La verja del lugar estaba tumbada, en señal de que había sido forzada. “Eso está abierto. De ahí ha estado sacando el agua todo el mundo”.