LA HABANA, Cuba.- La mortalidad infantil en Cuba aumentó más de un 26 % en 2019 respecto al año anterior, informaron este viernes las autoridades del país que, sin embargo, destacaron que el país mantiene una de las tasas más bajas de fallecimiento de recién nacidos en el continente americano.
En el recién finalizado año fallecieron 5 por cada mil nacidos vivos, 1,037 más que en 2018, año en el que la tasa fue de 3,063, según datos de la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud divulgados por el diario oficial Granma.
Los factores que más incidieron en la muerte de recién nacidos en 2019 fueron las complicaciones asociadas al nacimiento prematuro y el retardo en el crecimiento intrauterino, divulgó la doctora Noemí Palma, directora de Atención Médica del Ministerio de Salud Pública (Minsap) de Cuba.
Esta destacó que, a pesar del repunte en las muertes prematuras de bebés, Cuba permanece "dentro de los 35 países con la tasa más baja de mortalidad infantil y dentro de los primeros en la región".
Las zonas del país caribeño con más altas tasas de mortalidad infantil fueron las provincias de Guantánamo (6,2) y Ciego de Ávila (6,1) junto con la ciudad de La Habana (6,1), y registraron los índices más bajos el municipio especial Isla de la Juventud (2,1) y la provincia de Cienfuegos (3,5).
Otros indicadores del año concluido revelan que la tasa de mortalidad de los menores de 4 años se incrementó de 3 por cada 10.000 habitantes en 2018 a 3,5 en 2019, con un índice de supervivencia del 99,3 %, dato que se ha mantenido por encima del 99% en las últimas dos décadas.
La tasa de mortalidad en la edad escolar -de 5 a 14 años- apenas experimentó variaciones en 2019 y se mantuvo en el 2 por cada 10.000 habitantes.
En cuanto a los nacimientos -en los que Cuba exhibe una tasa global de fecundidad muy baja en los últimos 30 años y una marcada tendencia al envejecimiento poblacional- sumaron 109.707 el año pasado, lo que supone una reducción de 6.626 respecto a 2018.
Para este 2020, las autoridades cubanas anunciaron medidas orientadas a mantener un bajo índice de fallecimientos prematuros, como promover la salud materno-infantil, reforzar el control de las gestantes con riesgo o mejorar los servicios de neonatología, entre otras. EFE