SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Destrucción, grandes pérdidas materiales y muerte, son algunas de las palabras que se asocian a la ocurrencia de un terremoto, un “fenómeno natural” que puede suceder sin aviso previo y que pone a prueba la capacidad de los humanos para resistirlo y hacer frente a sus efectos.

La posibilidad de que un sismo de gran magnitud afecte el país, según los especialistas, es cuestión de tiempo. Una situación que ya se ha presentado con anterioridad.

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El Gran Santo Domingo constituye una zona de particular preocupación para los expertos, debido al desarrollo de los sectores, principalmente aquellos que han experimentado un crecimiento sin un plan de ampliación, y que no han tomado en cuenta el problema sísmico de la isla.

Esta situación se torna más sombría en las edificaciones informales, viviendas ubicadas en gran medida en sectores populares, que se van construyendo y ampliando sin ningún tipo de supervisión y que no ofrecen ningún tipo de garantías ante un temblor.

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