"Dado el estado de anarquía en el Haití de la actualidad, no se puede lograr nada hasta que se aborde primero la situación de seguridad", expresó hoy el canciller Roberto Álvarez en una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en Nueva York.
Álvarez alertó que la violencia de las pandillas y de los paramilitares abarcan "los secuestros, los abusos de todo tipo y la intimidación" y son amenazas cotidianas que mientras persistan mantendrán a Haití en los actuales niveles de inseguridad.
Sumar esta realidad delictiva a los efectos de las crisis políticas y sociales, a las secuelas de los fenómenos naturales, como los terremotos y las tormentas, configuran "una aguda inseguridad alimentaria y un entorno desafiante para la asistencia humanitaria", todo lo cual hace que los haitianos "comunes y corrientes" convivan "en una situación insoportable", subrayó.
El ministro dominicano de Relaciones Exteriores expuso que hay que partir por lograr que la Policía haitiana haga una labor profesional que no podrá iniciar si sigue "penetrada por las pandillas" y no podrá luego consolidar sin el concurso internacional y sin un adicional y básico consenso político nacional.
Elecciones con pandillas profundizará los problemas
Al respecto, dijo que "se necesita apoyo, no solo financiero, sino asesores a tiempo completo que le ayuden a controlar las pandillas. La celebración de elecciones mientras las pandillas controlan grandes extensiones de territorio solo profundizará los problemas de Haití y los hará más intratables. La República Dominicana está dispuesta a apoyar un diálogo político creíble, inclusivo y sostenido en Haití. Uno apoyado de cerca por la ONU y otros actores internacionales clave, como CARICOM y la Unión Africana", manifestó.
Recordó que América Latina "tiene una larga y rica historia de diálogo político que ha jugado un papel fundamental en el proceso de democratización y estabilidad en las Américas" y que "debemos aprovechar esa rica tradición para ayudar a Haití".
"Esto está a nuestro alcance. Extendamos, juntos, una vez más, una mano de ayuda y empoderamiento a Haití", reclamó.
Previamente, el canciller dominicano utilizó en su discurso ante esta instancia de la ONU calificativos tales como "tragedia, devastación, alarma y espanto" a la hora de evaluar lo que sucede en el país vecino.
Los habitantes haitianos, remarcó, "han internalizado y normalizado constantes amenazas y retrocesos, junto con desigualdades prolongadas y de largo plazo, para dibujar un estado de cosas tan escandaloso como inaceptable".
"El Consejo de Seguridad y sus miembros permanentes, en particular, deben aprender de los errores del pasado para que no se repitan en misiones futuras", subrayó Álvarez al recordar que de esta instancia nació "la decisión de reducir la presencia de la ONU en Haití, principalmente por consideraciones financieras".
Esta salida "anticipada" llevó a la República Dominicana a expresar "su fuerte preocupación" y advertir "consecuencias negativas" y hoy mismo "asistimos a las dramáticas consecuencias de esta apresurada decisión".
Se requiere de "un mínimo sentido de estabilidad y normalidad" y que "al unísono las fuerzas gubernamentales, la sociedad civil, el sector privado y la propia gente interiorice que son el único camino creíble y sostenible hacia el futuro de Haití", exhortó.
Destacó una vez más que serán "los propios haitianos, y nadie más, quienes abran la puerta y lideren el camino hacia las reformas necesarias que el país necesita con tanta desesperación y por las que los haitianos de a pie claman con urgencia".
El jefe de la diplomacia dominicana exhortó a lograr "la tan necesaria reconciliación en la larga división política de Haití" y a sus líderes a emprender "el camino para que esto sea un punto de no retorno".