Brasilia, Brasil (EFE).- El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, propuso este jueves como próximo fiscal general de la República al jurista Augusto Aras, a quien se considera alineado con las ideas desarrollistas del gobernante y firme contra la corrupción.

El nombramiento de Aras deberá ser aprobado por el Senado, que en una fecha próxima le convocará para asistir a una audiencia, tras la que el pleno de la cámara legislativa decidirá si aprueba su nombre.

Si así fuera, Aras sustituirá a Raquel Dodge, la primera mujer que llegó a ese cargo, designada en 2017 por el entonces presidente Michel Temer y cuyo mandato de dos años concluye este mismo mes.

Con la postulación de Aras, Bolsonaro ha puesto fin a una vieja tradición, según la cual los gobernantes elegían al nuevo fiscal general sobre la base de una lista de tres nombres propuestos por los propios miembros del Ministerio Público.

Esta vez, Bolsonaro recibió esa lista de tres nombres, pero en ella no estaba Augusto Aras, quien ya ha manifestado públicamente su oposición a ese método de elección, pues en su opinión generaba divisiones dentro de la propia institución.

Aras ha desarrollado casi toda su carrera pública en la Fiscalía, a la que ingresó en 1987 y en la que actualmente se desempeña como sub-procurador general.

El candidato de Bolsonaro para la Fiscalía General tiene 60 años, es doctor en derecho con una maestría en economía y comparte su vida pública con la académica, en su condición de profesor titular de Derecho Electoral y Derecho Privado en la Universidad de Brasilia (UnB).

En lo político, es considerado conservador, aunque sin llegar a los extremos de Bolsonaro, y en lo económico está en plena sintonía con el desarrollismo que intenta promover el Gobierno.

"Es preciso comprender que un Ministerio Público moderno debe buscar siempre las respuestas que más preservan el interés público y nacional" y ayudar a "destrabar la economía", declaró Aras en una reciente entrevista con el portal Consultor Jurídico.

Con esa visión desarrollista, Aras ya ha colaborado de alguna manera con el Gobierno, al acelerar unos trámites paralizados desde hace años y que impedían expedir las necesarias licencias en el área medioambiental para la construcción de una importante carretera.

Aras también está considerado como un fiscal con pulso firme cuando se trata de corrupción y de hecho es cercano a muchos de los miembros de la operación Lava Jato, que destapó los escándalos en la petrolera estatal Petrobras y llevó a prisión a decenas de políticos y grandes empresarios. EFE