SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA.- El Banco Popular Dominicano reiteró su solidaridad a la esposa y demás familiares de Sabino Méndez Martínez, vigilante de seguridad trágicamente asesinado en el asalto a la sucursal de la avenida Gregorio Luperón esquina calle Olof Palme, el pasado jueves 30 de julio.
La institución manifestó que desde el primer momento en que se confirmó la muerte violenta del empleado de la compañía de seguridad Guardianes Marco, asignado a esta dependencia del Popular, la organización financiera contactó a su empresa y a la viuda de Méndez Martínez, comprometiéndose a sufragar todos los gastos relativos a las honras fúnebres del vigilante asesinado, entre otras formas de colaboración.
Funcionarios de la entidad bancaria se reunieron en la mañana del viernes con un hermano de la víctima, Domingo Méndez, y su viuda, Emiliana de los Santos, en un encuentro donde se reiteró la voluntad de la institución de hacerse cargo de los actos fúnebres y llevarlos a cabo, con toda la logística de rigor, en una funeraria de la ciudad de Santo Domingo Oeste, habiéndose contratado y pagado los servicios en este sentido.
La familia prefirió, no obstante, seguir la tradición de realizar el velatorio en el seno del hogar familiar, ubicado en la comunidad Salamanca, La Cuaba, kilómetro 22 de la autopista Duarte, donde también tuvo lugar el sepelio.
En adición, los ejecutivos del banco acordaron con la familia en duelo un programa de ayuda sostenida para la viuda del fallecido y para los tres hijos menores del Méndez Martínez, procreados en una relación anterior.
De igual modo, siguiendo los procedimientos establecidos, el viernes en la mañana un equipo de psicólogos del Área de Recursos Humanos de la organización financiera empezó el proceso de terapia contra estrés postraumático para los empleados bancarios de la sucursal que sufrieron las consecuencias del asalto; un programa de atención que sería extendido a sus familiares en caso de ser necesario.
El Popular siempre ha asumido con responsabilidad y solidaridad estos lamentables eventos, siendo, precisamente, el componente humano afectado, su primera preocupación.