Madrid, 20 jul (EFE).- El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa se suicidó de un disparo en el pecho con un rifle de caza de su propiedad, según los resultados de la autopsia practicada hoy al cadáver, hallado ayer miércoles en una finca de la provincia de Córdoba, en el sur español.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía informó hoy mediante un comunicado de que el informe de la autopsia confirma que se ha tratado de una muerte "por autolesión por arma de fuego".

La hipótesis del suicidio ya fue la primera que manejaron los investigadores después de la inspección ocular del lugar del suceso, aunque la prudencia llevó a no descartar la opción de que hubiera sido un accidente.

Blesa, de 69 años, estaba implicado en varios casos de corrupción y su muerte ha generado una fuerte impresión en España, ya que el conocido financiero llegó a entrar brevemente en la cárcel en los años de crisis económica y había alardeado de su alto nivel de vida mientras la entidad que dirigía era intervenida por el Estado.

Con varias causas pendientes de juicio, Blesa ya fue condenado a seis años de cárcel en febrero pasado por el uso de tarjetas de crédito opacas al fisco durante su etapa al frente de Caja Madrid (1996-2010), con un gasto equivalente a medio millón de dólares para gastos variados, desde viajes de lujo hasta perfumes o vino.

La publicación por la prensa de numerosos correos electrónicos enviados desde su cuenta de Caja Madrid, en los que se constataban algunos de los excesos cometidos desde su cargo, dañaron la imagen de Blesa y le convirtieron en un símbolo de las corruptelas y la mala gestión en las entidades de crédito públicas.

Durante la gestión de Blesa, allegado al expresidente del Gobierno José María Aznar, la entidad realizó inversiones inmobiliarias y a conceder créditos difíciles de recuperar.

Caja Madrid se fusionó con otras seis cajas en 2011 para formar Bankia y la entidad resultante tuvo que ser rescatada al año siguiente con más de 22.000 millones de euros de dinero público.

Blesa se convirtió en un personaje rechazado socialmente, como se encargó de comprobar él mismo cuando acudió a los juzgados en alguno de sus procesos y era insultado por gente anónima.

Entre ellos muchos damnificados por el llamado escándalo "de las preferentes", la venta de unos productos financieros complejos para la mayoría de los inversores y que causó la pérdida de todos los ahorros para muchos de ellos.

Blesa tenía sus cuentas embargadas por la Justicia para hacer frente a las eventuales responsabilidades pecuniarias si resultaba condenado.

Su amigo Fermín Gallardo, que le acompañaba ayer en la finca, atribuyó hoy el suicidio de Blesa a la "presión" social y judicial sufrida.

Sin embargo, algunos analistas sugieren que, con su acto, Blesa podría haber ayudado a su familia, porque si sus allegados renuncian a la herencia tampoco tendrán que hacer frente a las eventuales indemnizaciones si el antiguo banquero resulta condenado por su gestión.

La ley española da por acabada la vía penal (cárcel) con la muerte de un procesado, pero no la de las responsabilidades civiles, que continuarán con los juicios.

A la entrada del centro forense donde se hizo la autopsia a Blesa, su amigo Fermín Gallardo aportó algunos datos que apoyaban la idea del suicidio.

Gallardo explicó que en realidad Blesa le había dicho que no iba a la finca cordobesa para cazar, sino para descansar unos días, a pesar de lo cual en su maleta sólo llevaba "una camisa y un calzoncillo".

En el pasado, cuando iba a cazar, Blesa pedía prestadas armas en la finca, sin usar las suyas, a diferencia de esta vez, en la que sí llevó uno de sus rifles y Gallardo cree que lo hizo "para no comprometernos a los demás".

Durante el desayuno Blesa se levantó con la excusa de cambiar su coche de sitio: "fue a meter el coche en la cochera y allí sacó su rifle, se puso en el asiento delantero y se disparó".

Además, preguntó a sus amigos si tenían el teléfono de su mujer y tras dárselo se levantó de la mesa y se fue a la cochera. EFE