SAN FRANCISCO DE MACORÍS, República Dominicana.- Con el paso lento y tortuoso sale de su habitación mirando lejos, con una tristeza profunda, como quien tiene horadada el alma.  A seguidas, en voz baja pero con la firmeza que siempre permite la viviencia, recuerda con cada detalle  lo que sucedió ese viernes 10 de octubre, a las 6 y 45 de la mañana, cuando le arrancaron un trozo de su vida, en un accidente de tránsito le mataron a su hija mayor.

“Yo creía que me iba a morir, una tristeza y un dolor tan grande”. Así se expresa Adelaida Duarte al evocar ese momento en que vio a Jenny, su hija, bajo las gomas de un camión en la esquina donde colindan las calles 27 de Febrero y Salcedo en el municipio de San Francisco, provincia Duarte.

Su pelo negro oscuro y espeso cae sobre sus hombros. Como quien intenta extraer aliento de lo más profundo, expresa que su hija Jenny tenía una cabellera similar. La describe como su mano derecha en el hogar, ya que ella trabaja de 7 de la mañana a 4 de la tarde en una escuela, como maestra, y tiene otras dos hijas menores.

Jenny cursaba el sexto semestre de Medicina en la Universidad Católica Nordestana. “Ella iba a la universidad, volvía a la casa y cocinaba, su padre volvía y la llevaba a buscar la guagua para ir a la universidad”, manifiesta Adelaida.

“Todo lo que yo le decía, ella me decía -sí, mami-.Y mi hija era querida por todos”

Mientras Adelaida habla, la menor de sus hijas, de 7 años de edad, le muestra una sonrisa a su padre con el que está sentado en el otro sillón. Por su edad, ha sufrido la tragedia de su familia con toda la crudeza de los adultos.

Jenny era una hija que representaba mucho para Adelaida y Guillermo, sus padres. La madre dice que en esa hija, obediente y hacendosa, tenía depositada toda su confianza. Expresa que áun conserva esa fe en su hija, porque para ella lo sucedido es como si estuviera atravesando por un sueño malo, una pesadilla.

Al frente Guillermo Reynoso, el padre de Jenny, asegura quedó vivo para que la pena de su familia no sea tan onda y así poder contar la historia. Con precisión relata y detalla los hechos.

“Yo llevaba a la niña a la universidad. Para mí, el semáforo estaba verde por lo que intento cruzar, pero el camión viene en una velocidad muy alta y no me dio tiempo de hacer nada. Quería esquivarlo, pero no pudo (el camión) frenar y se me estrelló encima”, explica mientras muestra los golpes que recibió en los brazos, la espalda y la cabeza.

Testigos de la tragedia han afirmado que en milésimas de segundo, Jenny habría actuado por amor y por instinto empujando hacia un lado a su padre, lo que permitió que don Guillermo afortunadamente salvara la vida. Pero el propio Guillermo no recuerda nada de esos segundos fatales y no puede confirmar esa versión.

Apunta que Jenny, quien iba en la parte trasera del motor que él manejaba, quedó muerta al instante, y que parecía como si estuviera sentada en la moto, pero debajo de las gomas delanteras del camión que transportaba productos enlatados marca Linda, desde Navarrete, Santiago.

Durante más de una hora  permaneció el cuerpo de Jenny debajo del vehículo, debido a que la grúa de los bomberos del municipio era muy pequeña para cargar el furgón que transportaba latas de alimentos. Murió inmediatamente se produjo el choque.

“El anhelo de ella era ser doctora y mi esposa y yo todo lo que trabajábamos era para esa niña. Todos los días yo la llevaba al parque, cuando no la llevaba al parque lo hacía a la universidad”, resalta luego de hacer una pausa para dejar escapar un río de lágrimas.

La segunda hermana, que estudia Hotelería y Turismo, trae la foto enmarcada de Jenny que será uno de los recuerdos físicos de la que iba a ser "una doctora". Al instante, firme, Adelaida comenta que al llegar al lugar después de la llamada de su esposo no se fijó si los semáforos funcionaban o no.

Doña Adelaida. Al lado, la foto de Jenny./Orlando Ramos/Acento.com.do

“Alguien me dijo que el semáforo estaba apagado, no sé si es cierto. Al otro día yo le dije a Guillermo que pasemos por ahí y cuando pasamos por allí el semáforo de la 27 sí hacia todos sus cambios, pero el de la Salcedo lo vi apagado”, explica.

Su esposo tampoco se percató si la señal del otro conductor estaba en funcionamiento. Pero continúa con su relato. Explica cómo se llenó de impotencia, en un intento desesperado por sacar a su hija debajo de las ruedas del camión para intentar llevarla al médico. Dice que aunque la haló con fuerzas varias veces por una pierna, todo fue inútil. “Intenté sacarla debajo del camión, pero estaba prensada con la parte de adelante que agarra las dos gomas del camión”.

Como si buscara calmar su angustia, Adelaida se restriega una y otra vez las palmas de sus manos,  mientras articula unas palabras de pesar. “Cuando me acerco allí, vi a mi hija debajo del camión y pregunto por Guillermo. Me dicen: -fue un accidente, pero no se preocupe que Guillermo está bien-”.

Las señales de tránsito

Según testigos del accidente en que Jenny, de apenas 19 años, perdió la vida, la señal del semáforo que debía observar el conductor del camión se encontraba apagada, mientras la de Guillermo estaba en verde, que le daba el privilegio de cruzar la intersección.

“El motorista que sufrió el accidente dice que para él estaba en verde y que el camión pasó en rojo, digo esto pero yo no estaba; pero sí a las 8 de la mañana un AMET reportó que ese semáforo no estaba en funcionamiento”, indica Hipólito Lara, encargado del Departamento de Tránsito del Ayuntamiento de San Francisco de Macorís.

Orlando Ramos/Acento.com.do

Al entrar a su oficina manifiesta estar afectado de un cuadro viral, empero señala que en su ronda de los jueves por la noche que realiza para reportar los semáforos dañados, pasó por dicha esquina y no vio ninguna anomalía.

“Como son aparatos electrónicos, es posible que hasta dándole la espalda una de las luces se pueda quemar, pero yo siempre he dicho que el diablo nunca duerme”, expresa el ingeniero.

De 28 semáforos que se encuentran en el centro de San Francisco de Macorís, 13 están en mal estado o no funcionan. El equipo de Acento.com.do observó en horas de la mañana que los conductores deben cruzar las intersecciones con sumo cuidado para evitar colisiones.

“Los chóferes son imprudentes y más de camiones grandes. Aquí no se respetan las señales de tránsito. El semáforo se supone que estaba bueno, y para mí estaba en verde”, replica Guillermo, el padre de Jenny.

Mientras, Adelaida, la madre, refuta que si el semáforo se encontraba apagado para el conductor del camión, debió de detenerse al ver que el tránsito fluía normal en la calle que le cruzaba, en este caso la 27 de Febrero.

“Yo ando también en un motor y no me importa si hay semáforos, me detengo antes de cruzar, esté rojo, verde o como sea. Para él estaba apagado y debió detenerse”, insiste Adelaida.

¿Presupuesto adecuado o no?

Sin más excusas, el ingeniero Lara y encargado del Departamento de Tránsito del Ayuntamiento dice que la mayor debilidad de la institución son las señales del tráfico.

“Tenemos cierta debilidad en el reglón de semáforos. Le hemos sometido al Concejo de Regidores en varias ocasiones presupuesto para que sea dirigido a este departamento, sin embargo no ha sido posible la aprobación de todo el dinero que hemos sometido aunque a la fecha yo pensé que íbamos a contar con todo los semáforos por lo menos mínimamente inteligentes”, explica el funcionario.

Informa que a pesar de que sometieron al Concejo de Regidores un presupuesto para este año de casi 7 millones de pesos, sólo se aprobaron unos 1.5 millones, suma que no alcanza ni siquiera para la reparación de los semáforos descompuestos.

El alcalde refuta a Lara

Los datos de Lara son objetados por el alcalde de San Francisco, Félix Rodríguez Grullón, quien califica como una falacia lo afirmado por el funcionario sobre la falta de recursos y la insuficiencia del presupuesto para del Departamento de Tránsito.

“Eso no es correcto, nosotros le asignamos la partida correspondiente, y que se ajusta a las necesidades del departamento. Es tal, que ahora mismo subí una solicitud al Concejo de Regidores para que se destine un dinero al arreglo de estos (los semáforos)”, agrega Rodríguez.

En tanto, Lara se contradice al manifestar que no han realizado una revisión técnica de los aparatos electrónicos desde hace dos meses debido a que el encargado de realizar ese trabajo murió el mismo día en que Jenny falleció, aquejado de un cáncer de próstata.

Lara adiciona, también, que las condiciones en que se encuentran las señales que regulan el tráfico han sufrido desmejoras, ya que desaprensivos se han dedicado a hacer sabotajes.

“El de la calle Bienvenido (Fuertes Duarte) con Frank Grullón ya lo tenemos funcionando, el de la Bienvenido camino a los Rieles no está funcionando producto del sabotaje que le hicieron, al de la Colón con Salcedo también le hicieron un sabotaje. y al de la 27 yo no descarto que pudiera ser un sabotaje”,  añade el encargado de Tránsito del Ayuntamiento.

Habla la gobernadora

Mientras, la gobernadora de la provincia Duarte, Miledys Núñez, reprocha que de RD$24 millones que se le asignan todos los meses al ayuntamiento, no se pueda presupuestar lo necesario para proteger la vida de sus ciudadanos de San Francisco de Macorís.

De nuevo el alcalde refuta, esta vez a la gobernadora, y asevera que alrededor de 21 millones lo que recibe de presupuesto el ayuntamiento, que no es mucho.

Justicia

El camión que transportaba productos enlatados, además del chofer, llevaba a otras 3 personas. Al conductor le fue dictada una medida de coerción de 6 meses de presentación periódica, por la muerte de Jenny Reynoso.

“Esa medida de coerción no encuentro que basta, porque no es lo mismo tú estar privado de libertad y estar allí visitando la corte. Entonces, pienso que se debería revisar eso”, se queja Adelaida.

Los padres de la joven aseveran que el chofer del camión huyó tras el suceso, aunque el encargado de la Autoridad Metropolitana del departamento de San Francisco de Macorís destaca que el hombre se presentó al cuartel de inmediato, tras ocurrir la tragedia.

“En ese accidente también el papá de la occisa fue sometido a la justicia porque se le ocupó un arma sin documentos en el lugar de los hechos, nosotros le dimos tiempo para que fuera al velatorio de su hija e inmediatamente lo sometimos”, explica el Coronel Geraldo Gómez, encargado de la AMET.

Sobre un posible sometimiento contra las autoridades de la Alcaldía de San Francisco de Macorís, que se basaría en el hecho de que el desperfecto del semáforo fue la causa original de la tragedia en la que murió Jenny, sus padres no han decidido nada al respecto.

Guillermo y Adelaida afirman que el dolor aún les nubla la razón y no conocen con certeza si la anomalía del semáforo fue la causa principal de la tragedia en la que perdieron a su mada hija. "Sólo…que Jenny ya no está..".