Cortesía de la revista VÉJA. Por: Eduardo Gonçalves. Traducción de Iván Pérez Carrión.

Sergio Moro, el juez que a cargo de la Operación Lava Jato en primera instancia en Curitiba, aceptó el viernes dos denuncias planteadas por los fiscales federales contra el expublicista del PT, João Santana, y su esposa, Mónica Moura.

Son objeto de acciones criminales, además de Santana y Moura, el expresidente de Odebrecht, Marcelo Odebrecht y el extesorero del PT, João Vaccari Neto, quienes ya fueron condenados en otros procesos del  “petrolão” (el caso Petrobras), y otras trece personas, entre exfuncionarios de Odebrecht, dirigentes de Petrobras y grupos de presión. Todos responderán por corrupción y lavado de dinero.

"Hay evidencia derivada de testimonios de empleados colaboradores criminales con pruebas documentadas de las transferencias bancarias secretas, incluyendo las cuentas en el extranjero, y de hojas de cálculo decomisadas".

Las acciones son el resultado de las operaciones de las etapas 23 y 26 de la Lava Jato, Acarajé y Xepa. La primera sacó a la luz informaciones de que el publicista de las campañas de Dilma y Lula habría recibido US$ 4,5 millones en el extranjero del lobista y representante de Keppel Fels, Zwi Skórnicki, que también resultó acusado.

Según la denuncia, el dinero sería parte de la cuota reservada en el PT y habría viabilizado la contratación del intermediario por Petrobras. La segunda denuncia se basa en el llamado “departamento de propinas” de la empresa Odebrecht, una estructura compleja creada por la empresa para hacerse cargo de la operación de los negocios ilegales. Empresas offshore vinculadas a la casa matriz habrían pasado US$3 millones a las cuentas del publicista.

En la decisión, Moro dice que, si bien no eran agentes públicos, João y Mónica recibieron “conscientemente los recursos provenientes de los arreglos de coimas entre los ejecutivos de Petrobras y las empresas proveedores de la (compañía) estatal", y por lo tanto están sujetos a responder por los delitos de corrupción pasiva.

"Hay evidencia derivada de testimonios de empleados colaboradores criminales con pruebas documentadas de las transferencias bancarias secretas, incluyendo las cuentas en el extranjero, y de hojas de cálculo decomisadas", escribió el juez en la orden.

En la denuncia en contra de João Santana, este se presenta como “asesor” de la alta dirección del PT y el “intermediario de contactos” entre los líderes del PT, como el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y la presidenta Dilma Rousseff.

"A cambio, João Vaccari determinaba que los operadores y los representantes de las empresas (intermediarias) efectuasen transferencia de fondos a favor de Mónica Moura y João Santana, una suma que posteriormente se deduciría del saldo pendiente de sobornos del Partido de los Trabajadores, prometidos por las instituciones y solicitada por Renato Duke (exdirector de Petrobras) en razón de la contratación obtenida con Petrobras", dice el texto de la acusación.

Ya Mónica Moura trabajaba como socia de João Santana. Fue ella la que había informado al cabildero Zwi Skórnicki sobre las cuentas que la pareja mantenía en Suiza para el depósito de fondos ilícitos. La fiscalía afirma que los dos estaban muy conscientes del origen ilegal del dinero y las actividades ilícitas practicada por el PT, "ya que estas eran cruciales para que fuese estructurado un proyecto para mantener el partido en el poder", según el texto de la denuncia.

En una de las acciones, Moro cita como una de las pruebas principales el testimonio de la funcionaria de Odebrecht Maria Lúcia Guimarães, quien firmó un acuerdo de “delación premiada”.

Ella trabajaba para el “departamento de sobornos” de Odebrecht, cuyo nombre oficial era "Sector de Operaciones Estructuradas”. A partir de las hojas de cálculo incautadas del departamento de archivos, la procuraduría llegó a la conclusión de que la empresa constructora pagó en efectivo a Santana R$23,5 millones (reales), además de los US$ 3 millones en el exterior.

Esta es la tercera demanda penal presentada en la operación Lava Jato contra Marcelo Odebrecht, que está preso desde hace casi un año. En otro proceso fue condenado junto con otros dirigentes de la compañía a 19 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero. “Los ejecutivos del Grupo Odebrecht, incluyendo a su presidente Marcelo Bahia Odebrecht, recurrieron a esa dependencia cuando era necesario llevar a cabo algún tipo de pago encubierto”, dijo Moro, en el despacho.