SANTO DOMINGO, República Dominicana.- La Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) planteó este martes la eliminación del método de arrastre entre diputados y senadores de la legislación electoral actual, así como evitar cualquier otro que no manifieste la decisión directa de los votantes.

Servio Tulio Castaños, vocero de Finjus, alertó que el sistema de votación se ha convertido en un mecanismo operativo a favor de las estructuras partidarias y que debilita la intención de voto directo de la ciudadanía.

‘‘La sociedad dominicana debe plantearse seriamente la eliminación del arrastre entre diputados y senadores, puesto que desvirtúa la aplicación práctica y la esencia del voto preferencial. La utilización conjunta de estas dos figuras -el voto preferencial junto al método de arrastre- implica una eliminación de la elección por preferencia que es lo que, precisamente, viene a garantizar el voto preferencial’’, indicó la entidad en un comunicado.

Atribuyó la distorsión del voto preferencial a las debilidades del marco de aplicación de la Ley No. 157-13. Mencionó que esta práctica estuvo presente en las elecciones pasadas, que limitó la voluntad de elección de la ciudadanía.

‘‘Las desavenencias vistas en la experiencia electoral pasada en torno al voto preferencial no se deben a la existencia y/o esencia per se de este método de votación, sino más bien a las deficiencias de la normativa que lo configura y las prácticas tradicionales que reflejan la profunda debilidad institucional del sistema de partidos de nuestro país’’, indicó el jurista.

Consideró los elementos de arrastre como una ‘‘confusión’’ en la ley especial del voto preferencial. ‘‘Resulta contraproducente de cara al fin ulterior de esta figura al distorsionar la intención del votante limitando a un partido determinado su voluntad de elección’’.

Al presentar una reflexión en torno a las debilidades institucionales del sistema de partidos, mencionó el uso del método D’Hondt para cuantificar los escaños que corresponden a agrupaciones políticas, como otro elemento a cuestionar. Explicó que al ajustarse a un mecanismo de listas, este sistema de conteo termina por impedir que el candidato más votado sea el electo, solo porque el partido que lo postula no alcanza los votos suficientes para obtener una representación.

‘‘Esto refleja una evidente desnaturalización de lo que implica conceptualmente el voto preferencial’’, advirtió.

¿Correcta aplicación?

Finjus propuso que para una correcta aplicación del voto preferencial se debe evitar que ‘‘las cúpulas de los partidos, el personalismo y el financiamiento ilegal de las candidaturas sean quienes determinen los procesos electivos al interior de los partidos’’.

A esto agregó que el Estado debe crear ‘‘una estructura coherente que sea establecida en la ley de partidos políticos y la normativa del régimen electoral, contemplándose en ésta última la eliminación del denominado “arrastre” y de cualquier método que no exprese simbólicamente la representación directa de la soberanía popular’’.

La Junta Central Electoral no puede tambalear

Además, consideró urgente el fortalecimiento institucional del órgano encargado de dirigir las elecciones para tener un régimen electoral eficaz. A esto adicionó como elementos para transformar el sistema de partidos, el control de la publicidad de las candidaturas; los requisitos de elección; los sistemas de control de la democracia interna de los partidos; y la ampliación de los delitos y crímenes electorales.

‘‘El objetivo supremo de la necesaria reforma del régimen electoral dominicano por parte del Estado dominicano debe ser el restablecimiento de la confianza ciudadana en el sistema electoral. De igual manera, creemos necesario superar las limitaciones históricas que han establecido una cultura política divorciada de las estructuras democráticas’’, concluyó Castaños.