Franchesca Martínez/Especial para Acento.com.do
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- A pesar de que en el momento no entendía cómo sería su nueva vida, después haber perdido la vista, a los 29 años de edad, quedando sólo y sin trabajo, esto impulsó a Samuel Beriguete a aceptar su nueva condición y seguir adelante.
Residente en el Distrito Municipal de la Victoria, provincia Santo Domingo Norte, donde lleva veinte años viviendo en una casa, que gracias a su trabajo ha logrado construir dedicándose a la venta de Suaper que él mismo elabora, además de trabajar como masajista del Cuerpo Especializado para Seguridad del Metro de Santo Domingo (CESMET), donde labora desde hace dos años.
Cuenta que todo empezó con unos pequeños dolores de cabeza a los que no prestó atención a tiempo, que posteriormente le trajo como consecuencia una ceguera total.
Con dos sillones, un radio, y sus instrumentos de trabajo, vive Samuel desde que sus cuatro hijos alcanzaron la mayoría de edad y se independizaron. Dice no sentirse solo ya qué, el amor y el cariño que le expresan a diario sus vecinos y familiares compensa la falta de sus hijos.
Manifiesta que su discapacidad visual no ha sido un obstáculo en su vida, pues a pesar de su condición, ha aprendido a realiza todas sus actividades cotidianas con mucha destreza.
A sus 45 años de edad, Samuel, dice sentirse un hombre feliz y agradecido de Dios, a pesar de las precarias condiciones en las que vive.
Agradece al Patronato Nacional de Ciegos por la ayuda psicológica, además, de los cursos allí realizados: Manualidades, Servicio al Cliente, Masajes Terapéuticos, con los cuales hoy se gana la vida.
Pide al gobierno mayores oportunidades de empleo a personas que tienen una condición especial, ya que, según afirma, la gran mayoría han sido capacitados en diferentes aéreas y siente que el gobierno y las autoridades no los toman en cuenta para el mercado laboral.
Samuel, un ejemplo que como él existen cientos de personas en condición especial que tiene el deseo de contribuir a la sociedad, afirma que sólo hace falta y que el gobierno y la sociedad en general les brinden la oportunidad para desarrollarse.