Tegucigalpa (EFE).- La final del torneo Clausura hondureño 2017 pasará a la historia no tanto por que ha significado la decimoquinta copa del Motagua, sino por las cuatro personas que murieron durante una avalancha antes de que iniciara el partido contra el Honduras Progreso, que finalizó con marcador de 3-0.
Lo que se suponía sería una fiesta deportiva, con un Motagua buscando la decimoquinta copa y la segunda de manera consecutiva, ha sido una mezcla de alegría de los jugadores, cuerpo técnico y aficionados que asistieron al Estadio Nacional, mientras que afuera cuatro familias eran enlutadas por la tragedia.