RAMALA.- La ciudad de Ramala, considerada una de las más abiertas y cosmopolitas del territorio cisjordano, acoge la primera Semana de la Moda Palestina, donde modelos y diseñadores locales son los protagonistas de la pasarela.
El evento arrancó el 25 de abril, en un moderno hotel y con él sus organizadores aspiran a situar a Palestina en el mapa mundial de la moda y al mismo tiempo llegar a un amplio sector del público.
"Con la ayuda de Alá podremos celebrar este desfile cada año", declaró Tamer Halabi, alma mater del proyecto, al acoger a los participantes antes de que las modelos echaran a andar.
La convocatoria tuvo lugar junto a la piscina del hotel, donde apenas dos alfombras rojas, grandes sombrillas, y según avanzaban las horas, una imponente luna llena de fondo, se convirtieron en el escenario perfecto.
Vaporosos trajes de novia de estilo ballena y corsé palabra de honor; vestidos de influencia clásica en tonos pastel y decorados con brillantes y tocados con tiaras, o entallados de noche en colores como el rojo pasión, morado o fucsia flúor y rematados con pedrerías, fueron algunos de los diseños que abrieron la pasarela.
Con la solemnidad de un acto oficial y precedido por el himno nacional palestino, la Semana de la Moda Palestina quedó inaugurada ante la atenta mirada de más de un centenar de asistentes, numerosos fotógrafos y guardas de seguridad que custodiaban con celo a las modelos en el "backstage" y en su salida a pista.
De 27 años y natural de Jerusalén, Halabi es el director de Modelicious, la primera agencia de modelos palestina en la que se entrenaron con empeño la veintena de chicas y diez chicos que desfilan estos días.
Las modelos proceden de distintos puntos de Cisjordania como Belén, Ramala o Nablús, aunque también las hay de Jerusalén, y de localidades israelíes como San Juan de Acre, Haifa y Nazaret, que fueron seleccionadas tras varias pruebas y un entrenamiento intensivo.
"Estoy muy contenta de que haya agencias como esta en la que puedas confiar y que apoyen a las modelos porque la cultura y el entorno no ven con buenos ojos esto", reconoce a Efe una de las maniquíes de larga melena rubia.
La mayoría no son profesionales, el promedio no supera el metro setenta de estatura y algunas dan tímidos pasos para evitar caerse al suelo subidas a enormes tacones de más de diez centímetros, algunos con tachuelas incluidas, muy en línea con las tendencias más actuales.
Pero cada una posa a su manera frente a una fila de fotógrafos tal vez más acostumbrados a tomar instantáneas de disturbios en puestos de control militar, que diseños de fiesta.
Frente a los críticos que apuntan a que este tipo de actividades chocan frontalmente con la lucha palestina contra la ocupación israelí, una de ellas apunta que "este tipo de eventos son importantes para hacer sentir a la gente menos tensa."
"De acuerdo, vivimos un conflicto, pero ¿porqué no podemos disfrutar de la vida?, especialmente la gente joven", subraya.
En su primera edición, la semana de la moda consiste en tres espectáculos nocturnos, aunque los promotores aspiran a ampliar en número de jornadas y abrir la convocatoria a diseñadores de países árabes.
"Nuestros vecinos como Jordania nos llevan ventaja, pero queremos demostrarles al menos que somos capaces de alcanzar el mismo nivel, y esperamos que el próximo año podamos traer a diseñadores de ese país, Líbano o Siria", declaró a Efe la directora de la revista Layalina (Nuestras Noches), Samer Husein.
Esta palestina-estadounidense junto a Halabi, y al fotógrafo Wisan Rustom, oriundo de Haifa, son los ideólogos del ambicioso proyecto.
Uno de los principales retos a los que se han enfrentado, según Husein, fue encontrar diseñadores, así como modelos y "convencer a la comunidad de que está bien amar la moda" para apoyar la economía, diseñadores y boutiques locales.
Las colecciones que se presentan son de primavera-verano, en las que predominan los tonos cálidos y pastel, y con el traje de novia como figura central, aunque también hay lugar para las minifaldas.
"Es importante que en el mundo vea lo que podemos hacer en Palestina, tenemos buenos diseños y lo que pretendo decir es: Aquí estoy", concluye el joven diseñador Adam Kauasme de la firma Bonita, propietario de varias tiendas en Hebrón y Jerusalén Este.