SANTO DOMINGO, República Dominicana.-La profesora Pura Sánchez, directora y fundadora del Colegio Escuela Nueva, falleció este lunes.
Le sobreviven sus hijos Hilda Karina Abreu Sánchez y Marel Alemany Sánchez.
El velatorio será en la funeraria Blandino, de la avenida Abraham Lincoln, a partir de las 6 de la tarde.
A continuación el testimonio de amor y respeto expresado por su hijo Marel Alemany:
Mi mamá lo era todo para mí. Decir que era una heroína puede sonar a cliché pero es que conozco muy pocas personas capaces de hacer lo que ella hizo por mi y por miles y miles de personas que se educaron a través de ella y le decían Tía Purita.
Desde los 13 años empezó a trabajar alfabetizando adultos porque entendió que muy pronto que ella iba a vivir su vida entregada a los demás, no a la voluntad castrante de un hombre, ni su papá, ni ningún otro hombre que quisiera someterla. El amor lo entregaba con una alegría y una creatividad que era imposible no ver las cosas buenas de la vida.
Con 24 años fundó junto a otras educadoras y amigas el Colegio Escuela Nueva y ese lugar se convirtió en otro de sus hijos y a él se entregó. A la educación de miles de niños y niñas, pero más que a educarlos, se aseguró de que crecieran con un sentido crítico de la vida y la sociedad, a que aprendieran a no conformarse. Los testimonios de esto no los daré yo, los darán todos sus sobrinos y sobrinas que pasaron y se hicieron personas en Escuela Nueva.
A mi hermana Hilda Karina Abreu Sánchez y a mí nos lo entregó más allá de cualquier límite.
Siempre pongo el ejemplo de cuando le dije, a los 16 años, que estaba enamorado de una sevillana, y que me iba a vivir a estudiar a España. No dudó en orientarme y apoyarme, y a pesar de no saber si eso significaba perder de su lado a su hijo, se ocupó de que no me faltará nada en los ocho años que estuve en España.
Su único consejo fue que no escatimara en gastarme dinero en libros o en viajes. Esa era el tipo de madre que yo tenía y por ella me he convertido en el tipo de hombre que soy.
Cuando yo era un bebé todavía y ella necesitaba de la ayuda de alguien que me cuidara mientras ella trabajaba, lo primero que hizo fue decirle a esa persona, Francisca, que se llevara a su hijo Yiovani para la casa con ella, y también para el colegio, porque ella no podía soportar la idea de que por cuidarme a mí no pudiera darle a su hijo lo mejor. Esa era mi mamá en todo.
Tenía un comedor de plástico hasta que yo le regalé uno de madera que era mío, porque era sencilla y para ella no quería vivir rodeada de cosas materiales. Prefería gastarse su sueldo en nuestra educación y luego en la de sus nietos.
Les escribo todo esto y sé que me quedo muy corto para que ustedes se hagan una idea del tipo de persona que era.
Su amor lo seguiremos pasando sus hijos y sus sobrinos por generaciones.
Por eso aunque escriba esto llorando no estoy triste, porque mi mamá se fue habiendo hecho un gran trabajo, un trabajo que continúa y que hace que este país sea mucho mejor gracias a ella.
Sus restos serán velados desde esta tarde a las 6 en la Funeraria Blandino.
Descansa en Paz Mami. Gracias por haberme dado tanto.